Fernando Alonso no se muerde la lengua después del fallo de estrategia del equipo...¡y se golpea en el casco!: "Soy el piloto con la peor suerte del mundo"

Fernando Alonso es un tipo que nunca se ha mordido la lengua cuando una situación de carrera no le gusta. En la hemeroteca de las conversaciones con sus equipos por radio pueden encontrarse capítulos de todos los colores e intensidad. El último se ha dado este domingo, en el Gran Premio de la Emilia Romagna.Después de un gran sábado, que le hizo salir quinto en la parrilla, la frustración se apoderó de él en Ímola y acabó 11º.

El asturiano pasó de la esperanza de poder rascar puntos a quedarse sin ellos por un fallo de estrategia del equipo y el consiguiente desgaste de los neumáticos. El principio del pinchazo del globo fue la salida de un coche de seguridad virtual causada por la rotura del Hass de Ocon. Esto posibilitó hacer paradas en boxes y Fernando Alonso decidió no entrar en boxes, como sí hicieron pilotos como Carlos Sainz.

El de Aston Martin optó por aguantar el neumático duro, pero a las 20 vueltas todo comenzó a venirse abajo. Llegó el desgaste de la goma y Fernando vio cómo iba perdiendo plazas en la clasificación, sin demasiados problemas para sus rivales. Un hombre tan competitivo como él volvió a saltar de la impotencia.

"Va a ser una tortura. Va a ser un naufragio. Soy el piloto con la peor suerte del mundo", declaró. Poco después cogió aire tras otro safety car debido a los problemas del Mercedes de Antonelli y montó una goma nueva. Pero fue un revés. Su imagen, dándose golpes en el casco en la última vuelta, fue el reflejo de ese sabor amargo.

Este es el último golpe de mala suerte que sufre Alonso en esta temporada después de estamparse con el muro en Australia o el caso de los frenos en China. Hoy, en Ímola, fue un error en la estrategia lo que le ha perjudicado.