Bojan Krkić: "Los jugadores de fútbol nos estamos comportando, en muchos casos, de vergüenza ajena"
El exdelantero del Barça pide hacer autocrítica. Considera que los futbolistas no son el ejemplo de comportamiento que deberían ser.
Ha colgado las botas pero no ha dejado de driblar, de encarar. Bojan Krkić sigue protegiéndose como cuidó el balón durante las 16 temporadas en que lo acunó como profesional. En su llegada al primer equipo del Barça, según muchos, con un gran parecido con Leo Messi. "A día de hoy sigo viendo 'El nuevo Messi' y yo creo que ese titular ya no engancha, que ya no es algo que cree expectativas, al contrario, que crea rechazo", asegura.
El Camp Nou que acogió su fútbol durante cuatro temporadas en las que alternó alegrías y sufrimientos vivió el pasado 23 de marzo su adiós como futbolista. "Un vestuario no es un camino de rosas, no es un cuento de Disney". Ha colgado las botas a los 32 años este joven de Linyola (Lleida) que deseaba seguir siendo un niño, después de haber jugado en nueve equipos de siete ligas: F.C. Barcelona, Roma, Milan, Ajax, Stoke City, Mainz 05, Alavés, Montreal y Vissel Kobe. De haber sido un futbolista de récords por una precocidad que le costó, entre otras cosas, la salud mental.
La ansiedad le privó de disputar la Eurocopa 2008. "Cuando la Selección ganó la Eurocopa no sentí ningún tipo de envida. Estaba donde tenía que estar: en el sofá de mi casa", afirma este chico que mira de frente cuando habla al otro lado de la pantalla, que se define sensible pero ya no frágil como lo fue en sus primeros pasos en el vestuario del Barça, donde le protegieron Rijkaard, Eto'o o Ibrahimovic. "Ibrahimovic es de los pocos amigos que hice en el mundo del fútbol. Tiene un corazón enorme, más grande que la propia coraza que se pone", comenta el exdelantero culé, que plantea una interesante autocrítica de los futbolistas por un comportamiento que considera, en muchas ocasiones, "de vergüenza ajena". "¿Somos los jugadores profesionales realmente un ejemplo?".
Sí, también hablamos de Pep Guardiola y de Ansu Fati, quien le arrebató el registro de jugador más joven en anotar un gol con el Barcelona y le está sucediendo, además, en un oscuro impás. "Con Ansu lo que se tiene que hacer es que no se hable de él. Que se le deje tranquilo y se le permita fallar. Que conecte con el Ansu juvenil que subieron al primer equipo y no tenía expectativas".
Sabe de lo que habla un Bojan que, como anunció en sus redes sociales el viernes, al día siguiente de esta charla tan futbolística como emocional, se vestirá oficialmente de corto por última vez el próximo 8 de junio en un Selección Catalana-Mali.
¿Qué tal, Bojan? ¿Cómo estás después de anunciar oficialmente que dejas el fútbol? ¿Cómo han sido estos primeros días?
Sí, hace unos días que lo anuncié, pero es una sensación que ya venía sintiendo desde hacía tiempo. Internamente es una decisión que había tomado desde hacía varias semanas, así que estoy bien, con la sensación de haber tomado la decisión que sentía. Pocas veces tomamos decisiones que realmente sentimos, normalmente tomamos la decisión que creemos, que tiene que ser. Yo las he tomado, muchas, durante mi carrera. "Esta decisión creo que tiene que ser ésta" o "estoy convencido de que será esta", pero realmente no es la que tú sientes. Entonces, es la primera vez o de las primeras veces que he tomado una decisión sentida. Estoy con la satisfacción de haberlo hecho y empezando una nueva etapa con ilusión y con ganas de seguir construyendo.
¿Qué te hacía sentirlo así? No pensarlo, sino sentir que tenías que dejar el fútbol.
Las vivencias, sobre todo, los últimos años. Han sido 16 temporadas a nivel profesional en las que he vivido situaciones de todos los colores. Una sensación realmente de plenitud, de satisfacción tanto en lo profesional como lo personal y, sobre todo, los tres últimos años, que fueron un año y medio en Estados Unidos y un año y medio en Japón, que fue desde que empezó la pandemia, en países que han estado cerrados. He estado muchos meses solo en el extranjero. Ha habido situaciones de mucha reflexión, de valorar muchas cosas y, sobre todo, es la sensación de plenitud, de estar satisfecho, de ser consciente que el mundo del fútbol es una etapa y que a todos nos llega. Que hay que saber cerrar esta etapa. No es fácil, porque es algo que todos amamos, venimos haciendo desde muy pequeños y nunca ves el momento, o es difícil ver el momento. Tienes que ser muy honesto, muy realista y consciente de cuándo es el momento de cerrar la etapa, y yo sentía que mi momento era éste.
Momento mental o emocional más que físico, porque tienes 32 años, todavía te podía quedar mucha carrera, pero en tu adiós dijiste que lo has dejado porque no quieres tener un mal recuerdo del fútbol. ¿Qué podía haber enturbiado tu carrera? ¿Qué te inquietaba de seguir?
