Cambiar el fútbol por los despachos y acabar negociando fichajes millonarios: "Me escapaba del equipo para un examen de derecho romano"
Maheta Molango atiende a Relevo para hablar de su curiosa carrera y su rol asesorando a los jugadores de la Premier.
Maheta Molango (24 de julio de 1982, Saint-Imier, Suiza) es una rara avis. Hizo suya la orden de muchas canteras y priorizó los estudios por delante del fútbol. Era un buen jugador, internacional con Suiza en categorías inferiores y fichado por el Atlético de Madrid con 18 años, además de pasar también por el profesionalismo en Inglaterra o Alemania. Pero nunca desvió el foco ni soltó los libros. Su educación familiar le llevó a formarse más allá de la pelota y siendo un veinteañero empezó a destacar también en los despachos de abogados.
De madre italiana y padre congoleño, su don de gentes y su conocimiento de las leyes deportivas le han llevado a los puestos desde donde se decide el futuro del deporte. También le ayudó sentarse en mesas de negociación con millones de euros de por medio. En ellas utilizó muchas de las fortalezas que adquirió en los campos de fútbol.
Tras pasar por el bufete Baker McKenzie, el departamento legal del Atlético de Madrid y ser CEO de una institución centenaria como el Mallorca, ahora se dedica a asesorar a los jugadores de la Premier League actuando como director ejecutivo de la Asociación de Futbolistas Profesionales de Inglaterra (PFA). Además de ayudarles a conocer su situación y prepararse para el futuro, descubre a líderes del futuro como Rodri, Van Dijk o Gündogan.
Empecemos por el principio. ¿Qué hace un suizo de padre congoleño y madre italiana jugando al fútbol en España?
Bueno, las casualidades de la vida… Yo estaba jugando en Suiza en segunda B, prácticamente como amateur. Es verdad que habíamos ganado el título de campeón de Suiza Sub-19, pero yo jugaba como amateur en Suiza. Y básicamente un día un agente trajo a prueba a un jugador a mi club y después del entrenamiento me dijo que le parecía un buen jugador y que quería llevarme a hacer una prueba en España. Yo le tuve que explicar que yo pagaba por jugar y no al revés. Y que por lo tanto esa idea de ir a un club español me parecía descabellada. Al final sí que surgió la posibilidad de ir a hacer una prueba al Atlético de Madrid, pasé la prueba y me quedé. Firmé dos años. Y así fue como surgió la posibilidad de llegar a España, que la verdad que no estaba para nada en mi radar. Yo crecí siguiendo la Liga Italiana y nunca me pude imaginar que con 18 años de repente me encontraría en el Atlético de Madrid. En aquel momento estaba en una situación delicada porque estaban en segunda división, fue el año del infierno. Entonces sí, fue un cambio importante.
Me habla del año del infierno. ¿Cómo estaba el club cuando usted llegó?
Yo tengo mucha admiración por la labor que ha hecho Miguel Ángel Gil. Porque la realidad es que en aquel momento el club estaba en segunda división. Ese año no suben, es el año siguiente, en el que debuta Fernando Torres. De hecho en algún entrenamiento jugamos contra el primer equipo, él tenía 16 años y ya estaba jugando con ellos. Ese año no se sube, el año siguiente sí que se sube con Luis Aragonés. Era un club que jugaba todo el Calderón, con una situación muy delicada, saliendo del tema de la administración judicial. Y la verdad que cuando ves el camino que han recorrido desde entonces hasta hoy, es realmente impresionante.
Como dice, pasó de pagar por jugar a cobrar por jugar. ¿Se sintió futbolista profesional en ese momento? ¿Sintió que podía hacer una carrera y vivir del deporte?
Yo vengo de una familia donde ser deportista de élite no es una fuente de orgullo. Yo tengo un padre muy tradicional, africano, que para él el camino es los estudios, es lo que él llama tener un trabajo en condiciones. Para él ser deportista profesional o artista, eso no era lo que él pensaba que era el camino correcto para su hijo, porque era consciente que al final muchas veces es la formación la que te permite avanzar con independencia de tus contactos o de donde vengas. Por eso yo siempre estudié mientras jugué. De hecho cuando fui a España tuve que hacer la selectividad, que desconocía que existiera, y pude entrar a la universidad. Siempre había sido un buen estudiante, pero en un país nuevo, un nuevo idioma… Empecé la carrera en la Carlos III y siempre compaginé estudios con jugar. Hay muchas anécdotas curiosas, un poco de incomprensión, como qué hace un tío leyendo libros de derecho de vuelta de un partido en un autobús.
