Las bengalas del Brest pudieron provocar un daño colateral en la Champions pero no se aplicó la lógica
El partido se retrasó cinco minutos, lo que pudo forzar que las segundas partes tengan que demorarse.

Con 18 partidos simultáneos, raro sería que en ninguno ocurriera algo extraordinario. Pues sucedió en el Brest-Real Madrid, como bien podría haber pasado en cualquier otro campo. Y en esta última jornada de Champions, cada incidente pudo tener sus consecuencias, pese a que realmente lo ocurrido en el partido en Francia afectara directamente a no tantos conjuntos. El colegiado noruego Eskas decidió, en correcta aplicación del protocolo, retrasar el inicio del partido con todo lo que eso acarreaba.
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El encendido de bengalas en el Stade de Roudouroi en Guingamp provocó que el encuentro entre Brest y Real Madrid no comenzara a las 21:00 como el resto, sino más bien, a las 21:05. Cinco minutos de demora y menos mal que los aficionados en cuestión entendieron la magnitud del asunto tras el anuncio por megafonía y no complicaron de más lo que ya de por sí podía haber sido un grave problema para el correcto funcionamiento de la jornada.
Lo cierto es que a la hora prevista no se veía absolutamente nada ni por la toma de televisión ni a pie de campo, un imposible jugar así al fútbol. No quedó otra que esperar a que esa niebla se disipase. Un acontecimiento que, más allá de contarlo como no podía ser de otra manera, en otro escenario no hubiera tenido más recorrido que el anecdótico. Podía no haber sido así en esta ocasión.
El protocolo marca que todos los partidos deben empezar y terminar a la vez, pero finalmente no se aplicó dado el caos que hubiera supuesto. Otras muchas veces, en casos similares, sí se aplicó, aunque con 18 partidos simultáneos era demasiado descabellado. Normalmente, se marca una hora por UEFA y todos los encuentros deben comenzar los 45 minutos finales al mismo tiempo.
De este modo, el retraso de cinco minutos en el partido entre el Brest y el Real Madrid debería haber afectado a los demás. Imaginemos que, además, hubiera polémica, VAR, lesiones y se viera forzado a un descuento de más de cinco minutos. Eso implicaría que acabaría diez minutos más tarde de lo que marca la hora más lógica y, por tanto, que las segundas mitades de Champions, todas, empezaran como pronto a las 22:10. Era tan caos que decidieron no aplicarlo.
De hecho, hubo otro susto con un incendio en un puesto en los aledaños del Etihad, pero pudo socorrerse realmente rápido y todo el dispositivo de seguridad pudo centrarse en el natural recorrido del partido entre Manchester City y Brujas. Desde luego, una jornada única.