Bueno, cuando llevas un proceso largo, en lo que sea, tú lo inicias siendo muy romántico. En este caso, en el mundo del fútbol. Yo siempre me he considerado un jugador que ha vivido con la pasión de jugar, de lo que es el juego, del balón. Cuando con cuatro años empecé a correr detrás de él, yo no entendía el porqué, cuál era el instinto que me llevaba hacia ese balón, y eso, esa esencia, es la que yo he intentado mantener durante el largo de mi carrera. Si es verdad que ese ideal vas descubriendo que no es tan ideal y entonces te vas haciendo tu propio camino. Uno siempre tiene ese pensamiento, ese recuerdo del inicio y no es consciente de que todo va evolucionando. Entonces, llega un momento que por situaciones externas, internas, de todo tipo, vas acumulando una carga. Esa carga es la que al final te puede realmente hacer daño, ya sea en el mundo del fútbol o en las relaciones humanas, pasa lo mismo. Muchas veces no sabemos cortar con esa pareja o con esa amistad porque es de toda la vida y no identificamos que es de una etapa o de un capítulo. Saber cortar eso es importante, porque te quedas con la parte buena y lo haces queriendo, queriendo a esa persona, queriendo a ese deporte, en mi caso, al fútbol.
¿Cómo calificas tu carrera?
Pues mi carrera la califico un regalo. Un regalo. Regalo para ese niño que con cuatro años empezó a correr detrás de esa pelota, que con nueve años empezó a jugar en el benjamín del Barça y que en ningún momento entraba en su cabeza -ni con cuatro ni con nueve ni con todo el camino que hice en las categorías inferiores del Barça- poder llegar a ser futbolista profesional, poder debutar en el primer equipo del Barcelona, poder jugar durante 16 temporadas... Han sido muchas las cosas que he vivido, que he sufrido y que nunca me había llegado realmente a imaginar que hubieran sido posibles. Para mí ha sido todo un regalo. Mucho agradecimiento, mucho orgullo. La sensación de estar contento con todo lo que he podido vivir.
Con ese regalo, con ese privilegio de haber cumplido tu sueño de niño, de haber sido profesional durante 16 temporadas, de haber estado en nueve equipos de siete ligas, de haber ganado 15 títulos, ¿te molesta que haya quien diga: "Con lo que prometía este chico…", "Con lo que podía haber sido Bojan Krkic…"?
Al principio sí que me llegaba a molestar, porque no hacía justicia con lo que realmente estaba haciendo. Esas expectativas no eran las mías, eran externas, entonces, estaba juzgando a ese Bojan de esas expectativas que se habían creado, pero no eran mis expectativas. Entonces, cuando yo entendí cuáles eran mis expectativas, entendí que eso no me tenía por qué afectar, que yo tenía que seguir mi camino aunque, obviamente, han influenciado. Pero también tiene la lectura de que si se esperaba tanto de mí es porque yo hice méritos para que también se esperara tanto. Hay quien juzga a Messi, hay quien juzga a Cristiano, ¡cómo no van a juzgar a Bojan! ¿Cómo no van a decir que la carrera de Bojan no ha sido la que…?
"Hay quien juzga a Messi, hay quien juzga a Cristiano, ¡cómo no van a juzgar a Bojan!"
ExfutbolistaLa gente es libre de opinar, somos personajes públicos, estamos expuestos a la opinión pública. De hecho, gracias a la opinión pública también somos quien somos. (Ríe.) No es algo en lo que realmente gasto energías. En lo que me centro es en lo que me ha costado obtener todo lo que he vivido. No ha sido fácil ni mucho menos. Han sido muchos días de sacrificio, de constancia, de disciplina, de levantarse una y otra vez, la sensación de que nunca me he rendido, que he jugado en grandes clubes, que he jugado en clubes más pequeños luchando para no bajar, no hemos bajado... Al final, han sido tantos los momentos vividos que yo soy consciente de todo lo que he hecho. Me quedo en esa sensación y en la gente que realmente lo ha vivido conmigo, que es lo que me llena.
¿Y las mudanzas las tienes contabilizadas también?
Han sido varias. Han sido varias más también de lo que ese niño se imaginaba cuando empezó a jugar al fútbol. Todas esas mudanzas me han sacado de mi zona de confort, me han hecho crecer, me han forzado a crecer. En el momento me ha costado mucho hacer y deshacer maletas. He llorado mucho, he sufrido mucho, pero a la vez, después de cada lágrima había una sensación muy agradable de ver cómo estaba creciendo y cómo estaba evolucionando.
En 2017, en el Mainz 05, te convertiste en el primer español en anotar en las grandes ligas europeas: LaLiga, La Serie A, la Premier League y la Bundesliga. ¿Qué inquietud te movía a ir de país en país, a seguir viviendo el fútbol fuera, a seguir lejos de Linyola, a salir de esa zona de confort? Porque luchabas contra ti mismo, ¿no?, el niño que había en ti no quería…
No quería, no quería. De hecho, es que hasta la última vez que me fui a Japón me costó. Nunca me ha sido fácil, pero es lo que me ha hecho crecer. Ahora hablo con gente de Japón y digo: "Es un privilegio poder tener contactos, tener amistades en Japón, en Estados Unidos, en diferentes partes de Europa". Para mí lo más importante no han sido ni los trofeos ni el dinero, para mí lo más gratificante ha sido que, gracias al fútbol y gracias a hacer lo que realmente a mí me ha llenado y me ha salido de dentro, que es jugar a fútbol, me ha permitido experimentar sensaciones, experimentar el fútbol más allá del Barça, de Cataluña, de España, de Europa, conocer gente de diferente cultura, gente que entiende el fútbol de otra forma. Todas estas cosas son la parte que te queda para muchos años.
