COPA DEL REY

La semana más especial de la plantilla del Athletic empezó con un clic que pone fin a años de ocultismo en el vestuario

Los jugadores rojiblancos se quitaron un peso de encima con la consecución del título copero y ahora se muestran más cercanos al aficionado que nunca.

Los capitanes del Athletic, con la Copa./REUTERS
Los capitanes del Athletic, con la Copa. REUTERS
Jonathan Ramos

Jonathan Ramos

"Fue mucho el sufrimiento que pasamos el sábado, los jugadores y la afición en La Cartuja. Mucha presión, 40 años esperando este momento". Así comenzaba Iker Muniain su pequeño discurso en mitad de la fiesta improvisada por las calles de Bilbao que terminó en cuatro aperturas de expediente por parte de la Ertzaintza. Las palabras del capitán, que encendieron a los allí presentes, reflejan el sentir de un vestuario que ha encadenado más de una década de sinsabores.

La generación más veterana del Athletic, representada por Muniain, De Marcos o Ander Herrera, ha pasado por decenas de varapalos deportivos. En el 2009, cuando el Athletic Club perdió la Copa del Rey y Supercopa contra el Barça, ninguno de los tres lo vivió como jugador. El único fue Iker Muniain, que con 16 años era habitual en las convocatorias de Joaquín Caparrós. Esa generación, que iba tocando a la puerta del primer equipo, estaba destinada a volver a tocar metal y quién sabe si sacar la Gabarra. Pese a estar a un paso en siete ocasiones. Dos de ellas con resultado favorable, las respectivas Supercopas de 2015 y 2021. Nunca consiguieron levantar un título importante para el Athletic.

En materia de títulos suspicaces de sacar la Gabarra, la sequía ha sido de 40 años y durante ese largo periodo cada final perdida ha supuesto un puñal en la espalda que la plantilla ha llevado con solemnidad hasta que hicieron clic esta temporada. A lo largo de este tiempo, el vestuario de los leones ha tenido tintes de ocultismo que se han ido conociendo a lo largo del tiempo. Un ejemplo claro de ello, los mandamientos que desveló Nico Williams tras la consecución de la Copa el pasado sábado o la Gabarra, que ha llevado el seudónimo de 'la innombrable' hasta hace una semana.

La doble final perdida y el inicio del cambio

Las dos finales coperas perdidas en menos de dos semanas pesaron y mucho a la plantilla, que sigue en su mayoría defendiendo los intereses del club. Desde dentro, se veían ganando alguno de los dos partidos, ya sea contra la Real Sociedad (eterno rival) o contra el FC Barcelona (histórico verdugo). Al final, todo se saldó con dos subcampeonatos y el gesto de Muniain al tocar la Copa se quedó en un quiero y no puedo. La decisión del capitán, muy criticada en el territorio, fue la puntilla que terminó de definir al trofeo copero como un tema tabú en el club.

En la historia moderna de la entidad, los resultados han sido muy favorables en cuanto a la Copa del Rey, llegando a las fases finales del torneo temporada tras temporada. Pese a ello, en estos últimos cuatro años se han 'prohibido' todo tipo de promesas, euforia colectiva y cábalas de puertas hacia adentro. Esta temporada parecía seguir el guion de las anteriores, pero desde el inicio de 2024 algo comenzó a cambiar.

Los propios jugadores vieron como el grupo daba para algo más que para luchar por entrar en plazas europeas. Las semifinales de Copa fueron un claro ejemplo, tras el partido muy ajustado en el Metropolitano, la vuelta en San Mamés fue el acabose. Goleada al Atlético (rival directo en liga) y en volandas a Sevilla para volver a pelear por otro título. En ese instante, el propio Iñaki Williams pidió a los suyos que fuesen preparando una gorra con el lema 'A lo bajini' en caso de levantar la Copa número 25 en el palmarés del Athletic. Este gesto, muestra de la confianza que estaba adquiriendo toda la plantilla, se mantuvo en secreto hasta el día de la celebración del título. Dentro nadie quería admitirlo de manera pública para evitar otro traspié doloroso, pero las esperanzas estaban por los cielos.