¿Le miraban raro los compañeros?
Bueno… Luego yo seguí. Cuando luego me fui a Alemania o me fui a Inglaterra yo seguía estudiando. Entonces me mandaban los apuntes, estudiaba solo y luego viajaba para los exámenes. La gente no entendía cómo me escapaba del mes de enero en lugar de estar pensando en el mercado de fichajes. Me escapaba para hacer un examen de derecho romano.
Respecto a lo que dice, da la sensación de que a los jugadores de fútbol les cuesta dar el paso de aprovechar el dinero que ganan y el tiempo que tienen para estudiar. Esto provoca que muchos acaben sus carreras deportivas, en muchos casos muy cortas, y no tengan nada más. ¿Es tan difícil? ¿Cuánto le costó a usted?
Es que creo que es sano poder hacer las dos cosas, no más allá de que la carrera dure más o menos. Creo que es sano no estar solo focalizado en el fútbol, tener otras fuentes de interés y tener un poco de equilibrio. Nosotros ahora aquí en la PFA hemos lanzado precisamente un proyecto de formación para jugadores y tú tienes futbolistas del calibre de Gündogan, por ejemplo, o de Jordan Henderson, que fue el capitán de la selección inglesa, que están estudiando. O gente como Azpilicueta que se plantean estudiar. Te quiero decir que yo creo que siempre ha habido perfiles de gente con inquietudes más allá del fútbol. El gran problema siempre ha sido, digamos, los horarios y el formato de estudios de la universidad que tradicionalmente es incompatible con tus horarios de entrenamiento. Creo que la voluntad ha existido y existe entre los jugadores. Muchas veces es un tema de incompatibilidad de horarios porque tiempo en realidad tienes. Hay mucho tiempo muerto, incluso los que juegan en Europa. En los hoteles, en los viajes… que al final puedes utilizar de forma eficiente. Creo que muchos jugadores cada día más se plantean utilizarlo de forma eficiente.
¿Dónde ha tenido que entrar más preocupado: a un campo de fútbol o a un despacho?
Bueno, yo creo que lo que aprendes en el campo de fútbol es muy, muy valioso en el día a día en el despacho. Yo me di cuenta que muchas veces los jugadores no se dan cuenta que cosa que aprendes de forma innata del campo son muy valiosas en tu día a día. El trabajo en equipo, la resiliencia, el trabajo bajo presión, la agilidad mental de salir de ciertas situaciones, ciertos skills más de interactuar con la gente… son cosas que luego en tu trabajo del día a día son muy valiosas. Es un poco lo que les contamos a los jugadores. Date cuenta de que hay gente que va a hacer un máster para desarrollar ese tipo de cosas y tú lo tienes de forma innata porque vives en ese entorno de presión, de rendimiento, etc. Yo creo que en los dos ámbitos tienes que ser muy ágil, pero creo que he sacado muchas conclusiones muy interesantes de lo que he aprendido en el campo para aplicarlo luego en los despachos.
Después de pasar por un importante bufete -Baker McKenzie- vuelve al Atlético de Madrid, pero al departamento legal...