Hay un dato que diste en 'The Wild Project' que me impactó, que de esos 12 años de los 16 de tu carrera que has vivido fuera de España, el 80% de los partidos que jugaste los viviste solo, sin nadie de tu familia o entorno en el campo. ¿Cuánto daño o cuánto te ha afectado en tu vida y en tu carrera la soledad?
Sí, cada uno es como es, que hay gente que está mejor fuera de casa que en casa, pero en mi caso soy una persona que necesita a su gente cerca. Necesito ese cariño, recibirlo, darlo. Entonces, el día a día de esa soledad en el extranjero que no te permite compartir las emociones de los entrenamientos, de los partidos, en el propio campo, cuando ves tanta gente... Sólo con tener una persona de tu entorno, que tú la tienes localizada y que durante el partido la vas viendo o vas conectando con esa persona, es muy importante. Ha sido algo con lo que he tenido que convivir. También esto me ha hecho crecer y conocer esa sensación de silencio, que es importante conocerla. El saber estar solo, que también eso lo he aprendido y llegas a saber estar bien solo. Eso es muy importante. Bueno, es el camino que a mí me ha tocado vivir.
¿Te ha enseñado también esa soledad a trabajar y canalizar de alguna manera tu sensibilidad? Has reconocido que eres un chico muy sensible.
Sí, sí, se fortalece. Para mí ser sensible es una virtud, y me encanta la gente sensible. Es la gente con la que realmente conecto. Lo que pasa es que al principio es una sensibilidad muy, muy, muy frágil. Esa fragilidad es la que tú aprendes a fortalecer y a conservar la esencia de la sensibilidad, pero desde una fortaleza que te permita sentir y vivir las cosas desde otro punto de vista.
Esa sensibilidad, esa necesidad de estar cerca con los tuyos, ese no querer crecer, ¿le has llegado a poner el nombre? ¿Hay un poco de síndrome de Peter Pan, de decir: "Es que quiero seguir siendo un niño"?
Viviría una y otra vez la infancia, volvería a nacer para vivir en la infancia. Es la época que fui más feliz, sin duda. Pero entiendes que tienes que crecer y entiendes que tienes que evolucionar. Probablemente en el inicio, al empezar con 17 años, siendo un niño en un mundo profesional, ahí sí que bufff, tuve momentos de decir "quiero seguir siendo niño". Busco esas actividades que me permitan ser ese niño. Tuve muchos momentos esa sensación de decir "cuando tenga el día libre quiero ir a mi pueblo", "quiero ir con mis amigos", "el cumpleaños de mi primo, de mis primos". Son situaciones que vas entendiendo al paso de los años.
¿Y cómo llevaba ese niño que le compararan con Leo Messi? Que hubiera tanta expectación en torno a él.
Bueno, es verdad que yo llegué muy fuerte al primer equipo. A día de hoy sigo viendo 'El nuevo Messi' y pienso: "Es que la gente…" Yo creo que ese titular ya no engancha a la gente, que ya no es algo que cree expectativas, al contrario, crea rechazo el querer poner a alguien 'El nuevo quien sea'. Al principio es difícil, porque no tienes el conocimiento como para realmente separar esa presión, esa expectativa externa a la que tú tienes y a la que tú realmente quieres tener. Cumplir las expectativas de ser 'El nuevo Messi', yo creo que todo el mundo va a tener que buscar otro camino. Pero al principio es difícil. Es difícil porque no te deja realmente construir tu propio edificio.
¿Cómo te sentías en medio de aquella burbuja, de debutar con la camiseta del Barça, de marcar tu primer gol, de arrebatarle precisamente a Messi ese registro de hacerlo como el más joven, con 17 años y 51 días? Fuiste muy precoz siempre.
Sí, muy inocente, muy inocente en ese momento. No te das cuenta de lo que está pasando, para mí las cosas iban muy rápido. No era consciente realmente de que estaba debutando en el primer equipo en Liga, en Champions, en el Camp Nou, que marqué mi primer gol en el Camp Nou… Sí que percibes esas sensaciones, esas emociones, pero no eres consciente de la dimensión que tiene. No eres consciente de que en Japón te están viendo, de que en la otra punta del mundo ya saben quién eres. Vas entendiendo de qué va el juego, pero al principio no eres consciente, no sabes qué está pasando.
¿Qué te decía Rijkaard? Él es quien te da la gran oportunidad de debutar.
Sí, la oportunidad y la continuidad, que es lo más importante. Rijkaard para mí, más allá del entrenador, fue como un padre en el vestuario. Una persona fantástica con un corazón enorme. Viene de la escuela holandesa, que ahí, aparte de formar jugadores, forman personas, les educan. Para mí siempre va a ser una persona muy especial y un entrenador al que, gracias a él, he tenido el camino que he tenido.
¿Cómo te demostró ese cariño, el que te tratará como un hijo. ¿Alguna anécdota, algún momento que recuerdes?
Recuerdo sus abrazos. Sus abrazos reales antes de empezar los partidos, cuando me cambiaba en las medias partes, cuando entraba en el segundo tiempo, en los entrenamientos, en algún día que hubo algún conflicto más allá de lo que es el conflicto profesional, él me llamaba en su despacho. Veías que quería que yo fuera capaz de hacer frente a esa situación. Veías a alguien de corazón, que lo hacía de corazón.
