Las carreras por el Garraf que inquietan en el Camp Nou están detrás del gol de Koundé que le dio la Copa al Barça
El lateral derecho, que no descansa nunca, marcó en el minuto 115 tras una acción que refleja su exuberante estado físico.

Jules Koundé no descansó el pasado verano. Jugó la Eurocopa con Francia y llegó a las semifinales, cuando la apeó la España de Lamine Yamal con un gol del talento de Rocafonda. Luego desconectó dos días y, al tercero, ya apareció por la Ciudad Deportiva Joan Gamper. Como un adicto al entrenamiento, a la competición, al cuidado de su cuerpo. No quería perder tiempo con la llegada de Hansi Flick, el nuevo entrenador. Y, diez meses después de aquello, a las puertas del final de curso, ha sido el jugador de campo más utilizado (4.380 minutos y 49 titularidades) y es el más insustituible pues ha llegado a jugar 104 partidos seguidos. Tanta es su obsesión que incluso desquicia a Hansi Flick.
"Si lo dejo en el banquillo, Koundé cogerá y se irá a correr a Sitges a las tres de la mañana, por eso prefiero que esté jugando", dijo el técnico alemán recientemente. No le faltaba razón. Durante el curso pasado, se hicieron virales algunas imágenes de la expedición azulgrana llegando de madrugada a la Ciudad Deportiva tras jugar un partido y Koundé, sin importarle si eran las tres o las cuatro de la mañana, se metía en el gimnasio a hacer recuperación. "Entreno tres veces al día, unas cuatro horas. Y luego todo lo que lo rodea: cuidarse, comer, dormir... No tengo talento pero le pongo mucha disciplina y corazón", dijo este curso en una extensa entrevista en La Vanguardia.
El jugador reside desde hace dos años en la ciudad costera, a 30 kilómetros de Barcelona y otros tantos de Sant Joan Despí. Una vida tranquila con parajes idóneos para perderse, también en Vilanova i la Geltrú, donde se le ha visto también en varias ocasiones. En algunos días de descanso ha ido a las Pistas Municipales de Atletismo Carme Sugranyes Blay, que se ubican en esta localidad pegada a Sitges. Esa constancia es la que le llevó a marcar un gol que no sorprende a los que le conocen.
En 2022, cuando fichó por el Barcelona, el lateral derecho viajó a Los Ángeles para sumergirse en el entrenamiento gracias a la neurociencia. El lateral, para mejorar en su posición, se centró en estimular la visión periférica izquierda e incluso en su domicilio tiene las herramientas para hacer estos ejercicios, cada vez más complejos.
En La Cartuja, en el minuto 115, la mayoría de jugadores ya no se aguantaban de pie. Carlo Ancelotti tuvo que mover el banquillo y retirar a Vinicius o Rüdiger, jugadores con un gran despliegue físico; incluso Flick tuvo que sacar del campo a Ferran Torres o a Pedri. Pero no a Koundé, que tenía guardado un as en la manga. Adivinó el pase de Modric a Brahim -con esa visión periférica-, se anticipó con la misma energía que en los primeros minutos de partido e hizo un control orientado que le facilitó un remate cruzado potente. Convicción y potencia, todo gracias a su físico y a su personalidad. A cuidar los detalles en los momentos donde no llega ni el lactato.
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— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) April 26, 2025
El paso adelante de Flick y los 45 minutos extras cada día en casa
La acción de Koundé auna también el estilo de Hansi Flick -defender hacia adelante- y la insistencia de Xavi de colocarlo en el lateral derecho. Una posición que antes sacaba de quicio al ex del Sevilla, pero en la que ha dado un paso adelante hasta el punto de convertirse en uno de los especialistas más preciados: titular con Francia y con el Barça. "Los futbolistas sentimos que si no hay fútbol, la vida no va bien", explicó en el rotativo catalán el pasado noviembre.
El lateral, que odia lesionarse, se ha concienciado en trabajar como el que más. Le dedica cada día 45 minutos en su casa, siempre bajo la supervisión del club, para estar siempre disponible. Y para poder llegar dónde otros no llegan tras casi dos horas de juego a 180 pulsaciones.