Mourinho e Inzaghi, similitudes y diferencias de los dos últimos finalistas
El portugués, ídolo del club, levantó la última Copa de Europa 'nerazzurra' mientras que el italiano intentará romper el maleficio italiano.
Ninguno de los entrenadores que ganaron la Champions League con el Inter de Milan eran italianos. Helenio Herrera consiguió ganar dos ediciones a principios de los años 60 y Mourinho venció en 2010 la Champions en el Bernabéu. Un argentino y un portugués, haciendo gala al nombre del club, 'Internazionale'.
Pero el próximo 6 de junio, un entrenador italiano puede romper ese 'maleficio' y ser campeón de Europa. Simone Inzaghi, el 'hermanísimo', siempre a la sombra de su hermano goleador y campeón del mundo, podría levantar la 'Orejona'.
Inzaghi le tenía tomada la medida al Milan de Pioli. En esta eliminatoria a doble partido, la gestión de equipo y de partido fue clave para que los 'nerazzurri' sacasen una ventaja insalvable. Inzaghi llegó en la temporada 21/22 al Inter, un equipo que venía de ser campeón de la Serie A, pero en su primera campaña, perdió el Scudetto a manos del Milan y 'solo' pudo conseguir la 'Coppa', un premio menor. Pero volvamos a la comparativa con el portugués.
Mourinho disputó 108 partidos en el club interista, con 68 triunfos, 25 empates y 15 derrotas. Ganó dos veces la Serie A, una vez la Supercoppa y una vez la Coppa, además de la mencionada Champions League. Para Inzaghi estas conquistas todavía están lejos, sobre todo, porque no ha levantado ningún Scudetto, aunque los triunfos, empates y derrotas son muy similares.
La gran diferencia entre estos dos equipos, aquel de Mourinho y este de Inzaghi, es que el primero tenía jugadores de más experiencia, tanto en el once inicial como en el banquillo. No desde lo numérico, porque la edad es solo eso, un número, sino desde lo vivido en momentos clave de sus carreras. Desde la portería con Julio César hasta el delantero con Diego Milito, pasando por futbolistas como Samuel, Lúcio, Zanetti, Sneijder o Eto'o, citando algunos ejemplos.
Diferencias tácticas
Si comparamos los dos equipos, la primera gran distinción que encontramos es cómo se sitúan tácticamente sobre el campo. Mourinho jugaba con cuatro defensas siempre mientras que para Inzaghi los tres centrales y dos carrileros son inamovibles. Las plantillas de ambos conjuntos llevaban a eso, pero aunque Mourinho tenía dos laterales de clase mundial como Maicon y Zanetti, a veces prefería poner al argentino de centrocampista (como en la final ante el Bayern) y otras veces de lateral izquierdo (como contra el Barcelona en semis). También utilizaba a un central como Chivu en lateral, para reforzar la zaga. El bloque bajo era el buque insignia de ese Inter y el sacrificio de todo el equipo, incluidos delanteros como Eto'o y Pandev, resultaba clave para rescatar lo máximo de sus encuentros.
Por otro lado, Inzaghi propone línea de tres centrales y no ha tenido un once tan definido hasta este último mes. Es un equipo más camaleónico, acostumbrado a los cambios, que tiene 14 jugadores que pueden ser titulares en cualquier momento. Brozovic, Barella, Mkhitaryan y Calhanoglu se reparten los tres puestos del centro del campo y el croata, siempre titular, perdió su lugar al final. En defensa, más de lo mismo, porque De Vrij y Skriniar fueron titulares y ahora no juegan. El equipo se adapta a los cambios y eso lo hace muy peligroso.
Transiciones ofensivas
Si hay algo que tienen en común es cómo salen los dos equipos cuando recuperan el balón. Es cierto que los de Inzaghi se sienten cómodos tanto manteniendo la posesión como robando y saliendo, pero sus dos carrileros rápidos (Dimarco y Dumfries) sumados a la intensidad de Barella o Mkhitarayan hacen que el equipo italiano sea un peligro constante en el contraataque, con Lautaro tirando desmarques y Dzeko, Lukaku o Correa, según quien juegue, acompañando.
Aquel equipo de Mourinho cerraba muy bien en bloque bajo, como mencionábamos antes, pero cuando tenía que salir a la contra, también lo hacía bien con muchos jugadores y con Eto'o o Pandev, más el aporte de un Maicon que físicamente era un portento atacando los espacios entre lateral y central. Sneijder era el enlace cuando el equipo robaba, lanzando a esos espacios mientras que Motta o Cambiasso podían llegar desde segunda línea.
Comparaciones línea por línea
En la portería, Julio César y André Onana tuvieron un nivel similar, salvando al equipo en las ocasiones que lo requería, pero el brasileño se encontraba un poco por delante del camerunés, que todavía tiene margen de mejora.
En la línea defensiva hay más disparidad: Mourinho contaba con jugadores veteranos, con experiencia, de más de 27 años, los que tenía Maicon cuando fueron campeones. Chivu (28), Lúcio (31), Samuel (31), Iván Córdoba (32), Materazzi (35) y Zanetti (35) completaban la nómina, mientras que hoy hay más diferencia, con jugadores más jóvenes como Bastoni (24) y Dimarco (25) con otros veteranos como De Vrij (31), Acerbi (25), D'Ambrosio (34) o Darmian (33).
El centro del campo de Inzaghi mezcla veteranía, experiencia y momento justo. Porque Brozovic, Calhanoglu, Gosens, Gagliardini o Dumfries están en el momento justo de su carrera, Mkhitaryan vive una segunda juventud y Barella tiene 26 años pero parece todo un experto en estos partidos. Mourinho rotaba menos, tenía menos jugadores disponibles para aquella zona del campo y Zanetti (defensa, pero que jugaba mucho de centrocampista) disputó 55 encuentros con 35 años. Cambiasso (28), Stankovic (30), Muntari (24) y Sneijder (25), sumado a minutos de Vieira (33) completaban la nómina.
En ataque, la nostalgia nos lleva a pensar que aquel Inter era imbatible. Porque Milito marcó 30 goles en toda la temporada y Eto'o 16, con el aporte de 11 tantos de un tal Mario Balotelli, que tenía tan solo 18 años. Pandev (25) aportaba en ataque, pero poco más.
El Inter actual tiene tres delanteros importantes como Lautaro Martínez (25), Dzeko (37) y Lukaku (30), además de un suplente que fue de garantías casi siempre como Correa (28). La línea atacante es más pareja de lo que podemos recordar y es cierto que este Lautaro Martínez quizá no esté a la altura de aquel Diego Milito, pero la confianza de ser campeón del mundo puede pesar mucho en una final.
Fuerza defensiva demostrada en Champions
El Inter ha llegado a esta final de Copa de Europa después de encajar solo un gol en los seis partidos desde octavos de final. El gol recibido fue en el partido de vuelta contra el Benfica, en cuartos de final. Esto era algo que no conseguía nadie desde la temporada 2015/2016, cuando lo hizo el Real Madrid. Aquel Inter de Mourinho, antes de llegar a la final, recibió tres goles. Uno contra el Chelsea en el partido de ida de octavos de final, uno contra el Barcelona en San Siro en al ida de semifinales y otro también del Barcelona en la vuelta, en aquel partido recordado del Camp Nou con los aspersores.