"Ibrahimovic es de los pocos amigos que hice en el mundo del fútbol. Tiene un corazón enorme, más grande que la propia coraza que se pone"
Exfutbolista¿E Ibrahimovic? También te protegió mucho.
Sí, también, sí. Detrás de esta coraza que él tiene hay un corazón enorme, igual o más grande que esa coraza. Yo compartí con él un año y la pretemporada del segundo antes de que fuera al Milán, y para mí fue un gran compañero, de los pocos amigos que haces en el mundo del fútbol.
¿Qué tal la relación con Thierry Henry?
Con Henry tengo la oportunidad, el privilegio, de compartir vestuario como jugador y luego como entrenador. Él fue mi entrenador en Montreal. Él cuando llega a Barcelona es mi primer año, ve a un niño de 17 años, ve esa inocencia en ese niño. Probablemente se vea reflejado en él, de cuando él empezó y le sale el proteger a ese jugador, a ese niño que está empezando en el mundo profesional, que probablemente él sabía dónde me estaba metiendo. A él le conocí en el inicio de mi carrera y prácticamente en el final de mi carrera. Los dos procesos han sido procesos muy especiales y también, sin duda, es uno a los que más cariño tengo.
¿En quién más se apoya ese niño que reconoce que no se atrevía ni a coger una botella de agua del vestuario?
Se apoya en lo que puede. Yo tuve la suerte de que hubo personas que me cuidaron mucho, que me enseñaron mucho, que me protegieron mucho. Por ejemplo, otro de los jugadores que estaba a mi lado en el Camp Nou, porque en ese año todavía no teníamos la ciudad deportiva, era Samuel Eto'o. Samuel Eto'o para mí también fue, aparte de un jugador que compartíamos posición, como persona me enseñó mucho. Y gente de casa. Con Andrés también conecté mucho, con Víctor, con Xavi, con Puyi. Ellos saben lo que significa entrar en un vestuario joven, que saben que uno se tiene que hacer, que no es un camino de rosas, no es un cuento de Disney. Tienes que saber que es un mundo competitivo un vestuario y que para consolidarte tienes que hacerte valer.
Hablas de conflictos, de no saber dónde te estabas metiendo, de hacerte valer. ¿Cómo lo haces? ¿Había más presión externa o interna?
Más presión interna de la que yo me he puesto a mí mismo no había, ni externa ni interna. La presión interna ha sido siempre muy alta, más que las otras presiones. Yo sabía cómo estaba, yo sabía cuando jugaba bien, cuándo no, sabía lo que tenía que aprender, cómo me tenía que hacer valer. Ha sido un poco la lucha más constante que he tenido y la que realmente vale la pena, que es la con uno mismo, que es en la que te conoces y tienes que hacer tu coraza para seguir. Para crecer.
Me has regateado muy bien, pero yo hablaba de la presión del vestuario.
¿No te ha servido? (Ríe a carcajadas.)
No…
No, a ver, tienes presión. Cuando eres jugador profesional, y más en un Barcelona, tienes presión. Son muy pocos los privilegiados que forman parte de esa plantilla, entonces, es una presión que es la que tiene que ser. Es la que te exige el compañero, es la que te exige el entrenador, el presidente y la afición. Estás representando uno de los mejores clubes del mundo, entonces es una presión que es la que tiene que ser.
Voy a ser más directa aún. Hablas de presión, de hacerte a ti mismo, de corazas, también te he escuchado hablar de envidias, de competencia, de rechazo. ¿Sufriste 'mobbing' en el vestuario del Barça?
Es que yo, te lo digo en serio, yo lo entendí como un mundo profesional. Como un vestuario. Es que es competir. Compites con tu compañero, compites para ganar el partido como equipo, compites mediáticamente con la prensa, con la gente... Claro que compites y el que destaca molesta, pero en el vestuario de fútbol y en todos los sitios. Y más, en la sociedad de hoy en día que vivimos, incluso en los propios grupos de amistades. El que innatamente es el líder o el que con hacer poco ya tiene lo que quiere, ése molesta, ése genera envidias. Es la sociedad que vivimos. Y en un vestuario de fútbol más todavía, porque las horas que convives son muchas, incluso más que las que convives con tu familia y, obviamente, se generan todas estas situaciones.
¿Cuál, quién, era tu principal competencia en ese momento?
Pues mi principal competencia en ese momento... yo, realmente. Yo no tenía que jugar de titular con 17 años. No era mi objetivo. Yo estaba en un equipo que, probablemente, había los mejores jugadores del mundo. Yo no tenía esa sensación de competir con el compañero. No podía competir.
Pero ellos contigo sí…
Porque ellos, o sea, el jugador veterano o el jugador más experimentado obviamente que compite con el joven, pero eso es normal que pase. Pero, desde mi situación, yo competía conmigo mismo para aprender lo máximo para que, cuando el entrenador me hiciera jugar, estar al nivel del equipo. Ese año la situación no era positiva. Ése era mi mundo competitivo, sobre todo los primeros años. Yo siempre, los cuatro años que estuve en el Barça, fui muy consciente de dónde estaba. Luego, cuando salí del Barça, sí que ya realmente dices: "Vale, aquí quiero jugar titular y quiero jugar los máximos partidos posibles". Siendo realista, de 17 a 20 o 21 años, en el Barcelona, la época que yo viví, que probablemente es la mejor época en la historia que se ha visto de un equipo de fútbol por títulos, por nivel de juego, no puedes exigir jugar titular todos los partidos. Yo era muy consciente de esto.
