FÚTBOL

Álex Craninx, el portero al que comparaban con Courtois, recupera la sonrisa 522 días después: "Me equivoqué en ir a malas con el Real Madrid... De allí no te vas, te echan"

El mirlo blanco, que reapareció hace unas semanas con el IF Gnistan finlandés, se abre en una entrevista a Relevo.

Álex Craninx, durante un entrenamiento con el Real Madrid./CEDIDA
Álex Craninx, durante un entrenamiento con el Real Madrid. CEDIDA
June Lavín

June Lavín

En Helsinki, a 3.909 kilómetros de Madrid, donde desarrolló gran parte de su carrera y maduró, Álex Craninx (Málaga, 1995) se sitúa frente al ordenador con una sudadera naranja que llama la atención. Sonriente y, al mismo tiempo, aliviado, afronta la charla con Relevo como una oportunidad para desahogarse después de más de 500 días sin jugar al fútbol. Reapareció hace sólo unas semanas en el IF Gnistan de Finlandia ("mi mujer y yo teníamos claro que queríamos salir, irnos de España"), plenamente recuperado de una lesión de gravedad que le relegó al ostracismo y le obligó a reinventarse. De él se dijo de todo. Y la mayoría bueno. Cuando despuntó en diferentes equipos del fútbol malagueño (La Laguna, Fuengirola, Marbella...), el Real Madrid llamó a su puerta. No se lo pensó: "En Valdebebas vives en una burbuja, lo tienes todo...". Su estatura, cercana a los dos metros, y condiciones le llevaron a ser comparado con Thibaut Courtois en más de una ocasión.

Alex Craninx habla sobre su salida del Real Madrid.RELEVO/ALEJANDRO MORÁN

Sin embargo, reconoce que pecó de impaciente en 2017, cuando salió del club blanco para probar suerte en el Sparta de Róterdam ("me equivoqué en ir a malas con el Madrid, porque de allí no te vas, te echan"), y, aquejado de una rotura de cruzado que se alargó más de la cuenta, hasta los 522 días, ha encontrado en Finlandia la motivación que perdió en el Fuenlabrada, equipo en el que militaba en el momento de la lesión. "Mucha gente me dio la espalda", sentencia, decepcionado y dolido a partes iguales. "Ha sido un proceso largo y muy duro. Cuando acabó el partido [en el que reapareció tras su lesión] me sentí muy orgulloso y me acordé de mi mujer, de mi familia y de todo el proceso, que no ha sido nada fácil por muchas cosas que han pasado en el camino", añade.

"Estoy muy feliz por no haber tirado la toalla, por haber seguido luchando, por haber trabajado todos los días yo solo en los seis meses en los que estuve sin equipo, por mi cuenta y teniendo la esperanza de que algo bueno iba a llegar", resume. La lesión se remonta a julio de 2023 ("me lesiono en la primera semana de pretemporada y me opero el 8 de agosto"), cuando todavía militaba en el Fuenlabrada de Primera Federación. Supuso, para él y para su familia, un jarro de agua fría. A los ocho meses, después de un arduo trabajo de recuperación, recibió el alta médica. Lo que parecía una buena noticia, ya con la posibilidad de volver a vestirse de corto, se convirtió en el inicio de una montaña rusa en la que reinaron la inestabilidad y la incertidumbre: "El Fuenlabrada estaba pasando por un muy mal momento y hay otro compañero, Javier Belman, que lo estaba haciendo bien. El equipo estaba en malas condiciones y no tuve la oportunidad de redebutar ese año. El club no me dio el premio de jugar un partido...".

Después de un año en blanco, lesionado de gravedad durante la pretemporada y sin minutos en el tramo final del curso, Álex Craninx se quedó sin equipo: "No llegó ninguna cosa en la que yo sintiera que un club estaba apostando por mí. No lo sentí así y yo creo que después de salir de esa lesión mucha gente me dio la espalda. No apostaron por mí de verdad, y el que lo hacía era a medias tintas, así que decidí esperar". La espera, aunque se alargó más de la cuenta, tuvo su recompensa con la propuesta del IF Gnistan de Finlandia en el que también jugó Eero Markkanen, delantero con pasado en La Fábrica.

Su rutina, hasta que recaló en la Veikkausliiga, primera división del fútbol finlandés, consistía en sesiones de entrenamiento que le permitieron recuperar su mejor versión física y mentalmente: "Todos los días me levantaba a las siete de la mañana sin tener ningún club en el que entrenar. Lo hacía por pasión. Hacía dos entrenamientos al día". A Helsinki, donde ahora reside, se mudó con su mujer, a la que menciona en numerosas ocasiones y considera "fundamental" para haber superado una situación complicada en la que cualquier otro hubiera tirado la toalla.

Sus inicios

Aunque nació en Málaga, algo que todavía se aprecia en su acento, sus apellidos (Craninx Joostens) enseñan unas raíces belgas que le han acompañado siempre y que, en su momento, precipitaron unas comparaciones con Courtois a las que se acostumbró rápido ("en ningún momento me lo tomé como presión"). En su caso, siempre tuvo claro que quería ser portero, posición en la que también jugó su hermano mayor Dimitri. "Empecé a jugar como portero porque era el más grande y el más gordito en ese momento, era el que más ocupaba [risas]... Me encantaba ir a los entrenamientos con mi hermano y entrenar con él. Seguí sus pasos hasta llegar al Marbella".

