FÓRMULA 1

Las grúas de Mónaco descubren los secretos que ningún equipo de F1 quiere nunca enseñar

Los coches de Carlos Sainz, Lewis Hamilton o Sergio Pérez dejaron al descubierto detalles que los ingenieros sufren al verlos publicados.

El Red Bull de Checo Pérez, por los aires de Mónaco. /AFP
El Red Bull de Checo Pérez, por los aires de Mónaco. AFP
Óscar Méndez

Óscar Méndez

Cuando restaban poco más de 11 minutos para el final de la Q1, Checo Pérez arruinó su clasificación y su carrera del domingo tras entrar muy pasado en la primera curva del circuito de Mónaco e irse contra las protecciones. Era el final de la jornada para él, pues su coche sufría daños importantes y no iba a poder reanudar la marcha. Fue ahí cuando entró en escena una de las protagonistas de la semana en el Principado: la grúa.

El trazado monegasco es tan particular como complicado. No en todas las zonas del mismo existen escapatorias para detener cómodamente un monoplaza siniestrado. Para mover el coche del piloto mexicano, que estaba en medio de la trazada, fue necesario desplegar una de las grandes grúas que hay por todo el recorrido. Algo que ya hicieron el viernes con el Ferrari de Carlos Sainz y este sábado por la mañana con el Mercedes de Lewis Hamilton.

Y fue en ese momento cuando todos vieron uno de los secretos mejor guardados de todos los equipos de Fórmula 1, el que ningún ingeniero quiere que le descubran, pero que sí le gustaría conocer de sus rivales.

Con el coche 'volando' por encima de las calles de Mónaco para ser retirado del circuito, todos miraban con fijación hacia su fondo plano/suelo, uno de los grandes secretos que existe en el Gran Circo después del cambio normativo que entró en vigor a comienzos de 2022.

Hasta 2022, los F1 generaban un 33% de su carga aerodinámica a través del suelo y la parte central del coche; otro 33 en la parte delantera y el resto, en la trasera. En cambio, con la nueva normativa técnica que buscaba simplificar los apéndices aerodinámicos que los ingenieros repartían por todo el monoplaza y reducir el aire sucio que salía del alerón trasero, el reparto cambió drásticamente.

Ahora, el 50% de la carga aerodinámica de un Fórmula 1 se genera a través de los diferentes canales y diseños del fondo plano del coche (que ya no es tan plano), y gracias a la recuperación de una parte del famoso efecto suelo que pobló la parrilla en los 80.

¿Qué es y para qué sirve un fondo plano?

En resumidas cuentas, es un elemento aerodinámico que se encuentra por debajo del chasis. Su misión es dirigir el flujo de aire que pasa por debajo del monoplaza de la forma más rápida posible para hacerlo llegar hasta el difusor y mantener pegado el coche al asfalto lo máximo posible.

El flujo de aire que va por debajo del coche tiene una presión inferior a la atmosférica y cuando llega al difusor se expande para recuperar la presión normal. Esto se consigue mediante un efecto de succión (efecto Venturi) que aporta esa carga aerodinámica que buscan las escuderías en diferente medida según los trabajados diseños de sus ingenieros.

Su instalación está sujeta a la normativa técnica de la FIA para la F1. El reglamento este año obligó a elevar los coches 15 milímetros para evitar el porpoising (efecto rebote a gran velocidad), que tantos problemas dio a los pilotos en 2022. Además, su flexibilidad no puede rebasar los cinco milímetros cuando recibe una carga de 250 Newtons.

Este sábado, los secretos de unas piezas que los mecánicos se encargan siempre de transportar tapadas prácticamente en su totalidad han salido a la luz. Y sin disimulo. Los coches de Hamilton y Pérez estuvieron bastantes segundos suspendidos en el aire. Aficionados, fotógrafos y todos los presentes en el circuito no les quitaron el ojo de encima... ni tampoco los ingenieros rivales, que ya estarán estudiando las imágenes para compararlas con sus propias versiones. Veremos si algún equipo presenta novedades al respecto en las próximas carreras.