No quieres ponerle nombre a esa competencia, pero a ti te supuso un problemón. Viviste un proceso difícil de ansiedad ese año y entiendo que la presión exterior influyó, pero esas vivencias en el vestuario, también, y no poco.
A ver, mi proceso de ansiedad yo lo identifico más por el cambio de vida que supuso en mi persona el que se generara un personaje público para un niño de 17 años, de pueblo, que lo que quería y lo que entendía del fútbol era jugar. Entonces, lo que implicó el ser jugador de fútbol de Primera división del Barcelona generó un cambio en mi vida -yo me fui al Mundial Sub-17, en mitad de julio, pudiendo pasear tranquilamente por Barcelona, a volver a finales de agosto y no poder salir de mi casa porque la gente me paraba-, y yo no entendía qué estaba pasando. Ese cambio tuvo su proceso de asimilarlo, y por eso identifico que el proceso de ansiedad que yo viví fue por la rapidez que generó el ser jugador de fútbol, como profesional y en mi vida personal.
No da a entender lo mismo frases como la que te dijo Ibrahimovic: "Mientras yo esté aquí, a ti nunca te va a pasar nada".
Sí, pero no, yo creo que será más… Bueno, el comentario puedes entenderlo como quieras, pero se entiende también por lo que significa ser un jugador profesional del Barcelona. El primer año todo es bonito y luego ya empiezas a generar debate. Los comentarios positivos se giran, empiezan a ser negativos. Esa convicción que había empiezan a ser dudas. Entonces, si te protege Zlatan, pues estás más tranquilo… (Se ríe). Si sale él en zona mixta, estás más tranquilo.
Y cuando no estabas tranquilo, ¿cómo se manifestaba en tu cuerpo esa ansiedad?
Pues yo estaba las 24 horas del día mareado. No había un segundo que no estuviera mareado. Esa sensación la tenía controlada. Era desagradable, pero la tenía controlada. Cuando venía la ola, que no sabes cuándo viene, el mareo se acentuaba y tenía sensación de mucha tensión en la zona aquí de la cabeza. (Se toca la frente). Se manifestaba de esta forma. Al final, aprendes a gestionarla y eso es lo que hice: entender, aceptar y afrontar el reto que tenías en ese momento.
Para ello recurriste al psicoanálisis. ¿Cuánto te ayudó la terapia?
Sí, me ayudaron muchas cosas. El psicoanálisis fue un proceso que me ayudó mucho. Fui capaz un poco de entender qué estaba pasando y poder trabajar en ello. Mi familia, la gente que está a mi alrededor, la fortaleza que tuve para en ningún momento detenerme ni permitir que esa sensación me hiciera parar. Al contrario, tenía que seguir, no me podía impedir perderme ningún entrenamiento, ningún partido, tenía que buscar soluciones para estar lo mejor posible y entendía que esa situación me iba a hacer más fuerte. Que no sabía hasta cuándo iba a durar, pero eso no me iba a frenar ni mucho menos y que tenía que buscar soluciones para hacerlo. Este enfoque también me ayudó a darme esa fuerza que necesitaba.
Hace unos días charlaba mi compañero Patxo de la Rica con tu buen amigo con Ibai Gómez, y le reconoció que había llegado a jugar partidos habiendo dormido apenas una hora y media por haber estado toda la noche llorando. ¿Tú llegaste a vivir alguna situación similar?
Yo los partidos que jugué es porque los podía jugar. Sólo hubo en ese proceso dos partidos que no pude jugar y cuando no fui a la Selección, claro, pero yo hacía todo lo posible para llegar al partido, para estar disponible. De hecho, lo que te digo, me perdí dos partidos.
¿Cuáles fueron esos dos partidos?
Uno me acuerdo que fue el del Vicente Calderón, cuando Ronaldinho marcó de chilena. Ese día no pude ir. Y el otro no me acuerdo, no sé qué partido fue, no me acuerdo.
Se diría que tenías una gastroenteritis, ¿no?
Probablemente. (Se ríe.)
¿Eso cambiará algún día? ¿Se dirá que hay una lesión mental, que habrá una baja de un futbolista por un problema de salud mental? Igual que se habla de un problema en los isquios o en el cuádriceps. ¿Crees que hace falta?
A ver, ¿sabes qué pasa?, que yo creo que la demanda social, la exigencia social, es tan alta que lo queremos todo ya. Entonces, los propios clubes al jugador le quieren bien, le quieren para rendir. No le cuentes al presidente que esa noche el jugador no durmió, no le cuentes a entrenador que le dolía el aductor. Yo creo que lo que tendría que haber es que de los clubes saliera ese compromiso de poder sacar lo mejor de la persona. Entiendo que hay poco tiempo, entiendo que se quiere el resultado ya, pero realmente es muy gratificante cuando de una situación que un jugador se encuentra en dificultad tú le consigues sacar el mayor rendimiento.
