La increíble historia del Unión Berlín, el nuevo equipo Champions de la Bundesliga
Ser símbolo de disidencia con la RDA, su origen obrero o la afición haciendo las obras del estadio son algunos de sus capítulos más destacados.
El Unión Berlín jugará la Champions League la temporada que viene. Un hito increíble para uno de los clubes con menor presupuesto de la Bundesliga, pero no el mayor de su historia. Desde su fundación, ha vivido episodios inverosímiles, épicos. Ha sido un motor de orgullo para todos sus aficionados. Ha sobrevivido a guerras, atisbos de desaparición o arreglos de estadio sin tener el dinero suficiente para ello. Y lo ha hecho de la mano de sus seguidores, incondicionales. Aquellos que no titubearon por miedo a perder su esencia: "Mierda, vamos a ascender". Pero sus valores se han mantenido intactos. La élite no les ha cambiado. Y ahora, proyecto de campeones. Se quedarán por el camino, probablemente, pero sí esta racha sirve para dar voz a un cuento de hadas, bienvenida sea.
CAPÍTULO 1
Los orígenes
Fundado en 1906, el Unión Berlín nació como un club modesto que sufrió diversos cambios de denominación en sus primeros años. Con la expansión industrial de Alemania, la entidad creció y se mudó a su actual estadio: An der Alten Fortsterei, en castellano 'La vieja casa del guarda forestal'. Les apodaron Schlosserjungs o trabajadores metalúrgicos y su uniforme pasó a ser azul, del color de los monos. Una entidad de clase obrera y que alternó hasta la Segunda Guerra Mundial años decepcionantes con experiencias en la élite.
CAPÍTULO 2
La Segunda Guerra Mundial y la posguerra
El Unión Berlín firmó grandes años deportivos durante la Segunda Guerra Mundial. Tras ella, la ocupación de Alemania supuso la disolución de todos los clubes. En tiempo exprés, se fundó un nuevo equipo para competir en una liga de la ciudad, dividida en cuatro. El club logró la segunda plaza en Berlín y la clasificación para la fase final nacional. La Guerra Fría les impidió competir por orden del Gobierno Soviético. Al no poder viajar y pelear a nivel estatal, el equipo se fragmentó, dando lugar a otros dos clubes. La mayoría de jugadores huyó al Oeste de la ciudad. El resto se quedó en el Este. La construcción del Muro de Berlín dejó al club del Este como única rama de aquel primer Unión Berlín.
CAPÍTULO 3
Unión Berlín vs. Dynamo Berlín
En la Berlín de los años 60, surgió una fuerte rivalidad entre el Unión Berlín (recordemos: equipo obrero y civil) y el Dynamo Berlín, equipo de la Stasi, órgano de inteligencia de la República Democrática Alemana (a partir de ahora, RDA), del Berlín Oriental y socio de la Unión Soviética. Este último se impuso diez años consecutivos, mientras que el Unión sufría por mantenerse en las principales divisiones por la política de la Alemania Oriental de dar alas a los clubes de la élite. Los aficionados protestaban cada partido por la existencia del muro y la corrupción de su adversario. "Puede caer", gritaban cuando el árbitro colocaba una barrera. Por supuesto, no se referían al lanzamiento de la falta. Esa crítica les unió estrechamente al Hertha de Berlín, del otro lado del muro.
Fueron años difíciles, aunque la entidad siguió en pie. De hecho, en 1968 se llevaron la DDR Pokal. Un éxito que quedó sin recompensa: la RDA retiró a sus equipos de los torneos europeos.
CAPÍTULO 4
La reunificación alemana
El Unión Berlín, pese a ya evitar los conflictos políticos, acusó todos los años de barro y se vio inmerso en una profunda crisis económica. Los equipos del Este, afectados de lleno por la política anterior, lucharon por su supervivencia. Los resultados llegaban, pero su condición financiera le impedía subir de categoría. Parecía el principio del fin. Lograron, al fin, su objetivo en la 2000/01. Aunque no estuvieran todavía en la élite, alcanzaron a la final de la Copa de Alemania y se clasificaron para la UEFA. Un halo de luz antes del chaparrón: enlazaron varios descensos y la situación volvió a ser crítica.
