Los secretos de un Betis de Champions

Sólo si lo ves, lo crees. Y cuando lo ves, te quedas asombrado. El jueves fui al estadio Benito Villamarín a ver el Betis-Fiorentina. Era mi primera vez y como debut elegí uno de esos partidos que, independientemente del resultado, quedan escritos en la historia de un club: era la primera vez que el Betis jugaba una semifinal europea en su historia, pero también era la última vez que los béticos asistían a un partido europeo en el Benito Villamarín porque a partir del año que viene, por obras de remodelación, el equipo se trasladará al Estadio La Cartuja, un poco alejado del centro de la ciudad pero con capacidad para 70.000 espectadores.
Unas horas antes del comienzo, las calles de la ciudad se tiñeron de verde y blanco y la media de edad de la gente no era en absoluto descifrable, ya que niños y ancianos se mezclaban en este torrente de gente dedicada a cantar como si no hubiera un mañana. En los bares te hablaban del Betis, en los hoteles te preguntaban por el Betis, hasta en la farmacia, donde pedí una crema para protegerme del gran sol, he oído cosas del Betis.
Sólo si lo tocas con tus propias manos entiendes cuál es el secreto de este Betis, que en LaLiga se está jugando la clasificación para la próxima Liga de Campeones en un emocionante mano a mano con el Villarreal y que hace apenas 24 horas ganó al Espanyol con un golazo de Antony justo en los segundos finales. ¿Sabe cómo acabó todo esto de ayer? Nada menos que 2.000 personas recibieron al autobús del equipo en la ciudad deportiva a su regreso de Barcelona en la madrugada, como si se tratara de cualquier otra tarde de fiesta ciudadana. Entre los más aclamados estaba el director deportivo, Manu Fajardo, 38 años, bético más, que bajó del autobús para celebrarlo con sus seguidores. Fajardo nació en Sevilla y es aficionado del Betis desde niño, como todos los que trabajan en las altas esferas del club: el presidente Ángel Haro, el vicepresidente José Miguel López, el CEO Ramon Alarcón, la mano derecha de Fajardo, Álvaro Ladrón. Todos llevan al Betis en el corazón y lo tratan como lo más preciado que hay. Y este detalle marca la diferencia.
En el Betis hay competencia, pero sin sentimiento no se va a ninguna parte. Desvelo una anécdota de cómo el área deportiva, con Manu Fajardo al frente, convenció a la estrella del equipo, el brasileño Antony, para que prefiriera el Betis a equipos españoles y extranjeros que ofrecían el doble tanto al Manchester United como al jugador. Algunos clubes habían llegado a ofrecer un paquete completo de algo más de 2 millones de euros, pero la carrera la ganó el Betis por 1,3 millones. ¿La clave? La inteligencia en la negociación. La insistencia, la persuasión, las miles de llamadas de Fajardo y su equipo al brasileño y a sus agentes marcaron la diferencia: Antony eligió el Betis porque era feliz haciéndolo. Y cuando una persona está feliz y bien se nota, sobre todo en la cancha.
No es casualidad que tantos jugadores, una vez que visten esta camiseta y experimentan ciertas emociones, no quieran marcharse (Natan, por ejemplo, quiere quedarse y el Betis quiere recomprarlo al Nápoles) o hagan todo lo posible por regresar, incluso renunciando a importantes sumas de dinero.
El partido de ida de semifinales de Conferencia contra la Fiorentina acabó 2-1, pero el marcador para los italianos pudo ser más amplio: el ambiente en el Benito Villamarín, mágico desde el primer hasta el último segundo, condicionó el transcurso del partido, metiéndose en la cabeza de los jugadores sobre el terreno de juego. Sevilla es una ciudad donde se vive bien, donde el sol y la sonrisa de la gente transmiten alegría y simpatía. Sevilla es una ciudad donde el fútbol se vive con una pasión única y si un club es tan organizado y cuidado como lo es el Betis, los resultados positivos siempre llegan. Algunos récords ha escrito ya el club verdiblanco este año, aparte de la semifinal europea que mencionaba antes, y aparte de ganar al Sevilla en Liga después de tantos años: la próxima temporada será la undécima consecutiva en Primera División y la quinta consecutiva en Europa. Los cimientos son buenos y los aficionados del Betis seguirán disfrutando.