Sí, la vida es curiosa porque yo firmo por el Atlético en 2001, estoy dos años, luego voy a Alemania y luego tengo una trayectoria en Inglaterra también. Cuando termino mi carrera de derecho, termino también mi contrato en Brighton y me planteo ver cómo reaccionaría mi currículum en otro ámbito que no sea el fútbol. Ahí es donde tengo la suerte de poder entrar en un despacho, en Baker & McKenzie. Ahí creamos un departamento de asesoramiento a jugadores, agentes, clubes, etc. Y casualidad de la vida, creo que más o menos cinco o seis años después de entrar en Baker, un día me llama un contacto que había hecho en un evento al que había ido unos años antes y me cuenta que uno de sus clientes está a punto de salir de Holanda para ir a España: era Toby Alderweireld. Entonces me encuentro asesorando a Toby en su fichaje por el Atlético de Madrid y me reencuentro con Clemente Villaverde y con mucha gente que no veía desde los tiempos en los que yo era jugador, Al día siguiente otro contacto me dice que le ayude a sacar a un jugador de España para Inglaterra y era Mesut Özil. Ahí de repente empieza toda la parte de asesoramiento a jugadores y a clubes, hasta el momento en que el Atlético de Madrid me plantea poder entrar a trabajar para ellos en el departamento legal, y eso es lo que hice durante prácticamente un año y medio, que además tuve cierta suerte, entre comillas, porque me pidió el periodo justo antes de la sanción que recibieron por el tema de los menores de FIFA, entonces hicimos un montón de operaciones. La primera renovación de Griezmann, Jackson Martínez cuando vino, Felipe Luis y su vuelta del Chelsea, Mandzukic a la Juventus… un montón de operaciones muy interesantes que me permitieron descubrir. Yo era un jugador más modesto y de repente descubrí toda la parte de contratos importantes, agentes importantes, clubes importantes, y fue fascinante. Hicimos 30 operaciones en dos ventanas, fue una cosa muy interesante, y trabajé ahí codo a codo con Andrea Berta también, del que también aprendí mucho de cómo ve él el fútbol.
Pasa de ser un jugador de fútbol modesto a sentarse en mesas de negociación con clubes y jugadores profesionales, con millones de euros de por medio. ¿Le costó adaptarse a esa nueva realidad?
Sí, fue una transición, porque anteriormente estuve involucrado en varias transacciones interesantes, como la de Toby, la de Ozil al Arsenal, la de Leo Ulloa al Brighton, al que seguí en toda su carrera, incluso cuando se fue al Leicester. Hubo esa transición. Y luego encontrarte con eso, con transacciones de otro tipo, la verdad que, como te digo, es un gran máster para mí poder haber estado cerca de gente como Miguel Ángel Gil, como Andrea Berta, como José Manuel Díaz, que en aquel momento estaba también muy involucrado en temas legales. Gente que entiende las cosas, que es muy estratégica, y aprendí un montón. La verdad que fue una experiencia muy enriquecedora.
¿Hubo alguna negociación que recuerde con un cariño especial?
Hubo algunas que fueron… Yo creo que la de Mandzukic a la Juve fue interesante. La de Savic de la Fiorentina al Atlético de Madrid también fue interesante. La verdad que hubo varias. Jackson Martínez, que se pagó la cláusula al Oporto y fue un traspaso importante. Fueron muchas transacciones, no te diría una en concreto. Sería más el ritmo, la agilidad con la que se han llevado a cabo, que la verdad que me llamó mucho la atención. Esa capacidad de tomar decisiones de forma muy sólida, pero ágil, y avanzar con temas. Yo creo que ha sido una de las grandes bazas del Atlético de Madrid en los años, esa capacidad de detectar talento, ver la operación y ejecutarla con solidez, pero con mucha agilidad.
"Lo que aprendes en el campo de fútbol es muy valioso en el despacho"
Director ejecutivo de la PFA¿Cuando empezó le dio la sensación de que a los jugadores se les trata como mercancía?
La verdad que viví situaciones que me llamaron la atención. Pensar que ciertos jugadores de cierto calibre lleguen a firmar contrato contigo. Te das cuenta que te preguntas si realmente están asesorados todo lo bien que deberían. '¿Son realmente conscientes de todo lo que supone el contrato que firman?' Me hizo mucho reflexionar, saber sobre el papel que yo como asesor podía tener en apoyar a los jugadores, incluso más de lo que había visto hasta la fecha.
Del Atlético da el salto al Mallorca, donde lo 'fichan' como CEO en una situación comprometida en lo deportivo y lo económico. ¿Tuvo miedo a fracasar?