"En el Barcelona hay jugadores de selección española que tienen un gran nivel y no lo están demostrando. El problema: que no aceptamos su tiempo de recuperación"
ExfutbolistaPor ejemplo, hay jugadores ahora mismo en el Barcelona que se encuentran en una situación que tú les ves que no tienen confianza, que están pasando por una situación de dudas, y la gente quiere que el club lo venda, que se está generando... Son grandes jugadores. Estamos hablando de jugadores de selección española, jugadores que tienen un gran nivel y ahora no lo están demostrando, pero porque realmente no tienen a nadie dentro de las estructuras de los clubes que les permita el tiempo para poder ser capaces de salir al campo y sacar lo mejor de sí. Y eso, para mí, es el problema: que la sociedad no aceptamos que haya tiempo, que haya un proceso de recuperación. Lo mismo que hay el proceso de recuperación de una lesión, lesiones largas, se tendría también que entender que podría haber un proceso de recuperación. Al final, son heridas que cicatrizan y que sigues adelante.
Te iba a preguntar por Ansu Fati, pero igual estás hablando directamente tú de él.
No, no, no quería… He hablado de algunos jugadores, no solamente de Ansu.
Sí, puede ser también el caso de Ferran o de Eric García, que tienen ahora esa presión, esas miradas encima.
Jugadores que son… Bueno, estoy hablando del Barcelona o jugadores, por ejemplo, como en el Real Madrid también. Asensio, desde que volvió de la lesión, tuvo un proceso que no fue fácil seguramente y desde que empezó a sonar que lo iba a firmar el Barça está metiendo goles y su nivel ha aumentado. Entonces, son inputs que se generan, que al jugador le sirven. Y Ansu, yo creo que con Ansu lo que se tiene que hacer es que no se hable de él. Que se le deje tranquilo, que se le permita fallar. Parece que no se le permite fallar. Ansu lo que tiene que hacer es fallar y cuanto más falle mejor. Porque así va a progresar. Así va a aprender y lo que tiene que entender es que es muy joven, tiene mucho camino por recorrer, parece que ya se le ha terminado y justo está empezando. Así que yo creo que lo que se tiene que hacer es eso; dejarle de espacio, que el jugador que lo ha demostrado, así que no hay más que decir realmente.
¿Crees que puede estar viviendo una situación parecida a la que tú viviste, un proceso psicológico similar?
Es que se podría comparar con muchos, con tantos otros, no sólo con mi situación. Es que es lo que te digo, a día de hoy sigo viendo titulares del nuevo Messi. Es lo que al jugador le toca vivir. Yo creo que el jugador, a día de hoy, ya sube más consciente de las reglas del juego. Y las reglas a día de hoy son éstas, siguen siendo éstas y esperemos que no duren más, que no sean por mucho más tiempo.
¿Qué le dirías a Ansu?
Yo le diría que se permitiera el lujo de fallar, que se permitiera el lujo de intentarlo y que no le salga, que no pasa nada. Que lo haga, porque habrá un día que le va a salir. Y que conecte con ese Ansu juvenil que le subieron al primer equipo y que, probablemente, no pensaba en nada y que no tenía ningún tipo de expectativa. Y que es un jugador joven. Pues eso… Yo realmente no soy de dar consejos, porque no soy quién, y considero que al final las personas aprendemos con las vivencias que tenemos, por eso te digo que también estamos en una sociedad que no permitimos fallar. Sí es verdad que hay que minimizar el fallo, pero tú aprendes a no fallar con la experiencia. Hay que dejar vivir, hay que dejar experimentar y que cada uno sea capaz de construir su propio camino".
¿Crees que le está dejando fallar Xavi, que lo está haciendo bien con él?
Yo creo que Xavi está gestionando muy bien todo el tema de los jóvenes, de la gestión de equipo. No es fácil ser entrenador de fútbol, no es fácil ser entrenador de un primer equipo de un club tan grande como es el Barcelona y Xavi no sólo tiene a Ansu Fati. Tiene a veintitantos jugadores y es el responsable de que el equipo gane. Entonces, diría que no es Xavi realmente el responsable de ese jugador, hay gente dentro del club que tiene que también formar parte de esa responsabilidad.
"Xavi no es el responsable de Ansu Fati. Hay gente dentro del club que tiene que también formar parte de esa responsabilidad"
Exfutbolista¿Como quién?
No me refiero del Barça, ¿eh?, me refiero en los clubes.
¿Y quién, qué figura, dentro de los clubes, debería tener esa responsabilidad?
Pues para mí, como hay el fisio, como hay el preparador físico, tendría que haber la persona que antes de los partidos, en la media parte, al final del partido, pudiera empatizar con el jugador, pudiera darle al entrenador que el jugador esté lo mejor preparado posible. Ya sea dentro del staff, ya sea dentro de la junta directiva, ya sea una persona que le quite esa presión al entrenador. Al final, el entrenador lo que necesita es al jugador preparado.
¿Hablas de un coach o de un psicólogo?
Bueno, yo soy partidario de que no haya coach dentro del vestuario, que no haya coach individual. Coach grupal me parece perfecto, pero eso para mí tiene que ser externo. Pero sí que una persona que sea capaz de poder empatizar con el jugador, que el jugador realmente conecte con esa persona, que se sienta libre de poder hablar antes del partido, la hora antes que el jugador está en vestuario puedan analizar, en el caso del delantero, a los defensas contrarios, a la media parte decir: "Ostras, veo que me está pasando esto. ¿Qué puedo hacer?" Esa visión, esa conexión, ese diálogo que te puede dar una persona que probablemente se haya encontrado en una situación parecida.
