REAL MADRID

La cena de Ramón Calderón donde supo que Marcelo no se iba al Sevilla... y cambió la historia del Madrid gracias a la jugada maestra de un agente

El Sevilla había llegado a un acuerdo con el Fluminense por 6 millones. El jugador sólo quería jugar de blanco. Zoran Vekic, clave.

Ramón Calderón, en la presentación de Marcelo, en 2006./
Ramón Calderón, en la presentación de Marcelo, en 2006.
Sergio Gómez

Sergio Gómez

Marcelo Vieira (36 años) anunció este jueves su retirada del fútbol y lo hace como uno de los jugadores con más títulos ganados (25) y una leyenda del club de leyendas, el Real Madrid. Su amor por el blanco nuclear lo dejó patente en su vídeo-comunicado, al igual que la huella que ha dejado el escudo en su vida: "Con 18 años el Real Madrid llamó a mi puerta y vine aquí. Ya puedo decir que soy un madrileño más. 16 temporadas, 25 títulos, cinco Champions, uno de los capitanes y tantas y tantas noches mágicas en el Bernabéu, qué locura. El Madrid es un club diferente, el madridismo es un sentimiento inexplicable". El brasileño, señalado como un futuro heredero de Roberto Carlos, y la entidad de Chamartín contrajeron matrimonio, aunque hubo días en que se pensó que eso no ocurriría. Es más, más de uno veía a Marcelo aceptando el anillo del Sevilla. Fueron días de viajes, negociaciones, intermediarios y documentos hasta que Ramón Calderón, entonces presidente blanco, una noche, en una cena con la directiva del Écija, recibió una llamada confirmándole que el jugador era suyo y que llegaba en los próximos días.

Vídeo donde Marcelo anuncia su retirada.

La historia sucedió del siguiente modo. El Sevilla fue quien más interés puso en un principio en hacerse con el lateral. De hecho, llegó a un acuerdo con el Fluminense por 6 millones de euros. Todo parecía encauzado. Tanto que en el club hispalense dieron por hecha su llegada, como confesó el técnico Juande Ramos días después. Pero el futbolista nunca firmó nada. Todo saltó por los aires cuando el Real Madrid trasladó su interés de manera formal, en un viaje de Franco Baldini, por entonces director deportivo. Ahí todo cambió ya que la voluntad de Marcelo, una vez supo la propuesta desde el Bernabéu, siempre fue jugar de blanco.

Ahí sobrevino un pequeño pulso. El Madrid se plantó también en los 6 millones. El Sevilla creyó sacarse un as bajo la manda proponiendo al 'Flu' la fórmula de pago al contado ya que la intención del club de Chamartín era pagar tres millones en un primer plazo y los otros tres divididos en dos más. Pero la directiva presidida por Calderón no se alteró, consciente del deseo de Marcelo. "El chico sólo quiere venir al Madrid y no creemos que nadie pueda quebrantar su voluntad. Quiere crecer como futbolista aquí", deslizaron. El 8 de noviembre, en la cena previa al partido de Copa entre el Real Madrid y el Écija, Ramón Calderón recibió la llamada final: "Está hecho". Días después fue presentado: "Mandé una carta al Sevilla para agradecer su interés pero yo siempre pensé en jugar aquí".

Pero, ¿cómo nació el interés madridista en el joven brasileño? Zoran Vekic, el agente más mediático en los años 90 y comienzos de los 2000, lo desveló en una entrevista en Relevo: "Lo de Marcelo fue cosa mía, que en el Madrid al principio no le querían. Yo fiché a Marcelo. Al principio, Capello no lo veía, decía que ya tenía ocupado el cupo de extranjeros. 'Pues se le cede', insistí. Lo ficharon y fíjate. 16 años y siendo leyenda en el Madrid. El Fluminense había llegado a un acuerdo con el Sevilla por Marcelo por 6 millones, pero el jugador no había firmado su conformidad. Entonces, su representante brasileño me llamó, sabiendo que yo tenía buenas relaciones con el Madrid. Vino y así lo rompimos. Yo le dije a Mijatovic: 'Sé listo, fírmalo por 6 millones y luego si quieres lo podrás vender por 36. Pero 6 millones para el Madrid, si no triunfa no pasa nada'. Y mira en lo que se convirtió".

Así, en diciembre de 2006 aterrizó en el Real Madrid con sólo 18 años.En la capital de España se encontró con un entrenador, Capello, que le recibió con muchísimas reservas y un compañero, Roberto Carlos, que le apadrinó. No sólo no le vio como amenaza, pues ambos compartían demarcación, sino que le acogió bajo su paraguas para comenzar a moldearle. 'Marcelo, toma mi número y apunta, cualquier cosa que necesitéis llamadme', con esta frase le dio la bienvenida el eterno '3'.

El primer año no fue fácil. Se vio de repente subido a un tren de alta velocidad que no espera a nadie, ni a veteranos ni a noveles, y comenzó a escuchar voces que sugerían una cesión. Incluso hubo un día que un directivo le llamó a su despacho y le puso sobre la mesa esa alternativa, haciéndole ver que era el mejor camino para "volver más hecho". Esto llegó a oídos de Roberto Carlos, que persuadió a quien tenía que persuadir para que la puerta se cerrara y Marcelo se fuera cocinando junto a los mejores. Ambos sólo compartieron vestuario esa temporada 2006-07. Después sus caminos deportivos se separaron, nunca los vitales. Los dos han conservado su relación en formol. Ahora, Roberto ocupa funciones de embajador en el Real Madrid y Marcelo ya mira posibilidades de futuro.