La última locura de Valtteri Bottas fuera de la F1: completa un Ironman dentro de su casa
El finlandés se esmeró durante once horas para terminar un exigente reto físico en un fin de semana sin carreras.
Un minuto y 29 segundos para resumir una exigente aventura de once horas. Valtteri Bottas, piloto de Sauber, es experto en cometer locuras fuera de pista y en completar retos físicos al alcance de pocos. En su última peripecia, echó el edredón a un lado y completó un Ironman sin salir de casa.
"Fuera de la Fórmula 1 quiero divertirme, seguir con mis pasiones y continuar haciendo las cosas que realmente me parecen interesantes", confesó el finlandés en una entrevista con este medio. Como este año no ha tenido ni una alegría en pista (marcha vigesimotercero en un Mundial de veinte pilotos), han sido los retos deportivos los que le han sacado una sonrisa.
Bottas, que pilota el peor coche de la parrilla, ya completó hace algunas semanas el Mundial de gravel. Ahora, ha presumido a través de un divertido video de su última locura gracias a su envidiable poderío físico: ha terminado un Ironman sin salir de casa. Ha completado en once horas un exigente triatlón de pruebas extremas: 3,86 km de natación en mar abierto, 180 km de ciclismo (ascensos y descensos) y 42,2 km de carrera a pie.
Toallas congeladas, calambres y arroz
Se quitó el edredón y, sin apenas ropa, abrió la puerta de su salón para acceder a la terraza y empezar a perder la primera de las 7.000 calorías que quemó. Se tiró a la piscina, literalmente, y completó la primera parte de su reto. 3800 metros llenos de brazadas después, se puso un pantalón corto y se montó en la bici.
Rodeado de toallas congeladas y comiendo arroz como podía, el finlandés completó los eternos 180 kilómetros. Exhausto, sacó fuerzas para cerrar su odisea. A Bottas solo le faltaba la etapa a pie. Entre calambres y dolores, terminó su Ironman casero con heroicidad. Brazos en alto para celebrar, once horas después, que había completado su reto. Ya era de noche pero el piloto era un hombre feliz.
En los últimos años, el excompañero de Lewis Hamiton ha creado una carrera de gravel en su país, ha sido imagen de la firma Polar y de las bicicletas Canyon, estrenó una pizza sin gluten e, incluso, comenzó a comercializar una línea de ginebra (con soja procedente de los campos de su familia) junto a su pareja, la ciclista profesional australiana Tiffany Cromwell, entre otros negocios.