La FIA empieza a exprimir el futuro 'romance' entre Charles Leclerc y Lewis Hamilton
La rueda de prensa del jueves tuvo como protagonistas a Lando Norris, Checo Pérez... y la próxima pareja de Ferrari, que mostró su complicidad.
Ahí estaban. Con una sonrisa de oreja a oreja, en un sofá, mostrando miradas y gestos cómplices continuamente y un lenguaje corporal que hacía notar la química entre ellos. El escenario parece de una cita romántica, la primera, la que precede a una bonita relación de pareja. Pero solo era una rueda de prensa previa al Gran Premio de Monza de este fin de semana y en la que, coincidencias de la vida (evidentemente, no), se juntaron Charles Leclerc y Lewis Hamilton.
Faltan todavía cuatro meses para que puedan llamarse el uno al otro "compañero de equipo". La cuenta es regresiva desde el 1 de febrero, fecha en la que se anuncia el fichaje del británico por Ferrari, y desde entonces ya se han dejado ver haciendo buenas migas (sus perros ya se conocen). Tampoco han escondido sus ganas de pilotar el uno junto al otro, lanzándose piropos en ambas direcciones y anunciando un 2025 ilusionante para la escudería italiana, que no cuenta con un campeón mundial a su volante desde Sebastian Vettel en 2020, aunque el alemán, como Lewis, tampoco escribió su historia en Maranello.
En Monza, capital de la escudería, Hamilton y Leclerc han vuelto a dejarse guiños, ahora saliendo en una foto 'promocionada' por la Fórmula 1. A pesar de que no entraron en detalles sobre las más que probables charlas que mantienen en secreto y lo bien que se llevan entre ellos, una imagen vale más que mil palabras. Lewis era el epicentro de la rueda de prensa, sentado en el asiento central y recibiendo la mayoría de las preguntas. Su distancia respecto a Charles era significativamente más reducida a la que mantuvo con Nico Hulkenberg, el otro integrante de la comparecencia, y cada vez que tenían unos segundos se giraban de manera cómplice hacia el otro. Se buscaban y se encontraban.
El monegasco ya le habla sobre el mito de Ferrari y el su fuerte arraigo con 'el templo de la velocidad': "Es especialmente especial pilotar para este equipo en Monza, la cantidad de apoyo que tenemos es única. Desde que sales del hotel ya sientes el calor". "Lo experimentaremos juntos el año que viene", decía sonriente, claramente seducido por la idea.
Hamilton tampoco esconde sus ganas y su admiración por el ambiente que generan los tiffosi: "Siempre hay tanta pasión en Italia... Es increíble ver a los aficionados que van a estar aquí, esto no se iguala en muchos sitios más". Lo dice alguien que no puede quejarse de cómo es arropado cada vez que pilota en su casa, Silverstone, quizás el país donde más se vive este deporte por la representación que tiene en la parrilla.
"Ya he firmado alguna gorra", confesó Hamilton, que también dijo que tuvo que rechazar unas cuantas por considerar que era pronto para sentirse un ferrarista más. Aunque ya lleva sintiendo años el cariño que le tienen allí: "He tenido un gran bienvenida en los últimos años, muy cálida. Las últimas veces también me decían: '¡Ven a Ferrari!". Terminó haciendo caso a aquellos que por un momento parecía que soñaban locuras, pero que finalmente sí verán al siete veces campeón del mundo cambiar el mono negro por el rojo.