Ni Bono pudo acabar con el maleficio de la Supercopa

Atenas-. A los pies de la Acrópolis se presentaba el Sevilla con esa aureola de dios griego Prometeo, titán amigo de los mortales, capaz de desafiar a los dioses para robarles el fuego. Ese equipo experto en asaltar a los grandes la plata que tanto luce en su ciudad. Ni el soberbio partido defensivo de los Mendilibar, ni el llegar a esa bendita tanda de penaltis con Bono debajo de la portería, permitió a los andaluces cortar una sangría en esta competición. En los últimos diez años siempre se impuso la lógica: el campeón de la Supercopa de Europa fue el vencedor de la Champions. Tan sólo el Atlético de Madrid pudo romper esa racha en la edición del 2018

Sorprendió Guardiola con su disposición inicial en el campo, quizás por las ausencias de Bernardo Silva y Kevin De Bruyne. Akanji se ubicó junto a Rodri en el centro del campo, Gvardiol muy abierto en banda formando una línea de tres junto a Walker y Aké, dejando a Palmer y Grealish como carrileros. El Sevilla quiso presionar desde el inicio. De hecho un robo en el minuto 2, propició un tiro lejano de Lamela, para 3 minutos después, En-Nesyri desaprovechar dos remates de cabeza. No tardó en responder el City con un disparo lejano de Palmer y un certero remate de Aké a centro precisamente de Palmer que obligó a Bono a lucirse.

En el minuto 16 apareció otra vez el extremo británico. Jugada individual de Grealish que encontró la mano de Bono para sacar la pelota a línea de fondo. Se mostraban los andaluces tremendamente serios en defensa en el ecuador de la primera parte, con constantes ayudas de los laterales pero con poca presencia en ataque. Hasta que en el minuto 24, un mal saque de Bono acabó con el balón en los pies de Acuña que puso un centro al área que supo rematar En-Nesyri imponiéndose a Gvardiol. Jugada clásica.

No quedó ahí la cosa. Seis minutos después un pase de Navas rompía el sistema defensivo del City para conectar con Óliver Torres, que encontró a Lamela en su carrera dentro del área, aunque mandó su disparo fuera. Hasta el descanso, los sevillistas defendieron el resultado manteniendo el orden inicial, que tan sólo permitió a los ingleses producir juego ofensivo mediante centros laterales que no encontraron rematador. Tocaba sufrir.

Mantuvieron el mismo dibujo los citizens al comienzo del segundo tiempo. En el 49, En-Nesyri tuvo la oportunidad de darle más ventaja a los suyos. Una cabalgada de Ocampos por la banda izquierda le permitió darle un preciso pase al delantero marroquí que sólo ante Ederson no puedo introducir la pelota dentro. En la mente de los sevillistas apareció aquel fallo que tuvo ante el Bayern en la Supercopa del 2020. comenzaban los mejores minutos del Sevilla. Una falta de Joan Jordán y un centro chut de Ocampos, engordaban las estadísticas ofensivas de los de Mendilibar. Pero, precisamente cuando los de Guardiola estaban nublados, un centro de Rodri al segundo palo, era cabeceado por Palmer para igualar el partido.

No tardaron en responder los sevillanos con otro pase de Ocampos, otro mano a mano de En-Nesyri y otra parada portentosa de Ederson. Palmer, tras un error en la salida de Ocampos y tras un recorte sobre Acuña, provocó otra parada de Bono. Desde ese momento y hasta el final del partido, sólo la falta de remate evitó que el Manchester City se pudiera por delante. En la tanda de penaltis el destino quiso que a la quinta saliera cruz.

A Badé le tocó bailar con la más fea. El francés, que venía de ser expulsado en el Ramón Sánchez-Pizjuán en el estreno liguero del Sevilla y de no cuajar un buen partido, paralizó por momentos a Halaand. Muy concentrado y bien ubicado durante todo el partido, permitió que el gigante noruego no tuviera protagonismo durante el choque. Es cierto que tuvo buenas ayudas, sobre todo de un Jesús Navas, que se mostró muy seguro en tareas defensivas hasta que el físico le aguantó, pero el internacional galo cuajó una soberbia actuación y eso que pronto se cargó con una tarjeta amarilla.

Si en el Sevilla destacó Bono una vez más, los aficionados citizens tienen que agradecer mucho a Ederson que los mantuviera en el partido. El portero brasileño, muy discutido últimamente, abortó dos mano a mano de En-Nesyri que impidieron a los sevillistas tomar más ventaja. Atento y seguro, paró con las piernas el primer disparo del marroquí cuando ya se cantaba el gol en la grada y estuvo rapidísimo cuando el punta le encaró para intentar meterle el balón por debajo de las piernas.

El mercado de fichajes ha estado muy presente durante la estancia sevillista en Atenas. Desde el hotel de concentración las llamadas eran constantes. Bono, que no seguirá de sevillista para marcharse al Al Hilal, quiso ponerse a disposición de Mendilibar para ser titular ante el Manchester City. Lo mismo ocurrió con Marcos Acuña. Durante la previa, algunas informaciones apuntaban a que el argentino no estaría sobre el verde, una vez alcanzado un acuerdo con en Aston Villa, algo que todavía no se ha producido.

Bono se ha convertido por méritos propios en el mejor portero de la historia del Sevilla. El marroquí ha sido decisivo en las dos Europa League que ha conquistado con la camiseta del Sevilla, logrando incluso obtener el primer premio Zamora en la historia del club. Llegó sin hacer ruido del Girona, costó 4 millones de euros y se va a marchar al fútbol árabe dejando 21 millones en las necesitadas arcas nervionenses. El Sevilla notará mucho su ausencia que tendrá que ser suplida con un portero de garantías.

No hay dudas con En-Nesyri. El delantero está consiguiendo cuajar unos grandes números en este año 2023 donde el Mundial de Catar lo recuperó para su club. Ya lleva dos goles en dos partidos en el inicio de esta temporada, 18 goles en total si contabilizamos todo el año 2023, obteniendo mejores registros que Lewandowski (15). Generoso en el esfuerzo, ayuda constantemente a sus compañeros en tareas defensivas. Sin bien es cierto que tuvo dos mano a mano para dar más ventaja a los suyos, ha hecho del remate de cabeza uno de sus puntos fuertes. Veremos a ver que depara en final del mercado.