Solo los niños de Madrid saben la odisea que es ir al colegio tras un derbi: "Yo era del Atlético, pero con 3 años me hice madridista. En la vida hay que tomar decisiones"
Visitamos las aulas del colegio San José del Parque para hablar con alumnos de 6º de Primaria y 1º de la ESO sobre el último Atlético-Real Madrid.

Este jueves no era un día más en Madrid. Desde primera hora se intuían ojeras, sonrisas pícaras y caras largas. Quizá alguna sea producto de la imaginación del que escribe, que es tan futbolero que se cree que todo el mundo vio el miércoles el Atlético-Real Madrid de la Champions, que todo el mundo en la capital es blanco o rojiblanco y que a todo el mundo le afecta como a él.
Es un día de debatir, reconocer, felicitar y consolar. Que si el doble toque de Julián Álvarez, que si la imagen del VAR, que si la mano de Giuliano Simeone, que si el penalti a Brahim, que si el Cholo... La misma conversación en todas partes, en casa, en el trabajo y también en los colegios. En la Avenida Champagnat, de un tamaño más de calle que de avenida, a unos pocos pasos de Arturo Soria a la altura de la carretera de Barcelona, cientos de niños entraban este jueves a clase en el colegio Maristas San José del Parque.
"¿Pero por qué te has puesto pantalón corto?", le pregunta un padre a uno de sus tres hijos cuando les deja en la puerta a las 9:20 de la mañana, cinco minutos antes de que suene el timbre del inicio de la jornada. Hace frío, sí, y el niño va casi como si fuera verano. Cosas de casa, de las prisas. Aprenderá.
Dentro del colegio, enorme y laberíntico, los niños más futboleros se buscan. Los del Madrid "chinchan". Los del Atleti reciben las burlas, pero con la cabeza alta. Y Relevo, después del primer patio, se cita con varias clases de 6º de Primaria y 1º de la ESO -de entre 10 y 13 años- para ver cómo viven los chavales el día después de un partido tan brutal como el del miércoles. Su mirada es inocente, aunque también se percibe un puntito de maldad en algunos comentarios, frases que seguramente hayan escuchado de sus mayores.
"El Atleti ha vuelto a hacer lo de siempre, meter un gol y meterse atrás", señala Manuel, que no tiene ningún reparo en admitir cómo ha recibido a los pocos compañeros de clase que son rojiblancos. "Chinchándoles. Les he dicho lo de siempre, pues que siempre pierden".
"El Madrid siempre te roba en Champions. Es imposible ganarles, usan cualquier método para ganar. Robadas tenéis todas las Champions que queráis", dice unos minutos después Pedro, del Atleti, claro, y que vio el partido junto a su padre. "Me ha dicho que hay que aguantar".
Laura, fan de Julián, y Julia, de Bellingham, se sientan después frente a frente y casi no hace falta ni hacerles preguntas. Ellas solas se pican y se tocan la fibra. "No tienes argumentos para humillarme", dice Laura mientras toma asiento. "Yo estoy orgullosa de mis jugadores".
"¿Pero por qué estás tan orgullosa si has perdido? Si lo único que hizo fue meter rápido y luego solo defendió. No hizo nada más. Si hubiera hecho un partido genial, habría ganado al Madrid, ¿no?", le pregunta Julia. Y su compañera atlética intenta razonar -"No tiene por qué, el fútbol es así, inesperado. Puedes jugar genial y perder, o puedes jugar fatal y también ganar"- hasta que se cansa: "Siempre hablando de Champions. Mira, Julia, si os quitaran las que habéis robado, tendríamos las mismas".
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Lucas, del Real Madrid aunque nadie en su familia lo sea, asegura que el penalti de Julián está bien anulado. "¿Y si hubiera sido al revés, a uno del Madrid"?, le preguntamos. "Entonces no", dice convencido con el gesto serio. Ni que estas cosas no dependieran de los colores que uno defiende. Alicia es de las pocas que lleva el escudo de su Atleti en su clase. "Yo sabía lo que tocaba hoy. Me siento bien, porque es mi equipo desde que era muy pequeña y siempre me ha gustado. Y también no veo por qué tengo que cambiar de decisión ni nada por la gente".
"Mi abuelo me hizo del Atleti, pero luego yo me fui dando cuenta de que ese no es el camino bueno y que en la vida hay que tomar decisiones".
De cambiar de decisiones sabe precisamente su compañero de curso Diego, madridista pero no desde la cuna. Se explica él mismo a las mil maravillas: "Yo, cuando nací, al principio, era del Atleti. Mi abuelo me hizo del Atleti, pero luego yo me fui dando cuenta de que ese no es el camino bueno y que en la vida hay que tomar decisiones. Me gustó más el Madrid y me empezaron a hacer el Madrid. Yo ahora mismo soy socio y me gusta el Madrid, su competitividad, cómo gana, la mentalidad, el carácter..." ¿Y cuándo tomó la decisión para cambiar de camiseta? "Con tres o dos años", responde sin complejo alguno.
También uno escucha expresiones que le llevan de vuelta a la infancia. "El Atleti es una caca de equipo", cuenta Vega. "El gol que nos meten en el segundo 30 parecía de Alevines. Fue un gol de pacotilla", añade Jaime. "Yo iba con el Atleti a full", dice Andrés, el único de todos que es del Barcelona. Hay otro del Celta de Vigo y uno más del Valladolid. "Yo, del Pucela. Este año lo tenemos difícil".
Y entre equipos de caca y goles de pacotilla, también aparece el trueque. "Yo soy de Manchester United", sorprende Víctor, vestido con una camiseta del Atlético. ¿Y eso? "Javier ha estado todo el patio intentando convencerme de que me haga del Atleti. Y ese de ahí me va a dar cinco pavos por ponerme la camiseta". Buen negocio. "Yo por cinco no, pero por diez igual...", pide Vega, madridista pero hasta cierto punto. Y es que diez pavos, son diez pavos...