La verdad que no, porque precisamente por esa mentalidad un poco de atletas no ves realmente el peligro. Ves la oportunidad y no te planteas que vaya a ir mal. Yo había ido al Atlético de Madrid, pero había mantenido un pie en Baker McKenzie. Entonces lo que habíamos empezado a hacer era tratar de convencer a inversores extranjeros de que compraran un club en España. Entonces yo les asesoré en ese procedimiento de intentar comprar un club en España. Vieron varios clubes, pero al final no se hizo. Fue cuando ellos por su cuenta se fueron al Mallorca se acordaron de mí y me dijeron '¿te apetecería ser nuestro hombre de confianza en ese proyecto?' Entonces, habiendo conocido a los inversores antes, entendiendo un poco cuál era su visión… En realidad sí, era ir al Mallorca, pero también era adentrarte en todo ese mundo NBA, ese entendimiento del deporte diferente al que vivimos aquí en España. El reto era mayúsculo, porque el Mallorca tiene mucha historia, con mucha solera, pero al mismo tiempo era un reto muy motivante de poderte enfrentar. Y luego, creo que había llegado un punto en que había visto muchas situaciones, incluso en el Atlético de Madrid, donde yo me preguntaba, 'si yo hubiera sido más que el abogado, ¿qué hubiera hecho en esa situación?'. Estaba en ese punto con ganas de probarme más allá de la tarea simplemente de abogado, donde tú al final implementas ideas de otros. Tenía ganas de ver qué haría yo en esas situaciones.
Las cosas allí van muy bien, consiguiendo el ascenso de Segunda B a Segunda División y después a Primera. ¿Tuvo cierta sensación de injusticia cuando la propiedad decide prescindir de usted?
No, mira, yo en el cargo que tengo tomo decisiones difíciles muy a menudo y siempre creo que al final, cuando uno te da la confianza, también está en su derecho retirarla. Creo que forma parte de la forma en que funcionan las cosas a nivel profesional. Creo que uno con el tiempo también valora la oportunidad. La realidad es que a mí se me dio una oportunidad en un momento en que yo simplemente era un asesor legal. Es una cosa que valoro mucho, que ha sido un periodo en el que he aprendido muchísimo. En la vida también hay que poner las cosas en contexto y valorar la oportunidad que a uno le dieron. Es verdad que creo que la he devuelto y la he pagado, pero no lo miro desde esa perspectiva. Lo miro desde la perspectiva del orgullo de haber sentado o de haber contribuido a sentar unas bases que hoy en día siguen siendo la piedra angular del proyecto.
¿Cuáles son esas bases?
El haber contribuido a traer jugadores que creen esa cultura. Un Raillo, un Abdón Prats, un Dani Rodríguez, un Salva Sevilla en su día… Gente que al final han perdurado el tiempo, han creado esa base y cuando te fijas hoy en día en el Mallorca, cuando gana o lo hace bien, suelen ser los Raillo, los Dani Rodríguez, los Abdón o los Valiant, los que tiran del carro. Por ejemplo, me llena de orgullo pensar en un Budimir que estaba jugando en segunda división en Italia y ahora es de los pichichis en primera división. O un Lago Junior que está jugando en el Mirandés y que hoy en día es un futbolista que ha jugado no sé cuántos partidos en Segunda División. Que es un jugador establecido y que has podido contribuir, aunque sea un poco, a que una persona como Lago, al que tengo un aprecio muy grande, haya podido alcanzar su sueño, jugar con su selección de Costa de Marfil. En fin, te quedas este tipo de cosas que a mí me llenan de satisfacción y de orgullo.
Ahora que su rol es muy diferente, trabajando mano a mano con los jugadores, ¿tiene ganas de volver al lado de los clubes?
Sí, a mí me gustan mucho los proyectos complicados. Los proyectos donde hay un lado de emprendedor, si quieres. La sensación de volver a construir algo, de transformar algo, que también pasó ahora del PFA. Son retos completamente diferentes. El club tiene ese examen semanal que es algo que de vez en cuando uno echa de menos. Porque me gusta competir y me gusta esa sensación del examen semanal. Pero también es interesante lo que hago ahora en el sentido de poder influir en retos que van a determinar el futuro de la industria. Entonces, te digo, estoy muy contento con lo que estoy haciendo ahora mismo. Me están yendo las cosas bien. Es muy difícil predecir dónde te va a llevar el futuro. He disfrutado mucho de la participación de clubes. Nos ha ido bastante bien y veremos si en el futuro se da la oportunidad correcta o no para volver a hacerlo. Si le preguntas al niño que creció en Suiza en medio de la nada si iba a acabar en Madrid algún día, te hubiera dicho que, vamos, que imposible. Entonces, veremos lo que el futuro nos depara.
