INTERCITY 3 - BARCELONA 4

La historia interminable: el Barça sólo sabe sobrevivir

Los de Xavi necesitaron la prórroga para pasar de ronda ante un Intercity sorprendente.

Ansu celebra su gol./GETTY
Ansu celebra su gol. GETTY
Jordi Cardero

Jordi Cardero

El tempranero gol de Araujo fue el pretexto para volver a convertir un partido en una maratón navideña de El Señor de los Anillos. Manta y ninguna intención de levantarse del sofá. En lugar de aprovechar la oportunidad para recuperar sensaciones, el Barça jugó con pesar, con soberbia. Como si no tuviera nada que demostrar, a pesar de no haber demostrado aún nada. Pablo Torre fue el único que escapó del fango, de las posesiones densas. El cántabro y Dembélé, sabedor de que no siempre sale cara, despertaron al Barça.

Xavi, autocrítico, en rueda de prensa.

Durante 90 minutos, Intercity, de 1ª RFEF, y Barça pertenecieron al mismo planeta. A un lado quedaron presupuestos, metodologías, cuerpos técnicos o instalaciones. Dos mundos chocaron y los alicantinos fueron capaces de plantar cara al Barça. Hasta de hacerles sentir cierto vértigo y miedo a protagonizar el ridículo de esta Copa. Los blaugrana se tomaron el partido como un trámite y toparon con la zurda de Solde y el orgullo del Intercity. Superaron el reto; pan para hoy y tocará ver si hambre en el Metropolitano.

PABLO TORRE

💯 Mis 'dieses'

Los minutos del primer equipo quizá aún le quedan lejos, pero no hay otro camino hasta lograrlos que el que Pablo Torre decidió tomar. Mientras que algunos vieron el partido de Copa como un castigo, él lo vio como una oportunidad. Cada balón que pasaba por sus pies se bañaba de ilusión y optimismo. Apareció entre líneas, en la derecha, en la izquierda, en la frontal. Hasta se marchó con una asistencia.

Jugó una hora, la mitad que Kessié. El fútbol no siempre es justo, nadie dijo nunca que tuviera que serlo. Pablo Torre lo sabe y decidió comprar los máximos boletos posibles para que su esfuerzo en la sombra se viera compensado con minutos. Quién sabe cuál será el techo de Pablo. Ojalá por una vez se haga justicia y, como mínimo, pueda demostrarlo sobre el verde.

DEMBÉLÉ

😬 No me ha hecho cambiar de opinión

Cinco temporadas y media después, quizá hay que comenzar a aceptar que no habrá otro Dembélé. Que Xavi le cambió la cara, le presentó un nuevo escenario y elevó su nivel. Pero que no hay vida en el más allá porque no hay más allá. Ousmane quiso liderar al equipo. Y lo hizo. Muchas posesiones pasaron por sus pies, fue el desfibrilador cuando el partido se dormía y hasta sacó el repertorio de recortes. Marcó el segundo gol del Barça y pudo haber anotado alguno más. Con el francés menos siempre es más. El problema de este equipo es que es tan dependiente de Ousmane que cuanto más le encuentran, más evidencia cuál es su techo.

ANSU FATI

😎 Me reafirmo

Emergió como el salvador del club, como el sucesor de Leo. Hasta se le entregó la '10'. Su físico le fue frenando y este año, a pesar de participar en prácticamente todos los partidos, no ha encontrado ni la regularidad ni el gol. Ante el Intercity, marcó el cuarto del Barça. Uno parecido al que en su día marcó en Champions, en Kiev, para mantener a los de Xavi con vida en Europa.

Ansu tiene duende. Tiene ese punto de magia, un don que le conecta con el gol en partidos importantes. Si este Barça se está construyendo pensando en el futuro, nada tiene más sentido que invertir en el canterano. Un Barça que agonizaba en Alicante llegó a ansiar la figura de Luuk De Jong. Terminó encontrándose en la de Ansu. Qué mejor mensaje que ese.

Ansu Fati celebra su gol ante el Intercity.  EFE
Ansu Fati celebra su gol ante el Intercity. EFE

LA ZURDA DE SOLDE

🚨 Poco se habla de…

Lo mejor de la Copa, y especialmente de la nueva Copa, son las historias que regala. Un Intercity desacomplejado llegó a verse capaz de derrotar al Barça. Los alicantinos dejaron para la historia las salvadas de Gaizka, el despliegue de Cristo, las carreras de Aarón o la zurda de Solde. El último futbolista en marcarle un hat-trick al Barcelona había sido Mbappé. El delantero apunta su nombre al lado de todo un campeón del mundo.

Solde pasó un día por La Masia y hoy presentó candidatura a verdugo. Los tres goles fueron la mejor forma de justificar un pasado y presentarse en sociedad. Sacó a pasear una zurda de muchos quilates. En el primer tiempo con un pase a Aaron que casi termina en gol. En la segunda mitad, tras un cambio de sistema de los locales que pasaron a mostrar una versión mucho más agresiva, pilotó los ataques de su equipo. En sus botines descansa el honor de todo el equipo.

LA CASA DEL INTERCITY

📀 Mi 'bonus track'

En la casa del Intercity, unas vallas plantadas detrás de las porterías evitan que los balones se vayan fuera del estadio. Detrás de uno de los arcos está el bar de la cancha, que manda hacia las gradas el olor de bocadillo pasado por la plancha. "Esto, para mí, no es fútbol", decía Ancelotti tras ganar en campo del Cacereño. A veces, jugadores y entrenadores olvidan que el punto de partida de cada uno de ellos es en campos de tierra, entre porterías imaginarias selladas por piedras o árboles. En ese discurso aparece la burguesía que se termina apoderando casi siempre de la élite.

Jugar en el Rico Pérez era abrir la puerta a más aficionados y, por ende, más ingresos, siempre bienvenidos para estos clubes. Le restó alma al encuentro, pero el equipo se encargó de equilibrarlo sobre el terreno de juego. Al fútbol se juega en el Camp Nou, en el Santiago Bernabéu y hasta en la más humilde de las canchas de nuestro país.