CAPÍTULO 5
El descenso
La caída a tercera categoría en 2004 llevó al club a la ruina absoluta. Sus aficionados se volcaron entonces en la famosa campaña Bluten für Union, que consistía en hacer donaciones para el banco de sangre de Berlín (en Alemania están remuneradas) y comprar camisetas conmemorativas o ceder una cantidad para reunir el cerca de millón y medio de euros para salvar a la entidad. Hasta el propio alcalde se volcó en la causa. El esfuerzo titánico no dio sus frutos, con la caída deportiva a cuarta división.
De nuevo, al límite de fuerzas, el Unión Berlín apretó los dientes para ascender y salvar una situación crítica. Mientras su afición no bajó los brazos en un solo momento, los jugadores firmaron uno de los episodios más recordados de la historia del club. Sí, cuando estaban en cuarta división. Ganaron 8-0 al Dynamo, su gran enemigo ideológico en época de la RDA. Una goleada para el recuerdo.
CAPÍTULO 6
An der Alten Fortsterei
¿Recordáis el estadio del principio de estas líneas? 'La vieja casa del guarda forestal' necesitaba urgentemente una reforma. En 2008, el club militaba en tercera categoría y no tenía el presupuesto suficiente para afrontarla. Era otro golpe a su historia, al corazón de su fútbol. Un nuevo milagro estaba cerca de ocurrir. La afición se ofreció a hacer las obras, dejando a cargo del club solo algunas de mayor complejidad y los materiales. Más de 2.300 voluntarios participaron. El club calcula miles de horas invertidas por sus propios hinchas para no abandonar su estadio. Para ellos, también era un hogar.
El coste total del arreglo, en una segunda fase, fue de 15 millones de euros. Diez fueron pagados por patrocinadores, dos por el club y otros tres por la propia afición. El Unión Berlín necesitaba el dinero y no lo pidió. Decidió vender parte de su estadio a sus seguidores, a coste de 500 euros la acción. La propuesta fue un éxito. Con el eslogan se podía intuir: "Vendemos nuestro alma, pero no a cualquiera". En los folletos y carteles informativos, además, incluían ejemplos de a quién se referían con eso de "cualquiera": Blatter, Berlusconi, una famosa marca de bebidas energéticas…
CAPÍTULO 7
El histórico ascenso a la Bundesliga
Pasando por cuarta división, rozando la desaparición en varias ocasiones, adoptando una postura contraria al régimen de la RDA… Ascender a la Bundesliga era una auténtica epopeya. Un equipo que siempre vivió de pie y aguantó estoico, pese a tanta embestida, logró vivir en Primera División. En la temporada 2018/19, quedó tercero en la 2. Bundesliga y venció al Stuttgart, tercero por la cola en la élite. Así consiguió un sueño… del que sus incondicionales dudaban. Sí, cuando rondaban posiciones de ascenso mostraron al mundo una pancarta: "Scheibe… wir steigen auf!". La traducción sorprenderá: "Mierda… vamos a ascender". Y es que existía un miedo real a la pérdida de los valores originales, los que habían llevado al Unión Berlín a ser un club único. Claro, no está al alcance de cualquiera colocar 500 fotografías gigantes de aficionados fieles durante años que fallecieron y no pudieron disfrutar del primer día de la nueva vida. Ahora, más de tres años después, la esencia se mantiene y el equipo lidera la Bundesliga.
CAPÍTULO ESPECIAL
Los villancicos
La mágica Navidad en Berlín goza de un recoveco único. En 2002, la afición comenzó a cantar villancicos en los partidos, en la jornada previa al parón invernal. Desde 2003, el Unión Berlín reúne en su estadio a sus seguidores para beber vino caliente, sostener velas, encender las linternas de sus teléfonos y entonar durante 90 minutos cánticos de fútbol y villancicos. La tradición comenzó con 89 aficionados y, ahora, se alcanzan los 25.000. Otra experiencia única a disfrutar en este pequeño gran club.
Porque así lo explica su presidente Dirk Zingler: "Nuestra gente nos dice que es bueno que nunca nos hagamos más grandes de lo que somos". Poco más que añadir.