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Abou Bassinga, el futbolista que llegó en patera: "Durante la travesía a los niños nos tapaban para que no viéramos"

El futbolista de Costa de Marfil debutó en Las Palmas apenas cuatro años después de llegar a la isla: "Cedía mi asiento a alguna señora pero lo rechazaban por ser negro".

Abou Bassinga posa para Relevo en Miranda de Ebro. /ÁLEX CORRAL
Abou Bassinga posa para Relevo en Miranda de Ebro. ÁLEX CORRAL
Lorena González
Álex Corral

Lorena González y Álex Corral

Hace poco más de un mes, Abou Bassinga (Abiyán, Costa de Marfil, 13/07/2005) debutaba en Primera División con Las Palmas. Pudimos ver su cara de ilusión y extrema juventud, pero lo que nos hizo encoger el corazón fue saber parte de su historia. Apenas cuatro años antes llegaba solo en patera a la isla. Se jugaba la vida para intentar cambiar su destino, como ocurrió el día que un taxista le vio jugar en la calle. Desde entonces todo ha ido más que rápido para el marfileño, que ahora busca seguir acumulando minutos como profesional en el Mirandés, de la Segunda División. El sueño de ser futbolista le acompañó durante una travesía por el Atlántico de casi cuatro días, y lo mantiene más vivo que nunca, aunque le da la misma importancia a los estudios, como ahora, que los compagina con los de cocina, otra de sus pasiones.

Abou Bassinga, con Relevo. ÁLEX CORRAL

Echa de menos el tiempo y los compañeros con los que compartió el centro de menores, aunque por todo lo vivido, siempre ha demostrado una gran capacidad de adaptación: "Cuando a uno no le queda otra, debe adaptarse rápido. Lo que más necesitamos son los papeles para poder trabajar", comenta. Durante estos años en España sólo ha podido volver una vez a su tierra: "Fui a conocer a mi hermanita que nació hace dos años", a la que espera ver pronto.

Sin perder la sonrisa y con la madurez insólita de un chaval de 19 años, Abou recuerda en Relevo su historia, cuál es la realidad de los menores inmigrantes en nuestro país, los momentos más duros que le ha tocado vivir y cómo no, los que le permiten seguir soñando. Sin olvidar nunca de dónde viene. Ni aunque quisiera.

¿Cómo fue tu infancia?

Jugaba al fútbol en la calle, pero estaba más centrado en los estudios. De hecho, a mis padres les decía que de mayor quería ser médico. Seguía mucho a Messi, Di María… Sobre todo a futbolistas zurdos como yo, veía siempre los partidos del Barça. En un principio jugaba al fútbol para divertirme con los amigos, pensaba en que ojalá algún día fuese como los que veía por la tele, pero tampoco me metía esa presión.

¿Por qué saliste de Costa de Marfil con 14 años?

Tomé esa decisión porque habían pasado cosas, y mis padres me decían que, si superaba cuarto de la ESO, me iría a Francia con mi tío. Estudié mucho para irme allí y jugar al fútbol, pensaba que allí podría ser profesional. En Costa de Marfil las oportunidades son muy pocas, y había que dar un paso adelante para intentarlo. En mi familia éramos pobres, pero no pobrecitos.

¿Te arrepentiste de haber tomado aquella decisión?

Cuando uno es pequeño sólo piensa en la ilusión de poder llegar a lo que estás soñando, te olvidas en lo que puede venir después. Mis padres me tomaron por loco. Al llegar aquí me di cuenta que no sólo era mi sueño, sino que me hubiera gustado que estuviera mi familia dentro de él.

¿Cómo fue la travesía? ¿Pasaste mucho miedo?

En el viaje es diferente porque cuando eres niño te ponen en un lugar donde no ves casi nada, así que el miedo es inferior de quien ve lo que está pasando realmente. Tampoco sabes dónde vas a llegar. Fueron casi cuatro días de viaje, el último día ya no quedaba para comer y gracias a Dios pudimos llegar antes de que nadie.

"Cuando llegué a Las Palmas, iban a hacerme firmar los papeles para deportarme, hasta que el policía se cuenta de que era menor de edad. Me abrazó y me dijo que lo sentía"

ABOU BASSINGA

¿Cuál fue la primera impresión al pisar tierra en Las Palmas?

Siempre había visto negros, me sorprendió ver a toda la gente blanca, y enseguida encontré a gente que iba a ayudarnos. La cultura era totalmente distinta y había que adaptarse a ella.

¿Recuerdas alguna situación o persona que en ese momento te marcara especialmente?

