FÚTBOL SALA

Brasil 'entrena' en la icónica pista de la favela Tavares Bastos

La 'Canarinha' compartió una jornada especial en su preparación para el Mundial de Uzbekistán visitando una de las canchas de futsal más emblemáticas del mundo, que ha sido rehabilitada por la Confederación Brasileña de Fútbol.

La Selección de Brasil en la pista de fútbol sala de la favela de Tavares Bastos. /CBF
La Selección de Brasil en la pista de fútbol sala de la favela de Tavares Bastos. CBF
Gustavo Muñana

Gustavo Muñana

En las entrañas del 'Morro' (colina) de Nova Cintra en el barrio de Catete al sur de Río de Janeiro se encuentra una de las pistas de fútbol sala más icónicas del planeta. Es la 'quadra' (cancha) de la Comunidad Tavares Bastos, una favela que lleva el nombre de un conocido político, escritor y periodista brasileño y que en su interior alberga uno de los recintos deportivos más peculiares y fotografiados del mundo.

Casi tan conocida como el mítico estadio de Maracaná, es una visita obligada para todos los aficionados al deporte, lejos del glamour de las playas de Copacabana e Ipanema. Sus vías empedradas y cuestas interminables te conducen a un laberinto de calles estrechas y escarpadas entre casas humildes y decoradas con grafitis reivindicativos sobre feminismo y justicia social. Edificaciones que se amontonan, en un caos que parece premeditado para dejar el espacio justo a una emblemática pista de futsal, que se ha viralizado en internet y redes sociales.

Si la cancha de Tavares Bastos es el lugar soñado en el que cualquier futsalero quería montar una pachanga con sus amigos, esta favela también es un pequeño oasis alejado de los estereotipos de criminalidad e inseguridad de las barriadas más pobres de Brasil. La violencia de las milicias paramilitares o el tráfico de drogas no es posible gracias a la ubicación de la sede del batallón de Operaciones Especiales de la Policía Militar, la BOPE, que inspiró la premiada película 'Tropa de Élite' y que fue rodada en este mismo entorno para darle veracidad y tener seguridad.

Sin miedo a persecuciones policiales o tiroteos habituales en otros lugares de Río de Janeiro, los niños disfrutan jugando al futsal -muchos de ellos descalzos- exhibiendo su 'ginga' (un estilo de juego autóctono que eleva las habilidades con el balón a un estado de arte). El pasado viernes, los 'meninos' de esta favela recibieron ilusionados la visita de la Selección de Brasil, que ultima su preparación para el Mundial de Uzbekistán. La pentacampeona buscó inspiración y motivación para volver a levantar el trofeo FIFA en un lugar con una magia especial.

Las sonrisas de estrellas como Pito,Ferrao,Neguinho o Felipe Valerio contrastaban con la alegría de cientos de pequeños jugando arremolinados alrededor de sus ídolos en la tan esperada reapertura de la cancha de su favela. El departamento de fútbol sala de la Confederación Brasileña de Fútbol, con la colaboración de su patrocinador Estrelabet, ha rehabilitado la pista de Tavares Bastos y la han transformado en un espacio más accesible e inclusivo.

Para muchos de los cracks brasileños fue una experiencia inolvidable poder realizar una sesión de entrenamiento promoviendo la integración de los más desfavorecidos y demostrando que el deporte (fútbol sala) es una poderosa herramienta de transformación social. Bajo el lema 'Juntos por la sexta extrella', el seleccionador Marquinhos Xavier explicó que "fue un momento que se quedará marcado en todos nosotros. El fútbol sala es mucho más que un resultado, estuvimos con niños de varias edades, que sueñan como nosotros soñamos un día".

Por su parte, Ferrao aseguró que "es bonito ver a los niños soñar con un día ser futbolista. Desde pequeño hemos vivido este sueño de la misma manera que ellos, hoy tengo la oportunidad de defender a Brasil, pero eso no es todo, también tenemos el deber de mostrar a todos los niños brasileños que el sueño es posible, porque muchos de nosotros que somos jugadores internacionales ya hemos pasado por esto. Estos niños son el futuro de la nación brasileña".

Fue una sesión de entrenamiento tan atípica como terapéutica para un grupo, que al igual que España, tiene la presión de volver a ganar un Mundial, algo que no hacen desde 2012 en Tailandia. Además, no han jugado las finales de Colombia 2016 ni Lituania 2021. Una generación de estrellas que busca su lugar en la historia futsalera. Brasil permanecerá en Río de Janeiro hasta el 2 de septiembre y posteriormente se desplazará hasta Sao Paulo para viajar a Uzbekistán, donde disputará dos partidos amistosos ante los anfitriones antes de debutar en Bukhara el 17 de septiembre ante Cuba en el Grupo B.