FÚTBOL FEMENINO

Aitana Bonmatí: obsesión por el trabajo, la dieta, el reciclaje... y unos apellidos únicos

La futbolista del Barça es flexitariana, una obsesa del reciclaje y tiene fobia a volar. Lleva el apellido de su madre en primer lugar.

Aitana Bonmatí se ejercita en el gimnasio. /FC Barcelona
Aitana Bonmatí se ejercita en el gimnasio. FC Barcelona
Sandra Riquelme

Sandra Riquelme

Probablemente, la calidad que Aitana Bonmatí atesora en sus botas sea directamente proporcional al carácter que muestra sobre el verde. Para muestra, un botón. 10 de mayo de 2019. Queda una semana para la final de la Champions, la primera del Barça. Durante un entrenamiento, Lluís Cortés reparte unos petos para hacer un ejercicio. Aitana se queda sin peto. Inmediatamente, su mente asocia ese reparto con la titularidad y lo contrario, con la suplencia. Su enfado va en aumento y se evidencia en gestos y comentarios negativos. Hasta tal punto que Lluís Cortés, el entrenador en aquel momento, está a punto de echarla del entrenamiento. Una semana después, Aitana es titular, el último paso para su consolidación en el centro del campo culé. Era tan solo un ejercicio de un entrenamiento a siete días de la gran final...

20 de julio de 2022, los cuartos de final de la pasada Eurocopa de Inglaterra. Un gol de Georgina Stanway en el 96' mandaba a España a casa. La zona mixta, donde las jugadoras atienden a los medios de comunicación tras el partido, se dividía entre la euforia de los ingleses y la decepción y frustración de los españoles. Por eso, la aparición de Aitana fue como ese rayito de sol que te da en la cara en pleno diciembre. La del Barça atendió a todos y cada uno de los medios de comunicación: en inglés, en catalán, en español. Lo intentó hasta en alemán. De hecho, durante una de sus intervenciones en inglés se quedó en blanco: "Puf, estoy muy cansada y la cabeza me va a mil", dijo sonriendo mientras todos los que estábamos allí intentábamos ayudarla, sin demasiado éxito.

La autocrítica y la decepción por no haber alcanzado cotas mayores en el torneo dominó su discurso. "Pasan las horas y la eliminación sigue doliendo. Somos ambiciosas y perder en cuartos de final no era nuestro objetivo, así que seguiremos esforzándonos al máximo para llegar a lo más alto. Gracias a toda la afición por vuestro apoyo, nos sentimos muy cerca de vosotros. ¡¡Arriba chicas!!", tuiteó a la 1:09 pm del 21 de julio.

Reivindicativa... desde la cuna

Probablemente, ese carácter ganador, autocrítico y reivindicativo viniese marcado desde la cuna. "Cualquier gesto suma si es en la lucha por la igualdad. Todas tenemos la oportunidad de reivindicar lo que es justo", reza el primer capítulo de su biografía. Una declaración de intenciones que empieza por sus apellidos.

En mayo de 1997, Rosa y Vicent se quedaron embarazados. Si era un niño, lo llamarían Martí. Si salía niña: Aitana. Otras de las certezas era que, independientemente del género, llevaría el apellido de Rosa el primero: Bonmatí.

Sin embargo, y aunque la legalidad no lo amparaba, Rosa no cesó en su lucha. Con la ayuda de Ca La Dona, un espacio de acción feminista, y de Inma Mayol, política y excandidata a la alcaldía de Barcelona, el debate se llevó al Parlamento. Mientras tanto, y con la esperanza de conseguirlo, Aitana llevaba los dos apellidos de su madre: Bonmatí Guidonet. El 21 de octubre de 1999 se aprobó la nueva normativa en el Congreso de los Diputados: se podría cambiar el orden si ambos miembros de la pareja estaban de acuerdo. El 5 de noviembre, el BOE publicó la Ley 40/1999, sobre el nombre y apellidos y su orden.

Flexitariana y con una zurda al nivel de su diestra

Probablemente, Aitana Bonmatí disfrute buscando la perfección. Marzo de 2019, unos meses antes de la celebración del Mundial de Francia. Aitana empieza a trabajar con su propio equipo: un preparador físico, un fisioterapeuta, un psicólogo y un nutricionista. Los que la conocen hablar de una obsesa, en el buen sentido de la palabra, del trabajo invisible: de respetar los tiempos de recuperación, los de descanso, del trabajo preventivo, de la suplementación, de cuidar la alimentación. Por ejemplo, desde hace más de un año es flexitariana: una dieta que promueve la ingesta de una gran cantidad de alimentos de origen vegetal y también de algunos de origen animal, pero en menor medida.

En esa búsqueda de la perfección, mejoró su zurda. Hubo un momento en el que ella, al jugar de interior derecha, cuando llegaba a zonas de finalización desde el carril central, recibía el balón en su pierna izquierda. Le pasaba lo mismo cuando el peligro venía desde la banda izquierda, siendo Leila, por aquel entonces, la lateral más profunda del equipo. Aitana se propuso pegarle igual de bien con ambas piernas. El resultado: la temporada pasada marcó el 50% de sus goles con la zurda.

Una obsesionada del reciclaje

Probablemente, y como todos los genios, Aitana tenga su punto de locura. Por ejemplo, otra de sus obsesiones es el reciclaje. También le da miedo volar, tiene fobia a los aviones, pero lo supera leyendo, escuchando música. En definitiva, distrayéndose todo lo posible. También es la última en ducharse, siempre y bajo cualquier circunstancia. Y de pequeña, para calmar sus ansias por hacer de todo, practicaba deporte, iba a clases de inglés y tocaba el piano.

El 31 de octubre, Aitana cumplió 200 partidos con la camiseta del Barça, convirtiéndose en una de las jugadoras más jóvenes en conseguirlo. Hace unos meses, fue elegida como la quinta mejor jugadora del mundo en la gala del Balón de Oro. Probablemente, y con tan solo 24 años, Aitana Bonmatí Conca no tenga techo.