Di María, el ídolo que aprendió de su sufrimiento para ayudar a los jóvenes del Benfica: "Hace 'juntadas' en casa"
El argentino es una leyenda del club y quiere seguir haciendo historia.
Ángel Di María conoció Lisboa sin saber que existía. Cuando Rosario Central recibió la oferta del Benfica a Ángel no le quedó otra que aceptarla. Era mucho dinero para su club de toda la vida, que estaba en problemas económicos y sin su transferencia podía ir a la quiebra. Su irrupción en el fútbol argentino desde el primer día fue espectacular y el cuadro portugués no dudó ni un instante en ir a buscar a ese flaquito zurdo que la rompía toda.
Pero claro, Di María todavía era un niño. Le pidió a sus padres y a sus hermanas viajar con él y que se queden a vivir. Llegaron a Lisboa, lo pasaron mal, sus hermanas volvieron a su país natal, su madre iba y venía y Ángel se quedó con su padre en la capital portuguesa. Allí jugaba poco, a veces más, a veces menos, pero la realidad es que le estaba costando la adaptación, era otro mundo para él.
Después, se adaptó y toda su carrera es historia. Real Madrid, Inglaterra, ídolo en el PSG, decepciones y gloria con la selección albiceleste... y el círculo se cerraba de vuelta en Lisboa. Di María llegó la temporada pasada de nuevo al club de Lisboa ya con su mujer y sus dos hijas, Pía y Mía. En la capital lusa es ídolo (de la parte roja de la ciudad, obviamente) y decidió quedarse una temporada más.
Ahora es uno de los capitanes y ha igualado los 179 partidos que disputó Pablo Aimar, excompañero suyo en el club. Está dentro del top-20 de jugadores con más partidos en la historia del club del Águila y se ha ganado a todos: directivos, afición y compañeros.
Porque a Di María seguro que cada tanto se le vuelve a pasar por la cabeza los duros momentos que vivió a su llegada al club. Y claro, cuando algún joven aterriza, no quiere que le ocurra lo mismo. Un ejemplo claro es el de Gianluca Prestianni, jugador argentino que llegó al club con 18 años y que fue 'apadrinado' por el rosarino. Otro es el caso de Álvaro Carreras, español que arribó el pasado mercado de invierno, jugó poco y tuvo el apoyo de Di María.
"Muchos de los más jóvenes llegan al club pensando que Di María es una estrella y alguien inaccesible, pero todos coinciden en que todo lo contrario, que el argentino es un gran compañero dentro del vestuario, que está disponible para todo, se puede hablar con él y da muchos consejos a los jóvenes", nos cuenta alguien cercano al vestuario del equipo lisboeta. Eso explica la humanidad de Ángel.
El ejemplo de Álvaro Carreras es muy característico. El jugador de la cantera del Real Madrid llegó al club lisboeta el pasado mercado de invierno y no conocía a nadie. Di María lo acogió y lo ayudó en todo lo que necesitó. Además, no jugó mucho y comenzó a tener dudas, pero en esos momentos lo tranquilizó mucho y le ayudó.
Di María y Otamendi, anfitriones
Los dos campeones del mundo se conocen desde hace muchos años. Compartieron buenos y malos momentos, tanto en Benfica como en la albiceleste. Ambos son parte importante de la actual plantilla y Di María suele ser, con Otamendi, uno de los organizadores de las comidas de equipo. Los dos argentinos son los encargados de hacer asado para toda la plantilla y cuerpo técnico, además a Otamendi le gusta mucho y tiene el apoyo del rosarino.
Pero además de realizar las comidas del equipo a Ángel le gusta recibir a la gente en su casa. Un grupo reducido de jugadores a veces es citado por el extremo argentino: "Di María, además de unir al grupo en el club, también suele hacer 'juntadas' más reducidas en su casa, invitando a varios jugadores de la plantilla. Mira mucho por el bienestar del vestuario, es un auténtico capitán, tanto fuera como dentro del campo", nos cuenta alguien que le conoce muy bien.
Lisboa, su segunda casa
No sabemos qué deparará el futuro del argentino. Esta temporada no está siendo fácil para el Benfica ni para Ángel, que ya confirmó su retirada de la selección Argentina y tuvo un gran homenaje en el Estadio Monumental de Buenos Aires.
Volver a Rosario, a su casa, siempre está sobre la mesa pero hay otras opciones para la temporada que viene que por ahora la familia Di María no quiere valorar. Él está muy cómodo en Lisboa, su casa de adopción y quiere darle todo lo mejor a uno de los clubes más importantes de su carrera.