Rodrygo se queda sin defensa... y su futuro se complica
El brasileño volvió a pasar inadvertido y, aunque inició el Clásico como titular, fue sustituido al descanso.

Rodrygo Goes (24 años) volvió a quedar señalado, esta vez en la final de la Copa del Rey. El atacante brasileño, que inició el Clásico de La Cartuja como titular, acompañando a Vinicius y Bellingham, fue sustituido al descanso, después de unos primeros 45 minutos grises en los que pasó inadvertido, incapaz de desbordar y con una apatía que se tradujo en su gestualidad: cara larga, lento en los esfuerzos...
Ancelotti, consciente del resultado (en la primera mitad el Madrid perdía por 1-0) y de la artillería de la que disponía en el banquillo (Mbappé, Güler, Brahim...), decidió prescindir del brasileño y dio entrada al francés, tocado por una lesión de tobillo que le impidió sumar minutos en los últimos envites. En redes sociales, la afición blanca se ensañó con el 11 y le recriminó mayor implicación tanto en defensa como en ataque. Así, lo que se presumía como una oportunidad de oro para Rodrygo, por la magnitud de la cita y el regreso a la doble punta, sistema en el que brilló el curso pasado, se convirtió en una continuación de su rendimiento este curso, marcado por la irregularidad y la intermitencia.
Esta campaña, Rodrygo suma más de 3.300 minutos de juego en los que ha anotado 14 goles y repartido nueve asistencias (un total de 23 participaciones de gol). Sin embargo, su rendimiento más reciente aumenta el runrún en torno a su futuro, relacionado con anterioridad con el Manchester City de la Premier League. Con Ancelotti, cuya continuidad en el banquillo blanco sigue siendo una incógnita ("se verá en las próximas semanas", dijo en rueda de prensa), siempre ha dispuesto de un papel protagonista: primero se destapó como un revulsivo de quilates, autor de goles importantes en la Champions 21-22, y después hizo lo propio de inicio, formando una tripleta determinante junto a Vinicius y Bellingham (los tres fueron claves, por ejemplo, en la Decimoquinta). Todo cambió, eso sí, hace escasos meses, cuando su desempeño bajó, su influencia se redujo de manera considerable y sus actuaciones le devolvieron al foco mediático.
Después de la debacle en Champions ante el Arsenal y la final de Copa perdida contra el Barça (3-2), con LaLiga cada vez más complicada (los de Flick les aventajan en cuatro puntos), el Real Madrid afronta un verano de decisiones... y ya ha decidido cambios: planea reforzar la defensa y no descarta hacer lo propio con el centro del campo, con el asterisco de Xabi Alonso, primera opción si Carletto no continuase. En ese escenario, y pudiendo acabar la temporada sin tocar metal (sin contar la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes), el rendimiento de Rodrygo hace que alguno dude ahora si debe ocupar un puesto en el once. Por lo menos, siendo un indiscutible como hasta ahora.
Respecto a una salida, no hay de momento indicio de que protagonice una venta este verano, aunque no será por novias. Ya sonó para el Manchester City en el pasado. De ahí que no se descarte la posibilidad que equipos de la Premier, habituados a acometer operaciones de esa magnitud económica, pregunten por su situación. Sea como fuere, Rodrygo dispone de cinco jornadas para redimirse y remontar el vuelo tras una temporada gris.