Hablábamos de Xavi y no puedo no preguntarte por Pep Guardiola. Él reconoció que fue injusto contigo por no darte los minutos que merecías, y tú cuando sales del Barça también aseguras que había sido injusto contigo. No te despediste de él. ¿Por qué crees que lo fue? ¿Qué pasó?
Mira, con el paso de los años de lo que soy consciente es de que he tenido la suerte de estar entrenado por uno de los mejores entrenadores la historia del fútbol. Por mi forma de entender el fútbol, ojalá hubiera tenido a todos los entrenadores que he tenido con la idea de juego de Pep. Con gran parte he tenido lo contrario. Con Pep aprendí mucho de conceptos deportivos, de cómo entender el juego. Yo formaba parte del mejor equipo. Es que no era ni un equipo: era la selección mundial de los mejores jugadores probablemente de esa época. Entonces, yo era un jugador joven que formaba parte de ese grupo y al que Pep dio muchos minutos. Pep me hizo jugar muchos minutos. Lo que pasa es que, como cada jugador, siempre quieres jugar más y siempre hay ese partido que te hubiera gustado jugar. Pero no, no, no quiero hablar a estas alturas de justicia.
Aparte, no he permitido que hubiera ninguna emoción que me produjera una carga en mi mochila, no. Todas estas cargas las he ido sacando porque no sirven de nada. Tú, cuanto más ligero estés, más feliz eres y con lo que me quedo de esos años es eso, el haber vivido una época histórica, una época única, una época de considerarme un privilegiado. Más allá de lo que se ganó, lo que se vivió. Es con lo que realmente a mí me conecta y lo que me hace recordar esa época muy bien.
"Ese partido que te hubiera gustado jugar" fue la final de la Champions en Wembley, ¿no? ¿Hay algo que aún no hayas contado de aquel día y que nos quieras contar?
Lo que te puedo contar es que un niño de 20 años, un fan del Barcelona que siente los colores, que siente el club, ¿que le hubiera hecho feliz jugar cinco minutos esa final?, obviamente, pero que a lo largo del tiempo digo: "En esa final, por parte de Barcelona, había 18 jugadores convocados. Yo estuve entre esos 18 jugadores". Eso es muy importante y me quedo con eso. Me quedo con que realmente formé parte de esa plantilla, formé parte de ese equipo y que lo pude vivir de muy cerca. ¿Que me hubiera gustado estar un poco más cerca? Sí, pero como a todos. Siempre queremos más. Tenemos que aprender también a valorar lo que tenemos, ser conscientes de lo que tenemos, y yo en ese momento tuve algo muy grande. Y es así.
"Cuando la Selección ganó la Eurocopa 2008 no sentí ningún tipo de envida. Estaba donde tenía que estar: en el sofá de mi casa, tranquilamente"
¿Y te reafirmas también en la decisión que tomaste con la Selección, en la necesidad que tenías de quedarte fuera de la Eurocopa 2008? Renuncias a ir por la ansiedad que estabas sufriendo.
Sí, me reafirmo, pero porque nunca me he sentido arrepentido. Esa ilusión que ese niño tenía por ir a la Eurocopa era indudable, pero no podía. No es que no quería, es que no podía. Entonces, cuando tú no puedes no hay arrepentimiento alguno. Y de verdad, ¿eh? Incluso me acuerdo perfectamente de estar en casa viendo la final de la Eurocopa, cuando la Selección ganó, y no sentir ningún tipo de envidia o de "hubiera podido estar ahí". Estaba donde tenía que estar, que era en el sofá de mi casa, tranquilamente. No había otro escenario para mí real en ese momento.
En su casa ha reconocido que también ha pasado días difíciles estas últimas semanas Nico Williams. ¿Cómo ves la crispación que hay en el fútbol? Hablabas de Ansu Fati y de dejarle fallar, pero Nico llegó a cerrarse las redes sociales por la presión que sufrió.
También te digo que aquí hay que hacer autocrítica, ¿eh? Esta situación es lamentable, pero cuando digo que tenemos que hacer autocrítica me refiero a: ¿Somos los jugadores profesionales realmente un ejemplo o damos ejemplo de comportamiento? Somos los primeros que no damos ejemplo de comportamiento. Y hay campañas y campañas y campañas... La afición se guía por la actitud de los jugadores y hay muchos jugadores actuales que constantemente generan polémica. Y es así. Y el aficionado, la prensa, con los medios de comunicación, alimentan esa polémica, y la gente percibe esa polémica. Entonces, esa crispación. La propia sociedad estamos viviendo una época complicada, los jugadores de fútbol deberíamos dar ejemplo. Deberíamos ser los primeros en hacer campañas, en comportarnos dentro del campo de fútbol como profesionales que compiten, pero de otra forma.
Y probablemente Nico no sea este caso, porque Nico siempre demuestra una buena actitud en el campo, pero es un jugador de fútbol. Y al final, a los jugadores nos identifican a todos por iguales. Yo creo que todo lo que pasó es algo que la gente tiene que reflexionar, a nivel de redes, de comunicación, pero sobre todo los jugadores de fútbol somos los primeros que tenemos que hacer mucha autocrítica y que tenemos que parar esta evolución, porque estamos comportándonos realmente, en muchos casos, de vergüenza ajena.
¿Qué situaciones te provocan a ti esa vergüenza ajena?