¿Ha recibido alguna oferta?
Sí, han surgido cosas. Pero al final lo que descubres también es que lo importante no es el club, sino las personas con las que vas a trabajar. Eso es lo fundamental porque el fútbol es una industria donde, salvo que seas el Madrid o el Barça, normalmente pierdes más que ganas, con lo cual la crisis siempre está a la vuelta de la esquina y, por lo tanto, es importante encontrar gente que realmente confíe en tu visión, confíe en el proyecto y eso no es fácil encontrar.
"Me han surgido ofertas, pero lo importante no es el club, sino las personas con las que trabajas"
Director ejecutivo de la PFA¿Cuántos jugadores están asociados a la PFA?
Nosotros tenemos 55.000 miembros, que serían 5.000 jugadores y jugadoras en activo. Premier, Championship, Ligue One, Ligue Two y Women's Super League. Luego, 50.000 ex-jugadores que van desde Alan Shearer pasando por Marcelino Elena y acabando en Maheta Molango. Cualquier jugador que haya jugado un minuto como profesional en Inglaterra puede seguir accediendo a los servicios del sindicato.
¿Los jugadores le martillean mucho el teléfono?
Creo que nuestra función es estar a su disposición y generar un nivel de interacción cada día más grande. Creo que en ese sentido las cosas han ido creciendo. Cada día hay más confianza en el trabajo que hacemos y cada día hay más confianza para descolgar el teléfono y compartir conmigo o con nosotros las preocupacioneso las oportunidades que ven. Porque también lo vemos como no solo llamarnos cuando tenéis un problema pero también cuando tenéis una idea. Y la verdad que estoy disfrutando del hecho de que nos vean como un punto de referencia para ese tipo de cuestiones.
Conoce bien a los jugadores de LaLiga y a los de la Premier. ¿Cuáles están más preparados para la vida postfútbol?
Hay gente muy preparada tanto en Inglaterra como en España. Yo creo que culturalmente en Inglaterra se fomenta más el participar, el tener una opinión, el opinar y mojarse sobre las cosas. Pero eso es un tema cultural. Va más allá de los jugadores . Digamos que en los países más mediterráneos somos más de no revelarnos mucho, de seguir un poco lo que dice el jefe, de seguir lo que dicen las autoridades. No somos muy de opinar. Sin embargo, en los países anglosajones se fomenta mucho el debate, el opinar. Entonces, lo que he visto es que el nivel de involucración y de participación en lo que hacemos en Inglaterra es significativo. Tú tienes gente como una Azpilicueta, por ejemplo, muy involucrado en las actividades, opinando y participando en reuniones. Lo mismo que te diría de Van Dijk o de Alison Becker… La gente está muy involucrada, participa, opina, lo hace suyo y la verdad que da gusto. Da gusto trabajar en ese entorno porque recibes mucho feedback.
¿Hay algún jugador en la Premier que le haya sorprendido por su capacidad de opinar y liderar al resto de jugadores?
Por decirte alguno que tenga más conexión con España, creo que Rodri es un chico muy preparado, con las ideas muy claras. Creo que es una personalidad también capaz de expresar una opinión de forma muy sólida y con cierta autoridad. Yo creo que Azpilicueta en su día era un líder increíble y muy, muy respetado por los demás, incluso por los propios ingleses. La verdad que eso tiene mucho mérito, siendo un extranjero. Gente como Van Dijk mismo. Como en su día Pogba, que también una persona que se mojaba. Bruno Fernández. En cada equipo encuentras gente con esa capacidad de liderazgo y de opinar de los temas. Rubén Díaz en el Manchester City. Gündogan, que es un líder fantástico también. Jordan Henderson, con muchas cosas interesantes de contar. Harry Kane, con el que tratamos ahora también con la selección. Hay varios jugadores con un nivel de entendimiento de las cosas. Una capacidad de transmitir significativa. Rafa Varane también...