OPINIÓN | PACO LÓPEZ

Rodri o cuando lo normal es extraordinario: ir a entrenar en bici o invitarte a cenar a su casa

Paco López

Paco López

Paco López, junto a Juanma Lillo y Rodri. /Paco López
Paco López, junto a Juanma Lillo y Rodri. Paco López

A Rodrigo Hernández, Rodri no solo para los que le conocemos mejor, tuve el placer de entrenarle cuando apenas era un juvenil. Recuerdo la temporada 2014/2015, cuando decidimos hacerlo debutar en el segundo equipo del Villarreal, equipo que entrenábamos en ese momento. Lo cierto es que no hacía falta ser muy listo para apreciar ese talento innato que tenía a nivel futbolístico, pero más allá de esas características futbolísticas que se observaban en el terreno de juego, llamaba mucho la atención, con apenas 18 años, su madurez mental.

Por aquel entonces era un joven universitario, y lo más cómodo, y por su edad, lo más divertido hubiera sido vivir en un piso compartido, como hacían el resto de sus compañeros de equipo. Pero él decidió, y esto, para mí, es ejemplo de su buena cabeza, vivir de lleno esa etapa de su vida relacionándose con compañeros de la universidad, en un colegio mayor de Castellón. Por cierto, más de un día apareció en los entrenamientos con su bicicleta, ya que no tenía edad de conducir, y realizaba el trayecto Castellón-Villarreal, ida y vuelta, cuando no encontraba otro medio para llegar.

Otro ejemplo de que era un chico diferente a sus compañeros era su capacidad analítica. Después de los partidos, le escuchábamos hablar por teléfono con sus padres contando con una precisión casi de entrenador cómo había sido el partido, pero no sólo su propio rendimiento en el encuentro en cuestión, sino que también hacía una valoración colectiva del mismo. Es muy difícil verlo en chicos de su edad. Recuerdo una anécdota, ya como profesional. Él jugaba en el Atlético de Madrid y nosotros estábamos entrenando al Levante. Al acabar el partido, buscó el vestuario de los técnicos y entró para saludarnos y darnos un abrazo. Y cómo no, para comentar cómo había sido el desarrollo del partido.

Además, era y, seguro lo seguirá siendo, muy exigente en su trabajo. Muestra de ello eran sus gestos de enfado consigo mismo cuando consideraba que había jugado mal. Hay una anécdota que también es muestra de su exigencia, a la par que graciosa, y es que, durante los partidos, había veces que le daban calambres. Él, para evitarlos, tomaba sobres de glucosa recomendados por el médico, el color de la glucosa era como rojizo. Durante los partidos se metía uno de esos sobres en la calza para tomárselo en el momento que él sentía que los necesitaba. Pues bien, en una ocasión en la que llevaba uno de esos sobres en las medias, le hicieron una fuerte entrada, cayó al suelo y al verse la pierna empezó a gritar asustado pensando que le habían hecho una herida sangrante, pero, de repente, recordó el sobre en su calza… El sobre de glucosa había reventado y empapado la media de un color rojizo. Se levantó y continuó el partido como si nada hubiese ocurrido.

Con el paso de los años he visto crecer la figura de Rodri a nivel mundial, y convertirse en un futbolista de gran éxito y reconocimiento, en una estrella en el mundo del fútbol. Pero, en lugar de creerse estrella, para mí, sigue destacando por su valor humano y porque permanece en él esa humildad de la que siempre ha hecho gala. Hace un par de años fui de viaje a Inglaterra con mi mujer, y aproveché para conocer más de cerca el fútbol inglés. Uno de los días fuimos a la ciudad deportiva del Manchester City, y la verdad es que fue increíble cómo nos recibió, nos enseñó de arriba a abajo todas las instalaciones y estuvimos charlando durante un buen rato de anécdotas del pasado y del presente. Pero es que, además, aprovechando que sus padres habían ido a visitarlo, no dudó en invitarnos a cenar a su casa con ellos.

Personalmente, ha sido un orgullo ver el extraordinario progreso y crecimiento profesional de Rodri, con su esfuerzo y trabajo personal. Se ha ganado el reconocimiento de todo el mundo del fútbol y es una alegría que todavía nos queden muchos años de seguir disfrutando de él, de su elegancia y talento en los terrenos de fútbol, ya sea en su equipo o en la selección española.