Bangladés, Papúa Nueva Guinea, Irak y otros países exóticos con seleccionador español: "No sabía ni dónde estaba"
Entrenadores nacionales cuentan a Relevo su aventura dirigiendo combinados internacionales de distinta índole, tanto en número de habitantes como en aspiraciones competitivas.
Xabier Azkargorta fue el primero. En una época en la que no era habitual, el técnico español, cuando aún era joven, se lanzó a la aventura de entrenar a un combinado nacional de otro país: Bolivia. No solo fue el pionero, sino que además cosechó el éxito de clasificar al país sudamericano para el Mundial de 1994. 30 años después de aquel hito, varios seleccionadores españoles le siguen la estela y entrenan o han entrenado recientemente a combinados extranjeros, concretamente de países lejanos y, algunos de ellos, exóticos. Belice, Brunéi e Islas Salomón han estado dirigidas hasta hace poco por técnicos españoles. Las selecciones Bangladés, Irak, Papúa Nueva Guinea, El Salvador y Bielorrusia cuentan en la actualidad con preparadores de nuestro país.
"No sabía ni dónde estaba Belice cuando me llamaron", confiesa David Pérez, exseleccionador del país centroamericano, que actualmente tiene poco más de 400.000 habitantes. El técnico madrileño, ahora en el banquillo de un equipo femenino de Arabia Saudí, llegó primero para entrenar a un club local, Verdes Football Club, para después compaginarlo con el cargo de seleccionador, hasta que finalmente se dedicó solo al combinado nacional.
Las formas de aterrizar de los técnicos españoles tienen algunas coincidencias, como empezar entrenando a algún equipo del país, o, sobre todo, llegar por recomendación. Es lo que le pasó a Mario Rivera, exseleccionador de Brunéi, país del Sudeste Asiático con una población ligeramente superior a la de Belice. Rivera, también madrileño, estableció contacto con un entrenador japonés cuando dirigía al juvenil del Leganés, y esa persona fue la que le abrió la puerta de las categorías inferiores del país, el salto previo a tomar el mando del combinado nacional, donde estuvo dos años. A Javier Cabrera también fue un conocido quien dio su nombre cuando la federación de Bangladés estaba buscando técnico. En su caso, su experiencia previa en India y en el trabajo con canteras le hizo ser el elegido entre otros candidatos.
Cuando hablan de la decisión, también coinciden en la dificultad de tener que considerar la parte personal. Algunos pudieron ir con algunos miembros de su familia, como David Pérez, que se marchó a Belice con su hijo de 15 años, quien poco después empezaría entrenar con el equipo. La pareja de Javier Cabrera siguió al extécnico de las categorías inferiores del Alavés e incluso se casaron en Bangladés. Distinta fue la situación de Jesús Casas, seleccionador de Irak. "Mi hija en aquel entonces tenía 15 años y no podíamos cortarle su desarrollo personal, así que ellas vienen de vez en cuando y yo también visito España", cuenta el que fuera integrante del staff de Robert Moreno y Luis Enrique en la selección española.
Sobre el salario, en cambio, no hay unanimidad. "Era un salario normal, pero te daba para vivir bien porque lo teníamos todo cubierto", afirma David Pérez. Javier Cabrera va un poco más allá y, aunque aclara que en la cantera del Alavés podía vivir para entrenar, el cargo de seleccionador en Bangladés "también era una oportunidad importante en lo económico". Felipe Vega-Arango, exseleccionador de Islas Salomón y actual entrenador de la vecina Papúa Nueva Guinea, confiesa que no es un sueldo alto: "En Islas Salomón no era superior al de un entrenador en Primera Federación, ahora en Papúa Nueva Guinea es un sueldo decente".
Cuando la derrota es habitual
Los diferentes seleccionadores se marcan objetivos en función del nivel del equipo y de los rivales. Casi todos hablan de que es importante competir, porque a veces las derrotas son abultadas. "Es sobre todo un trabajo mental, les tienes que convencer de que tienen que ser mejores que cada día", cuenta Mario Rivera, que para confeccionar la alineación escogía primero a los cinco jugadores que podían aguantar los 90 minutos. Javier Cabrera, que encara su tercer año en Bangladés, considera que lo importante es mirar a largo plazo, aunque el entorno a veces tenga una mirada cortoplacista. "El año pasado tuvimos grandes actuaciones ante rivales potentes, y este ya hay un momento valle porque la gente se ilusionó mucho", explica el madrileño.
A estos picos de sierra también apunta Javier Casas desde Bagdad, aunque ahora mismo está en buena posición para clasificar a Irak para el Mundial 2026, un hito que el país árabe solo consiguió en 1986. Felipe Vega-Arango se quedó cerca de la Copa del Mundo, en 2018 y 2022, cuando entrenaba a Islas Salomón. Estuvo a un paso y medio de la gran cita, ya que perdió la última eliminatoria de Oceanía, en las dos ocasiones ante Nueva Zelanda. De haber ganado, le hubiera quedado una sola eliminatoria contra un equipo repescado de Sudamérica.
"Eres tú el que tienes que adaptarte al entorno, al contexto y a la manera de trabajar"
Seleccionador de BangladésLa afición al fútbol varía un poco en función del país, aunque casi todos lo relacionan con el momento de forma del equipo. "Cuando ganas muy bien y cuando pierdes ya no tanto, eso pasa en España y en cualquier país", declara David Pérez. En Brunéi se sigue mucho la Premier League y en Bangladés se hicieron famosas las imágenes apoyando a Argentina. En lo que todos están de acuerdo es que el desarrollo de la liga local repercutiría en un mayor seguimiento y en una subida de nivel de las selecciones.
"Traemos la idea de tener iniciativa con balón y de ser valientes para recuperarlo cuanto antes", responde Javier Cabrera cuando se le pregunta por el modelo actual del entrenador español. Jesús Casas, que llegó a Irak porque estaban buscando un entrenador español, considera que los buenos momentos de los grandes clubes españoles, de la Selección y de entrenadores nacionales como Guardiola o Luis Enrique motivan a federaciones extranjeras a mirar a nuestro país.
Todos ellos, como también Carlos Alós, seleccionador de Bielorrusia, y David Dóniga, seleccionador de El Salvador, representan la aventura de, en palabras de David Pérez, "echarse la manta a la cabeza", y arriesgarse en países que no reúnen las mismas condiciones sociales y futbolísticas que España. "A nivel adaptativo te hace ser mucho mejor", analiza Mario Rivera, y Javier Cabrera coincide: "Eres tú el que tienes que adaptarte al entorno, al contexto y a la manera de trabajar". "Hay mucho sacrificio, no son países fáciles", asegura Felipe-Vega Arango. Mario Rivera, en cambio, busca nuevas experiencias en el extranjero. "Si pudiera repetir en una selección lo haría sin duda", confiesa. También quiere seguir el camino de Azkargorta, que tras triunfar en Bolivia también se sentó en el banquillo de Chile.