El Atleti del Cholo cae en la inapetencia y la holgazanería futbolística

Posiblemente, y más que posiblemente, sea lo normal es estos casos cuando aspiras a todo y te quedas sin nada antes de lo esperado y en situaciones límites y extrañas. Se podría decir que lo que le está sucediendo a este Atleti de Simeone en este final de temporada es humanamente normal. Pero también cabría pensar que si había alguien capacitado para mantener las pulsaciones colectivas un poco más altas, éste sería el técnico argentino. Pero no. Ni él ha sido capaz de evitar que su equipo haya caído en la inapetencia más absoluta. Es una mezcla de dejadez, desgana, desinterés, holgazanería futbolística. También existe un poco de pereza en pensar lo larga que se está haciendo la temporada... y todavía le quedan cuatro partidos.
Ni siquiera la participación en el Mundial de clubes y ese debut del 15 de junio contra el PSG sirve de motivación. Está tan lejos que es imposible pensar en ello. El problema es el presente y cómo acabar estos cuatro partidos contra la Real Sociedad (casa), Osasuna (fuera), Betis (casa) y Girona (fuera). La clasificación tampoco ayuda. La tercera plaza parece segura. Los que empujan desde atrás están demasiado lejos como para darte un pellizco y el que se encuentra por delante, el Real Madrid, tendría que entrar en un colapso absoluto para perder la segunda plaza.
El partido de Mendizorroza tuvo poca historia. Como casi todos los partidos de las dos de la tarde que se me vienen a la cabeza. No es hora para jugar al fútbol salvo que hayas nacido en las Islas Británicas. Alavés, con lo que se jugaba, y Atlético se enfangaron en ese territorio horario en el que parece que las piernas pesan más y la cabeza está menos lúcida. Se intercambiaron las ráfagas de idas y vuelta dentro de un centrocampismo exagerado. Es imposible trenzar dos pases con 20 jugadores en 20 metros. Los de Simeone intercambiaron los papeles con el último partido foráneo de Las Palmas. Entonces aparecieron en la primera parte, ante el Alavés en la segunda. Al final. Cuando el técnico tiró de sus cinco cambios.
Pocos equipos de Primera se pueden permitir este lujo. Además, los jugadores que entran suelen tener condiciones distintas a los que se marchan y esta situación desconcierta al enemigo que, por ejemplo, ya tiene controlado los movimientos de Griezmann y le aparece un Sorloth, que no tiene nada en común con el francés. Lo mismo se podía decir de cuando Lino entró por la izquierda, que ofreció la profundidad que no había dado Gallagher... O el mismo Correa. Esa mejora final del equipo a la que se agarraba Simeone después del partido no sirve de nada cuando falta continuidad y no le da ni para ganar a los equipos que luchan por el descenso: empate en Leganés, derrotas en Getafe y Las Palmas, el empate ante el Alavés...
Y lo peor de todo es que el club, el equipo, la afición y sus devotos más acérrimos están perdiendo a Griezmann. El francés se nos está escapando partido a partido. Ya no es él. Ni de titular, ni de suplente. Ni de mediapunta/centrocampista, ni de segundo delantero. Visto el panorama, éste debería ser el gran reto del Cholo en este mes de mayo: salvar a uno de sus soldados preferidos. A su cholito del alma. Ya se ve y se nota que un Atleti sin Antoine, es un Atleti más vulgar, menos clarividente y sutil. Devolverle a su rol, podría ser como un título para su entrenador.