Abrazar el 'A lo bajini' como remedio terapéutico

El vestuario siempre ha transmitido una sensación de calma al ser cuestionados por la posibilidad de tocar metal en este curso. Alguno entonaba el "ya veremos", otros evitaban la pregunta. Toda la presión y ansia por volver a ganar una Copa del Rey para devolverle a la afición el apoyo incondicional que han demostrado durante décadas de sinsabores, tenía que salir por algún sitio. Parte de la plantilla encontró en las redes sociales como Twitter un refugio a través del cual proyectar sus ganas de conseguir levantar un título importante con el club. El más activo siempre ha sido Iñaki Williams, que adoptó el lema 'A lo bajini' que circulaba entre los aficionados del Athletic por Twitter y lo hizo suyo.

La semana más especial de la plantilla del Athletic empezó con un clic que pone fin a años de ocultismo en el vestuario

Ese eslogan no solo sirvió para estrechar aún más los lazos con la afición o para motivar a la plantilla. Desde dentro explican que fue algo hasta terapéutico. Mediante a "Volar bajito" e ir 'A lo bajini' los jugadores demostraban su confianza y deseo de hacer algo grande. Además, los tiempos fueron los correctos, pues aquella generación que perdió la Europa League de 2012 contra el Atlético está llegando a su fin, mientras la nueva guardia (Unai Gómez, Mikel Jaureguizar o Beñat Prados) está dando pasos para asegurar el relevo.

Por su parte, los más jóvenes fueron los primeros en unirse a la euforia de las redes. Ellos, como Unai Gómez, han vivido las diferentes finales perdidas desde la grada, como aficionados. La sensación de presión no ha sido tan alta para ellos y por eso cuando han podido se han dejado llevar por la locura colectiva. Claro ejemplo, el propio Unai Gómez, que tras el penalti de Berenguer que daba el título al Athletic fue directo al fondo rojiblanco y saltó sobre los aficionados allí situados.

La locura en Bilbao, los cánticos entre compañeros y el «A lo altini»

Ya está. Todos esos años viviendo con tabús y presiones llegaron a su fin del 6 de abril en La Cartuja. La imagen de Iker Muniain levantando al cielo de Sevilla la Copa del Rey, además de alguna lágrima, desarmó de un plumazo el búnker en el que se había convertido el vestuario del Athletic Club. Ahora, en el momento más dulce de su carrera como leones, los jugadores viven una semana única que culminará con el paseo por la Gabarra de este jueves 11 de abril.

En Bilbao se respira otro ambiente. La losa que se han quitado de encima esta generación era tan notoria, como el buen rollo dentro de la plantilla. Como grupo se hicieron fuertes durante años y eso se está viendo cuando ha llegado la hora de celebrar. Muniain, el más maltrecho en lo que a finales se refiere, ahora compone canciones y es el cabecilla de toda una horda de aficionados que ha invadido las calles de la ciudad estos días. Iñaki Williams, por su lado, ha cambiado el "A lo bajini" por el "A lo altini" y seguro que no aplicará los consejos de paracetamol y mucha agua el día de la Gabarra.

El Athletic ofrece el título de la Copa del Rey en la Gabarra. Europa Press

Mientra tanto, entre jugadores se siguen tirando flores siempre que pueden. En la fiesta improvisada del martes se entonaron varios cánticos que volverán a tener protagonismo durante el ofrecimiento de la Copa a la ciudad de Bilbao. El más sonado, el compuesto hacia Julen Agirrezabala por su soberbia tanda de penaltis. "Julen no falla, lololololo. Julen no falla, lololololo", entonado al ritmo de Freed From Desire. Otro que también fue protagonista, pero por su pena máxima anotada, es Mikel Vesga. Los compañeros se han portado con el de Vitoria y también le han hecho una canción: "No puedo vivir sin ti, Mikel Vesga". Esta vez al compás del single de Los Ronaldos.

Parece que la inspiración fluye en los momentos de euforia y los vividos esta semana en Bilbao han dado para mucho. Así, en apenas cinco días tras levantar la Copa del Rey, la sensación es muy diferente a la que se rondaba antes del viaje a Sevilla. Ya con toda la presión fuera y sin el gran peso de los títulos encima, los jugadores del Athletic demuestran una comunión total con su afición. Porque además de leones en el campo, son uno más fuera de él. Ya lo avisó Iker Muniain: "Cuando decimos que esto es una familia no eran palabras vacías".