El día que el 'Chino' Recoba "perdió la cabeza" dejando sus tacos en el rostro de Carles Puyol cuando el Barça desquició al Inter

Corría el minuto 80 y el Barça vencía 3-0 al Inter de Milán en un Camp Nou incrédulo y lleno hasta la bandera. Fue entonces, poco después de que Kluivert anotara el gol de la sentencia, que Álvaro el 'Chino' Recoba perdió los nervios y cazó a Carles Puyol con una entrada a la altura de la cara; "una salvajada, de las más duras que he visto nunca", según cuentan testigos presenciales, que 22 años después todavía recuerdan esa acción, que data del 18 de febrero de 2003 en un partido de la Champions League.

Puyol se lanzó al suelo para cortar un balón, haciendo un tackle. Y Recoba, sin ningún tipo de posibilidad de llegar a esa pelota, deliberadamente dejó sus tacos en la cara del futbolista de la Pobla de Segur, quien pudo taparse el rostro y salir ileso de aquella acción tan imprudente como peligrosa. De inmediato, el árbitro Anders Frisk le enseñó la roja directa al charrúa, que se marchó del campo dando la mano al colegiado y al central catalán, al que le recriminó alguna cosa, lo cual no le gustó nada al futbolista azulgrana, muy molesto también por la reacción del delantero sudamericano, uno de los futbolistas más talentosos de aquel equipo dirigido por Héctor Cúper, en el que también estaban Toldo, Cannavaro, Zanetti y Vieri, entre otros.

El Inter, incapaz ante el Barça, estaba desquiciado, y la entrada del uruguayo, tal y como relatan las crónicas de la época, ilustra a la perfección esa sensación. El partido correspondía a la tercera jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones 2002-03, cuando no había eliminatorias directas hasta cuartos de final y el horario Champions era el de las 20.45, el de toda la vida. Y con el triunfo ante el hasta entonces colíder, el conjunto azulgrana dejó encarrilada su clasificación en la que fue la mejor actuación del FC Barcelona en esa turbulenta temporada.

Aquel era un equipo de entreguerras, el Barça de los holandeses; con Reiziger, De Boer, Cocu, Overmars y Kluivert sobre el césped. También estaban Saviola, Motta, Bonano, Gabri y un joven Xavi Hernández. En el banquillo, Radomir Antic, que debutó en competición europea precisamente contra los italianos. Llegó a Barcelona tras la destitución de Louis Van Gaal, provocado por una crisis deportiva e institucional que también se llevó por delante al presidente Joan Gaspart, que dimitió días después. Ocupó su lugar Enric Reyna, que se estrenó en el palco el día del Inter.

Eran otros tiempos, y el castigo a Recoba fue duro, pero ni mucho menos ejemplar. La UEFA decretó tres partidos de sanción al futbolista uruguayo. Curiosamente, a Puyol le pareció un correctivo excesivo. "Se dio cuenta de que se había equivocado y me pidió perdón. Creo que es exagerado. Ya es suficiente que le expulsaran y que se pierda otro partido. Creo que tres es un poco excesivo", dijo unos días después el central catalán, en la previa del enfrentamiento entre ambos equipos en San Siro, que se saldó con un 0-0.

"He pedido perdón, y deseo hacerlo de nuevo: he perdido la cabeza solo una vez en toda mi carrera y ha sido en ese partido", verbalizó el delantero charrúa en una entrevista a Tuttosport una semana más tarde de la entrada que le impidió disputar ningún otro partido en esa fase de grupos que su equipo superó como segundo clasificado, llegando hasta las semifinales de la Champions, donde cayó ante el Milan.

El Barça, por su parte, fue eliminado por la Juventus en la eliminatoria anterior, en cuartos. Y es que la 2002-03 fue una de las temporadas más aciagas para el club en el siglo XXI, pues el equipo azulgrana, que fue sexto en Liga, ni tan siquiera se clasificó para la siguiente edición de la Liga de Campeones; se tuvo que conformar con ir a la Copa de la UEFA. Y en Copa cayó en treintaidosavos en el campo del humilde Novelda, en la noche que señaló al desaparecido Robert Enke.