Craninx, sobre la temporada en la que coincidió con Morientes.RELEVO/ALEJANDRO MORÁN

Precisamente en el Marbella, respaldado por sus casi dos metros de estatura, demostró estar capacitado para dar un paso más y firmó por el Real Madrid en 2011. Aterrizó en el Juvenil C blanco, coincidió con Morientes, para quien solo tiene "palabras buenas" porque tuvo "una conexión especial y espectacular", en el B, formó parte del A y, también con el C (Tercera División) y Castilla (Segunda B). Del exfutbolista español, ahora rostro habitual en las narraciones de Movistar Plus+, agrega: "Me trató como un hijo, me dio confianza plena y ese año, con él, jugué muy, muy bien. Ese año firmo contrato profesional con el Madrid y se fijan en mí muchos clubes, y es gracias a él [a Morientes]y a su confianza. A mí me encantaba como entrenador y como persona".

La anécdota de Álex Craninx con Morientes

«Era muy cercano... En un partido en Carabanchel tuve un choque con un compañero, con José León. Los dos acabamos inconscientes y él vino al hospital con nosotros. Nos cuidó mucho y se reía de nuestra forma de ser, porque yo soy muy trabajador, muy obsesivo todo el día en el gimnasio. Trataba muy bien a los jugadores y ha sido el entrenador que más ha confiado en mí, sin duda. Con él jugaba sin miedo al fallo».

Seis años después de pisar Valdebebas por primera vez como jugador del Real Madrid, decidió volar lejos de la capital española: firmó por el Sparta Róterdam de la Eredivisie, primera división de Bélgica, en su primera aventura en el fútbol profesional. "Soy muy ambicioso y una persona muy impulsiva. No tengo [se detiene y reflexiona]... No tenía paciencia. En ese momento cometí un error enorme, porque yo tenía dos años de contrato todavía [con el Real Madrid]. Tenía la oportunidad de hacer la gira con el primer equipo, de volver al Castilla o si no que el Madrid me cediera, pero seguir vinculado al club. Mi agente me convenció y me dijo que tenía una oferta de Holanda muy buena. Me vine arriba. Dije 'quiero jugar en primera división y quiero hacerlo ya'. Me equivoqué en ir a malas con el Madrid para buscar un traspaso, para que me traspasaran, porque del Madrid no te vas, del Madrid te echan. Me faltó paciencia".

"En el Madrid te sientes una estrella con tu ropita doblada, limpia, vendas, buena nutrición..."

Álex Craninx Portero del IF Gnistan

"En el momento en el que plasmo mi firma con el equipo de Holanda [Sparta Róterdam], a la tarde, llamo a mis padres llorando y les digo que me he equivocado. En ese momento yo sabía que me había equivocado, porque me iba con el primer equipo de gira, la hice el año anterior, y tienes habitación individual, los mejores servicios, fisios, comida, recuperación... Te sientes una estrella con tu ropita doblada, limpia, tus vendas, buena nutrición, el utillero que te ayuda, el fisio que está detrás de la portería y te da agua, todo", recuerda. En su caso, abandonó las categorías inferiores del conjunto blanco para fichar por un equipo de la primera división belga. Pero no salió como esperaba: "Llegué allí y nos fuimos de gira a Austria, a un hotel de campo muy bonito, pero ya éramos tres por habitación, la comida era todo con salsas y yo venía de comida frita... La ropa sucia, olía a peste. En ese momento me di cuenta de que me había equivocado, porque venía de lo mejor y toqué la realidad, lo que es la vida. El Madrid es una burbuja".

Craninx celebra el título de Liga con el Molde. CEDIDA
Craninx celebra el título de Liga con el Molde. CEDIDA

"Ahora, con 29 años, me doy cuenta de que un portero de 21 no está hecho, que con esa edad tienes que tener paciencia, seguir entrenando... Si tienes la suerte de estar con los mejores, quédate ahí", sintetiza sobre su paso por Róterdam. Después, también probó suerte en el Cartagena (2018), Molde (2018-2023), donde consiguió alzarse con varios títulos de Liga, Lillestrom SK (2021), RFC Seraing (2022) y Fuenlabrada (2023). "En Noruega [con el Molde] me tiro cuatro o cinco años muy bien. Fuimos campeones de Liga dos o tres veces e hice muy buenos partidos, muy buena temporada. Encadené varias pequeñas lesiones que no me dieron esa continuidad tan necesaria... He tenido siempre una piedrecita que me ha parado".

"Decidí venir a Finlandia porque queríamos salir de España, una nueva aventura. El club, desde el primer momento, confiaba mucho en mí, en sacarme el mayor rendimiento. Me han abierto los brazos, me han dado confianza y cariño para sentirme contento, feliz, importante... Es donde más cariño he recibido", explica sobre su apuesta por el IF Gnistan y los motivos que le llevaron a cambiar el calor de Málaga por el frio de Helsinki.

Reconoce, ya en las últimas preguntas de la entrevista, que todavía tiene "mucho fútbol y mucha carrera" por hacer. "Claro que me hubiera gustado conseguir todo lo que ha conseguido Courtois, pero estoy orgulloso de mí y de lo que he hecho", reflexiona Craninx, siempre con la ilusión intacta. En Finlandia, tras 522 días, ha recuperado por fin la sonrisa.