Un policía se me acercó pensando que yo era mayor de edad. Empezó a rellenar papeles hasta que me preguntó por mi fecha de nacimiento. Iban a hacerme firmar los papeles para deportarme, hasta que se dio cuenta de que era menor de edad. Me abrazó y me dijo que lo sentía, yo no entendía mucho pero sé que se había sentido mal consigo mismo. Gracias a él pude seguir adelante.

Y entras en un centro para menores inmigrantes.

Sí, entro en ese centro el 14 de febrero del 2020, pocos días antes del Covid. Jugaba en el patio y dos semanas después empezó el confinamiento y no nos dejaban salir. Me llevaron un día a un parque a jugar, donde había algunos de Las Palmas. Me vio un taxista, amigo de Tonono, el director deportivo de Las Palmas y fue a hablar con él. Tonono vino a verme, les gustó mi forma de jugar y fueron a hablar con el centro de menores para poder incorporarme al equipo.

Formaste parte de una escuela para jóvenes inmigrantes en peligro de exclusión social. ¿Cómo ayuda el fútbol?

Me he dado cuenta de que el futbol me ha ayudado a integrarme fácilmente, no tenía otra cosa que hacer que estudiar y jugar. En ese equipo de inmigrantes teníamos ese tiempo en el que solo disfrutábamos, y solo tenemos una vida, hay que disfrutar.

¿Qué era lo que más echabas de menos durante ese tiempo?

Hablaba con mis padres, pero nunca se me pasó por la cabeza en decirles que les echaba de menos, estaba centrado en el día a día y disfrutar porque si no, me podía afectar. Cuando las cosas fueron más estables, empecé a pensar más en ellos y a desear que estuvieran al lado para que vieran cómo iba progresando. En ningún momento les llamé para decirles que quería volver, no quería preocuparles, pensaba que en algún momento volvería a verles. Aunque estuviera mal no quería preocuparles. Todavía no han venido a verme, fui yo el año pasado. Vino mi madre a buscarme al aeropuerto y lloramos juntos de la emoción, ninguno se esperaba que pudiese volver algún día.

¿Qué es lo más importante para la integración de los inmigrantes y poder salir adelante?

Lo que más me ayudó fue tener los papeles. Estuve tres años ilegal y no podía jugar. Si los hubiera tenido, por ejemplo, habría tenido la oportunidad antes, ir a ver a mi familia… Lo que necesitamos es tener los papeles lo antes posible para trabajar.

En mi opinión, la solución no es poner un muro, sino dar oportunidades. ¿Cómo lo ves tú?

Exactamente, hay gente buena y mala, y hay que mirar a quién dárselo, pero hay muchos inmigrantes que quieren estudiar y trabajar, y no quitan nada a nadie.

Se ve la inmigración como un problema. ¿Has sentido que te han mirado o tratado distinto?

Muchas veces. A veces he ido en la guaga en Las Palmas y he cedido el asiento a alguna persona mayor y esa persona me dice que no quiere sentarse porque yo he estado ahí. Ahí me pregunto por qué no quiso, o a veces al lado mío hay hueco y la gente prefiere quedarse de pie porque soy negro. No hay que juzgar a nadie por su apariencia o color de piel. No hay que juzgar a las personas sin conocerlas.

Bassinga, sobre su llegada a Las Palmas. ÁLEX CORRAL

¿Qué les dirías a esas personas que os estigmatizan negativamente por el hecho de ser inmigrantes?

Les diría que no hay que mirar fijo en un lado, sino abrirse a conocer a las personas antes de juzgarles. Puedes tener miedo de alguien por su color de piel, y otro de tu color te hace daño. Ningún color de piel es perfecto, hay personas buenas y malas de cualquier color.

"A veces al lado mío en el autobús hay hueco y la gente prefiere quedarse de pie porque soy negro"

ABOU BASSINGA

¿Y a un niño de Costa de Marfil que piensa en cruzar el Atlántico en patera?

Que no viniera por ese camino porque hay muchas personas que les ha tocado mentalmente con traumas. Necesitas un psicólogo porque los traumas llegan a afectar tanto que el hecho de haber arriesgado su vida ya no les sirve para nada. Les diría que tengan paciencia y que ojalá tengan la oportunidad de una forma más legal para poder hacerlo, pero decidirán lo que quieran. Aunque si me mira me puede decir que yo he pasado por ahí y que por qué no quiero el bien para esa persona. Pero justamente es lo contrario, por lo que he visto y sufrido.

¿Te han ayudado psicológicamente?

En el centro hemos tenido siempre psicólogos a nuestra disposición, aunque había compañeros que no les daban tanta importancia y lo rechazaban. Un día dije '¿por qué no?'. Tenía muchas cosas dentro que tenía que sacar. Poco a poco empecé a mejorar a la hora de comunicarme y superar alguna situación que esté pasando, apoyarme en alguien, porque solemos guardarnos las cosas. A todos les diría que mientras tengas esa disposición, lo aproveche.

