Las claves del caso canteranos del Madrid: la investigación será exhaustiva y podrían declarar responsables del club
Los jugadores podrían ser juzgados por un supuesto caso de grabación y difusión de pornografía infantil. Resulta fundamental seguir el rastro del vídeo en cuestión.

Durante la mañana del 14 de septiembre la Guardia Civil se personó en la ciudad deportiva del Real Madrid para llevar a cabo la detención cuatro canteranos de la cantera en calidad de investigados. El motivo de la misma, la presunta grabación y posterior difusión de un vídeo de contenido sexual con una menor que ocurrió en el mes de junio, cuyos hechos fueron denunciados en Gran Canaria. Los jugadores detenidos, uno del Castilla y tres del Madrid C, fueron trasladados a la comandancia de Tres Cantos para tomarles declaración en presencia de un abogado. Salieron de allí horas después.
Esto es sólo el comienzo de un procedimiento que puede durar meses. La causa se intruye en el Juzgado de Instrucción Nº3 del municipio de San Bartolomé de Tirajana, en Las Palmas. Dicha instrucción legalmente tiene un límite máximo de tiempo de seis en causas simples y 18 si se considera compleja, con posibilidad de prórroga en ambos casos a solicitud del Ministerio Fiscal.
Fuentes judiciales aseguran a Relevo que se llevará a cabo una investigación exhaustiva de lo sucedido dada la gravedad del supuesto delito (grabación y difusión de pornografía infantil). Se considerarán las pruebas obtenidas y las que puedan solicitarse posteriormente, además de las que quedan pendientes de practicar, nueva declaración de los investigados, la declaración de la víctima (que siempre irá acompañado de su madre al ser menor) y posibles testigos o personas que puedan, según el juez, aportar un testimonio útil en el esclarecimiento de los hechos. Esto incluye a entrenadores y directivos del Real Madrid.
Pero, ¿deberán viajar los investigados a Canarias? En principio, no. El procedimiento permite que el juzgado que instruye la causa pida a otro que coopere en la instrucción. Lo que legalmente se conoce como exhorto. El INE lo define como la necesidad de los juzgados de auxiliarse mutuamente para la práctica de las diligencias que sean necesarias en la sustanciación de las causas civiles o penales que tienen encomendadas. Sólo puede solicitarse en la instrucción.
Por ello, un juzgado de instrucción en Madrid ayudará en la medida de lo necesario y lo que permite la ley, siempre bajo la supervisión del juez instructor de Canarias, el encargado de llevar la causa. Será quien decidirá sobre la situación personal de los investigados y podrá solicitar nuevas diligencias de investigación, sin perjuicio de la posterior calificación jurídica de los hechos por el Ministerio Fiscal.
A través de un exhorto se puede requerir una declaración, realizar actos de emplazamiento, comunicación, notificación o citación, o cualquier diligencia de prueba. Lo normal es que los investigados, que todavía esperan citación para declarar, acudan al juzgado que corresponda en Madrid. La víctima declararía en el que está llevando la causa en Canarias.
El rastro del vídeo, una de las claves de los participantes en los presuntos delitos
En un caso como este, en el que se graba un vídeo de contenido sexual con una menor, tanto el que lo filma como el que difunde se exponen a la misma pena, de uno a cinco años de cárcel. De ahí la intención de la Guardia Civil en seguir el rastro del vídeo e investigar los teléfonos móviles de los jugadores.
Le quedan muchas etapas a esta causa, que se encuentra en sus inicios. Tras la instrucción se pasa a una fase intermedia en la que, con todo lo investigado, el Ministerio Fiscal da luz verde a que la causa continúe calificando jurídicamente los hechos o, por el contrario, pide el sobreseimiento. Puede solicitar abrir nuevas diligencias o transformar el procedimiento en el adecuado o a la gravedad de la pena. Si se estima que hay indicios de delito, se traslada un escrito de acusación al juzgado de lo penal que corresponda, respondido por un escrito de defensa por parte de los abogados de los acusados, para terminar con celebración de un juicio oral.