... Y Camavinga, lateral izquierdo en Montjuic

A conatos de duelo, como el de Braga, se debería llamar directamente 'partido de previa de Clásico'. El Real Madrid tenía el cuerpo en el norte de Portugal y la cabeza en Montjuic. Descarado. Demasiado obvio. Hasta Ancelotti, a la hora de formar su once titular, pensó primero en los que jugarán contra el Barça. Como allí, presuntamente, estarán Alaba, Kroos y Tchouameni, les dio descanso ante los portugueses. A este último, al francés, lo sacó 20 minutos porque el equipo estaba perdiendo un poco el orden defensivo y una torre que se una a los centrales en los últimos minutos de un partido nunca está de más.
Lo importante es, era y será lo del sábado. Modric, que jugó los 90 minutos, comenzó a masticar que el Clásico lo comenzará en el banquillo. Poco que rascar en el 'partido de previa del Clásico'. Si acaso que Rudiger no se cansa de cumplir en todos los partidos que acumula; que Nacho no pierde la forma por mucha suplencia que chupe... y que, en ataque, el Real Madrid es cada vez más un colectivo de izquierdas. La banda en la que se unen Bellingham, más el lateral de guardia. Por cierto, la omnipresencia del brasileño vuelve a hacerse realidad, aunque no marcara. Quien sí lo hizo fue Rodrygo. Seguro que en los próximos días no tendrá las mismas pesadillas de los últimos meses. Que marcara Bellingham ya no es noticia. Tres partidos de Champions, tres goles, como Karembeu cuando llegó al Madrid.
Finalizado el compromiso, Ancelotti ya tiene preparado su 'once' para medir la talla del Barça de Xavi. Una intuición. En el lateral izquierdo puede que no jueguen ni Fran García ni Mendy, que sí lo hicieron contra el Braga. Para que entre de titular Kroos en uno de esos encuentros que el alemán suele dominar desde su particular dron, Carlo tiene que hacer un hueco en el centro del campo. Valverde y Tchouameni son carne de titular y de ahí mi modesta apuesta por el valor de la mitad de medio euro a que Camavinga vuelve al lateral izquierdo por más que no le guste. Su energía es imprescindible para el equipo y por esa banda en el equipo contrario galopa desde la distancia un tal Cancelo que desequilibra a su paso por las distintas zonas del terreno de juego. Un escudo como Camavinga suena a seguro de vida...