Las 24 horas frenéticas en las que André Gomes pasó de 'ser' del Real Madrid a fichar por el Barça
El centrocampista del Lille estuvo a un paso de ponerse a las órdenes de Zidane. Bartomeu lo firmó luego por 35 millones fijos.
La carrera de André Gomes ha pasado por muchas fases hasta verse de nuevo las caras con el Real Madrid. El portugués maravilló en su primera temporada en el Valencia, con 21 años; fue campeón de Europa con 22; ese verano fichó por el Barça por unos 40 millones pese al interés de los blancos y la Juventus; y desde entonces su destino comenzó a torcerse, sin peso de azulgrana, llegando a reconocer que sentía "vergüenza" al salir a la calle y pululando luego sin demasiado éxito por Everton y Lille, el rival esta noche del equipo de Ancelotti en la segunda jornada de la Champions (21:00), aunque no está inscrito en la competición porque su fichaje se hizo oficial después de la fecha límite para enviar la lista.
El de hoy supondrá su noveno cara a cara con el Madrid. Hasta el momento no se le han dado mal: sólo perdió dos de ocho y participó, por ejemplo, en una recordada victoria del Valencia en la 14-15 en Mestalla (2-1) y en el 0-3 del Barça en el Bernabéu en 2017 en el que Messi enseñó su camiseta a Chamartín. En total, vivió cuatro Clásicos como azulgrana. Y lo más curioso es que su destino estuvo a punto de pegar un giro radical en 2016, antes de que Bartomeu lo atase: el Madrid se lanzó antes por él y se quedó a un paso de incorporarlo como potencial heredero de Modric.
Aunque hoy la comparación suene exagerada, lo cierto es que Gomes era, en aquel momento, uno de los futbolistas más cotizados del planeta. El Valencia lo firmó por 15 kilos en 2015 procedente del Benfica, protagonizó un primer curso maravilloso (cuatro goles en 37 partidos) y en el segundo, pese a que le lastraron las lesiones musculares, volvió a rendir a un nivel notable cuando le respetó el cuádriceps (cuatro tantos y siete asistencias en 41 encuentros). La campaña la redondeó proclamándose campeón de la Eurocopa de 2016 con la Portugal de Cristiano, Pepe y compañía. Todos le recomendaron emigrar al Bernabéu y unirse al clan.
Él, convencido, siguió de cerca la negociación entre Valencia y Madrid. Por momentos pareció cerrada, como así informaron los diarios más importantes del país. Zidane tenía claro que quería a un sustituto para poder dosificar a Modric: el equipo se había caído ante las ausencias del croata (Sergio Ramos llegó a actuar de mediocentro en una eliminatoria de Champions en la 14-15) y Kovacic no le convencía, como demuestra que apenas le diese un 39% de los minutos en la temporada previa pese a que el club había pagado 30M€ al Inter por él. Gomes debía permitir los descansos de Luka y el Madrid, incluso, le veía como el sustituto a futuro del Balón de Oro.
Desde Valdebebas ya habían preguntado por Gomes en el verano de 2015… y el precio que exigieron los che les dejaron sin ganas de avanzar en la negociación: 80 millones. Al año siguiente, y apretados por el fair play financiero y la no clasificación para Champions, desde Mestalla ya rebajaron de partida la cantidad: 65. El Madrid, que no pensó en llegar a esa suma, preparó una oferta que se acercase a los 60 entre fijo y variables. Por su juventud (22 años), talento y los informes positivos de Ronaldo, durante meses se le consideró una contratación estratégica.
De pronto, y cuando las imágenes del ex del Benfica vestido de blanco copaban las portadas, irrumpió el Barcelona… y se lo llevó en un abrir y cerrar de ojos. El miércoles 19 de julio se informó de que el Madrid lo tenía hecho y el jueves por la noche el club blaugrana anunció oficialmente su fichaje por 35M€ más 20 en bonus. Bartomeu lo anunció como un golpe de efecto (lo anticipó primero en una cena con periodistas) y vendió como un triunfo la gesta de arrebatárselo a Florentino. El tiempo, luego, le restó las ganas de restregar aquel pequeño triunfo: Gomes nunca cuajó, fue a menos y terminó saliendo por la puerta de atrás (y por 25 millones) a la Premier dos años después.
Las teorías acerca de por qué el Madrid no le echó el lazo, aun hoy, resultan diversas y variadas. Algunas voces argumentan que en el Bernabéu se echaron atrás por el historial clínico del centrocampista, operado en mayo de 2015 de una lesión miotendinosa en el recto anterior del cuádriceps izquierdo de la que recayó en varias ocasiones y le generó molestias en el pubis; otros apuntan a que Florentino se retiró de la mesa cuando James le comunicó que se quedaba contra pronóstico; y los últimos exponen que se trató de una mera estrategia para echarle un cable a Jorge Mendes, entonces amigo íntimo, y encarecer el precio de un jugador por el que ofertaron el Chelsea y la Juve y por el que preguntaron United y PSG.
Miguel Ángel Pitarch, director deportivo del Valencia, reconoció meses después la existencia de la negociación por André: "Este verano intentamos fichar a Simone Zaza, antes de la frustrada venta de André al Real Madrid, en una operación con la Juventus que incluía a Zaza y Hernanes. André prefirió descartar a la Juve y se descartó porque era un fichaje caro". A Peter Lim y Florentino les unía una relación inmejorable que facilitó meses antes la cesión de Chérsyhev a Mestalla y luego la venta de Álvaro Medrán, hoy en el Al-Ettifaq saudí, pero Gomes terminó en la Ciudad Condal… para no regresar a la élite más absoluta.
El calvario
El de Grijó nunca se adaptó a la exigencia del Barcelona y la presión se lo comió. En 2018, en una recomendable entrevista con la revista Panenka, desveló paso a paso su salario. "Me ha pasado en más de una ocasión eso de no querer salir de casa. Eso de que la gente te pueda mirar, tener miedo de salir a la calle por vergüenza…"., aseguró. "Los primeros seis meses fueron bastante bien, pero luego las cosas cambiaron. Quizá la palabra no sea la más correcta pero se volvió un poco infierno, porque empecé a tener más presión".
Pese a la defensa de Ernesto Valverde y el apoyo del vestuario, André salió por la puerta de atrás en dirección al Everton que dirigía su compatriota Marco Silva. Luego, desde diciembre de 2019 a junio de 2021, coincidió en Liverpool con Carlo Ancelotti. En Goodison Park le frenó una escalofriante lesión de tobillo y tampoco gozó del protagonismo deseado. La 22-23 la disputó cedido en el Lille, en la 23-24 regresó al Everton (12 partidos en Premier) y en esta 24-25 ha aterrizado como agente libre en el Pierre-Mauroy.
Esta noche se reencontrará con Ancelotti, al que le une una magnífica relación, y con Modric, al que pudo destronar. Es una de las referencias de este Lille, con permiso del poderoso delantero canadiense Jonathan David y el portero Lucas Chevalier, y amenaza con 'morder' al que pudo ser su equipo. En su retina queda el recuerdo de haber participado en el famoso gol de Messi en Concha Espina… y quizá la espina de no haber vestido nunca de blanco. Quién sabe si su futuro hubiese sido diferente o si el golpe de la presión hubiese llegado antes.