¿Eres creyente? ¿Te aferraste a la fe?

Sí, soy musulmán, y en la patera se reza desde que empieza a moverse hasta que llegas a destino.

¿Ahora que eres futbolista profesional sientes que estás mejor visto, a pesar de tus orígenes?

Sí. Es una cosa que no me hace sentir orgulloso. Que yo sea profesional no me hace menos negro o menos inmigrante. Soy como todos, yo fui como ellos, antes no me dejaban sentar al lado y ahora me lo ofrecen por ser futbolista. Parece que por la fama de ahora me aceptan.

Cuando te dicen que vas a debutar en Primera, ¿fuiste consciente de lo que estaba a punto de suceder?

Estando en el campo todavía lo estaba asimilando. Era un partido contra el Sevilla, en el 88' el entrenador me llama para entrar, me quedé parado, no me creía que me estaba llamando a mí. Al entrar seguía en las nubes, no estaba ahí, cuando lo que tenía que hacer era disfrutar. Pero pasó todo tan rápido que no me dio tiempo a reflexionar para parar y pensar en lo que estaba pasando. Trataba de olvidarme de esas emociones y centrarme en el partido. Quien lo vio se dio cuenta de que estaba nervioso, estresado o fuera del partido. Muchos compañeros me dijeron que tranquilo, que la primera vez era así. Pensaba que hacía dos meses estaba en el campo de al lado donde entrena el filial. Y ahora casi que por la cara estaba ahí con el primer equipo (risas).

¿Hay algún día en el que te hayas podido olvidar de lo que has pasado?

No, porque todo lo que he pasado es lo que me ha ayudado a seguir luchando. No quiero perder esa parte, quiero que me siga motivando para conseguir todo lo que quiero.

¿Cómo lo vivió tu familia?

Vieron en directo el partido desde Costa de Marfil, lo grabaron y mi madre, que me conoce, sabe que no estuve en el partido por las emociones, así que después me dijo que estuviera tranquilo y que estaban muy orgullosos de mí. Fueron palabras que alivian y me permiten disfrutar.

¿Con qué intenciones has venido a Miranda?

Estando en Las Palmas hice las cosas bien para que saliera esta oportunidad, es un club que trata de acoger jugadores muy jóvenes y formarles. Hay varios que han estado aquí un año y al siguiente están en Primera división. Es una zona, además, que permite dedicarte y centrarte únicamente en el fútbol. Quiero mejorar como futbolista y como persona.

¿Tienes contacto con los chicos y chicas inmigrantes con los que conviviste en Las Palmas?

Sí, de hecho están muy felices por mí. Cuando debuté con el primer equipo, hay una casa de acogida en Las Palmas, Casa María, donde están todos los chiquillos menores. Cuando un jugador del filial debuta, existe la tradición de llevar un dulce, así que compré una tarta, y en el centro de menores llevé todo lo que pude. Cuando cobré mi primer sueldo como profesional fui a celebrarlo con ellos y llevarles lo que puede ayudarles, sé lo que necesitan.

El término de 'Menas' para referirse a los menores extranjeros no acompañados, se usa a menudo de forma despectiva. ¿Sentís ese desprecio?

Depende de cada persona cómo lo toma. Hay a quienes les molesta, no cuesta nada no decirlo y llamarnos por nuestro nombre. Siempre es bueno preguntar a esa persona lo que le molesta para no hacerlo.

Hay gente que se olvida de que eso que llaman peyorativamente 'mena', es un niño o una niña...

Como me lo estás diciendo tú… Ojalá otras personas lo vieran así y evitar esos términos porque pueden herir a mucha gente.

Hemos visto a futbolistas como Lamine o los hermanos Williams, y lo importante que es dar visibilidad a ese tipo de historias.

Son un ejemplo para mí, un orgullo, tienen más voces por quiénes son y se les escuchará más. Con lo que han conseguido, algunas personas pueden cambiar de opinión, o que no les guste que sean negros o marroquíes. Quienes más han destacado de España en la Eurocopas son de origen africano. Tal vez a alguien le haya hecho cambiar el chip. Nico me escribió por Instagram para felicitarme por mi debut y cuando jugó hace unas semanas el Athletic en Las Palmas, le dejó su camiseta a un compañero para dármela.

Con 14 años soñabas con ser futbolista. ¿Y ahora?

No tenía muy claro que tenía que ser únicamente futbolista, pensaba también en estudiar y tener un plan B. El fútbol va muy rápido y cuando menos te lo esperas estás ahí arriba, pero también ahí abajo. Quiero intentar ayudar al equipo en lo que haga falta.

Si tuvieras que poner un titular a tu vida, a tu historia, ¿cuál sería?

A por más, siempre a por más.