Hay muchos comportamientos, no quiero ahora hablar de algún caso en concreto, hay muchas situaciones que vemos probablemente cada semana. De situaciones que son extradeportivas, que pasan dentro del campo, que pasan fuera del campo, pero que a día de hoy de lo que menos se habla es de las cualidades los jugadores de fútbol, de las dificultades con las que se consiguen los goles. Hablar de fútbol. Y que los propios jugadores de fútbol, en las zonas mixtas, en las ruedas de prensa, hablen de fútbol. Y no está pasando. O muy poco.
Es una semana difícil, o quizá la mejor, para hablar de la necesidad de dar ejemplo, con el puñetazo de Fede Valverde a Álex Baena o el de Mané a Sané.
Bueno, al final esto son situaciones que pasan fuera del campo, que no sabes lo que pasa realmente ni por qué ha pasado. Lo desconozco. He leído, soy consciente de lo que ha pasado, pero desconozco el motivo, entonces no puedo realmente juzgar esta situación.
¿Propondrás que se trabaje en ello cuando seas director deportivo, que se hable más de fútbol y de rebajar esa crispación?
Obviamente, obviamente. Yo lo he vivido, es lo que ha aprendido. En el fútbol base del Barcelona lo que te enseñan, primero de todo, es a comportarte bien en el colegio y, luego, en el campo de fútbol. Eres jugador de fútbol, pero más importante es el comportamiento. Estás representando a una institución, llevas en el pecho un escudo, seas quien seas. A esa institución hay que tratarla con respeto, con el máximo respeto posible.
Te decía lo de la dirección deportiva porque creo que es tu siguiente reto, ¿no?
Sí. Me he formado en ello, pero ahora quiero hacer el curso de entrenador. Todo lo que sea poder aprender, formarte. 32 años, estoy en una edad joven y buena para poder aprender todo aquello que no he podido vivir como jugador de fútbol. Ésa es una de las inquietudes que tengo.
¿Y cuál más? ¿Que te va a hacer feliz ahora en tu vida después del fútbol?
Pues, realmente, el no marcarme ningún objetivo. Lo que estoy haciendo es darle valor al día a día. Lo que estoy haciendo es empezar a escuchar mejor esas inquietudes y empezar a ponerlas en práctica. Ir valorando lo que me va llegando, sin ningún objetivo pero sí en una dirección, y a partir de aquí, ir adaptándote a los cambios y a todo lo que lo que vaya pasando.
Creo que también le vas a dar a la bicicleta, ¿no?
Sí, un poquito, sí, sí. La bicicleta es un deporte sano, es un deporte social. Ahora mismo he entrado dentro un proyecto que resume estas dos cosas, que para mí son importante, con Guava. Es una gente muy humana, desde el primer momento conectamos y es una modalidad 'gravel', que te permite ir por muchas superficies. Estoy en este proyecto y la verdad es que lo estoy disfrutando mucho.
Y vas a poder ir más a tu Linyola.
Sí, es importante el hecho de tener la opción de estar cerca, luego tú ya decides con qué frecuencia, pero el tener la opción de que, en cualquier momento, puedes estar, eso me hace feliz.
Hablando de familia, que no quiero que se me olvide. Lo de que eres primo cuarto de Leo Messi, ¿esto es verdad?
Esto es verdad, parece que es verdad, sí, sí. Que la persona lo buscó y llegó a encontrar esa conexión, pero bueno, no es algo que hayamos hablado con Leo en ningún momento.
Dices que no lo has comentado con Leo, con Messi. ¿Tienes contacto con él?
No, no, no, porque si es difícil tener contacto con la pareja a distancia, imagínate con un excompañero. Es muy difícil mantener relaciones, aunque obviamente hay muchos jugadores con los que tengo, pero hay otros que es más difícil.
¿Crees que volverá al Barça?
Hay muchas posibilidades. Yo veo como posibilidades reales. Luego, todo puede pasar. Pero puede ser.
"La historia Barça-Messi tiene que terminar junta. No sé de qué forma, pero junta"
ExfutbolistaComo culé, ¿te gustaría?
Obviamente. Yo creo que la historia Barça-Messi tiene que terminar junta. No sé de qué forma, pero junta.
De Messi ya sabemos que no, pero con tu adiós al fútbol, ¿ha habido algún mensaje que hayas recibido te haya hecho especial ilusión o que te haya sorprendido?
Sí que podría decir, lo que pasa es que yo creo que no sería muy justo para las otras personas me han mandado mensaje. He recibido muchos mensajes de gente que no conozco, de gente que conozco y mensajes realmente que me han hecho muy feliz. Me han dado esa gratificación de todo lo que se ha hecho y se ha construido y se ha compartido, que la gente te lo reconozca de forma humana. Entonces, decirte ahora alguien sería injusto para todas las personas, que son muchas las que me han mandado mensaje.
Y, sin ponerle nombre, ¿alguna frase que te haya emocionado?
Bueno, más que frase sería esto, más allá del reconocimiento como jugador, que eso es relativo, de la parte humana. Es lo que lo que te conecta con las personas, es a lo que yo siempre le he dado importancia y por lo que yo me he guiado y he conectado, y es lo que la gente, mucha gente, me ha agradecido y valorado.
Vamos, que me has regateado también en la última pregunta.
(Sonríe.) Soy delantero. Eso hay que serlo siempre.
Nadie me ha regateado como tú, ahí lo dejo.
Yo estoy retirado, yo estoy retirado ya...
Ya te digo yo que estás para seguir jugando.
(Reímos a carcajadas.)