¿Cuánto cuesta el casco de Fernando Alonso? Todos los detalles de su diseño

Los cascos de los pilotos de Fórmula 1 se han convertido en auténticos iconos para los aficionados al Gran Circo. Es uno de los elementos más visibles durante la carrera, por eso las escuderías suelen elegir cuidadosamente su diseño. Suele buscarse una combinación de colores y formas que les haga reconocibles desde la distancia y, al mismo tiempo, que expresen personalidad o algún detalle que consideren importante.

Durante la temporada, cada piloto utiliza varios cascos. Algunos incluso con diseños especiales pensados para una carrera específica. Así, en los últimos años hemos visto a Lando Norris llevar un casco que se asemejaba a un balón de baloncesto para dar la bienvenida a Miami al Mundial, a Fernando Alonso utilizar el diseño tradicional de Sebastian Vettel, con la bandera alemana cruzándolo de forma vertical, para homenajear a tetracampeón del mundo en su despedida de la F1 o a Lewis Hamilton lucir los colores arcoíris en Qatar.

Para su debut en Aston Martin, Alonso ha cambiado ligeramente su diseño tradicional, azul y amarillo con la bandera de España cruzándolo de forma horizontal. Esta temporada, el asturiano utiliza un color amarillo fluorescente que le da un toque diferente al que acostumbra. Una modernización a su look tradicional, que gracias al magnífico inicio de temporada realizado se ha convertido ya en un icono para sus seguidores.

Sabedores de ello, desde el Museo y Circuito Fernando Alonso han sacado a la venta una réplica de la protección utilizada por el piloto ovetense. Un anuncio que ha tenido una gran acogida en redes sociales. Se trata de una réplica con escala 1:2, esto es: posee la mitad del tamaño que el objeto original. Es, por lo tanto, una pieza de colección, una joya que adornará la estantería de más de un fan del asturiano.

La réplica del casco de Fernando Alonso, facturado por Bell Racing, la misma marca que fabrica los que lleva el doble campeón del mundo en pista, posee un precio de venta al público de 195 euros. Por el momento, solo se encuentra disponible de forma presencial en la tienda del Museo del piloto ovetense, situado en la localidad asturiana de Llanera, aunque es previsible que salga a la venta posteriormente online.

Desde que llegó a la Fórmula en 2001, tres colores han identificado a Fernando Alonso respecto al resto de pilotos de la parrilla: azul, amarillo y rojo. El piloto asturiano ha combinado estos tres colores, con diferentes tonos o formas geométricas, en la gran mayoría de cascos que ha utilizado en sus 20 años de carrera en la élite del automovilismo. Independientemente de los colores de su coche o su equipo.

Son los colores con los que fue campeón del Mundo en dos ocasiones. Los que utilizaron sus aficionados durante años para identificarse en las gradas. Especialmente en los primeros años de Renault, en los que el coche iba decorado de manera similar. Generalmente, Alonso acostumbra a utilizar una base azul sobre la que cruza de forma horizontal la bandera de España. Los diseños geométricos con los que se combinan, así como la disposición de los patrocinadores habituales del asturiano, pueden variar, pero un casco de Alonso es icónico y se identifica a la distancia.

Además, los cascos del piloto español tienen otro detalle inconfundible. Suelen estar coronados en su parte superior con dos flechas plateadas. Según explicó el propio Alonso, se trata de un recuerdo de su infancia, cuando por Reyes recibió un kart teledirigido cuyo piloto llevaba este detalle en el casco. Desde entonces, intentó incluirlas siempre en sus cascos. Algo que, obviamente, pudo hacer cuando llegó a la F1 al contar con más recursos.

Sin contar modelos especiales para una cita determinada, solo en dos temporadas Fernando Alonso ha cambiado de diseño base para su casco. La primera fue en 2007, cuando fichó por McLaren. El asturiano estrenó una protección con los colores corporativos de aquella temporada: gris, blanco, negro y rojo. ¿La razón? Otro homenaje a su infancia. Cuando era niño, el asturiano corría en un kart fabricado por su padre inspirado en el McLaren. Entonces, un jovencísimo Alonso llevaba un casco negro y blanco. Por ello, cuando fichó por el equipo británico, decidió lucir uno similar. Lamentablemente, la temporada no salió bien precisamente y aquel diseño quedó en un cajón para siempre.

La siguiente temporada en la que el asturiano cambió su diseño por completo fue en la 2022, su última con Alpine. Como una bienvenida al patinador BWT, Alonso presentó un novedoso casco en tonos fucsias. Fue un cambio total respecto a lo acostumbrado, pero tampoco le salió bien. La temporada fue un fiasco, Alonso se encontró incómodo en su propio equipo durante todo el año y acabó saliendo de forma sorpresiva rumbo a Aston Martin.

Más allá de su diseño y sus colores, los cascos de Fórmula 1 son piezas vitales en la seguridad de un piloto. De hecho, son uno de los elementos que más han evolucionado en el automovilismo, especialmente si los comparamos con las gorras de cuero con gafas que se utilizaban en los 50. Los materiales son cada vez más ligeros y resistentes, capaces de soportar los impactos más violentos para asegurar la integridad de su portador.

Para pasar la homologación de la FIA, conocida como FIA Standard 8860-2018, un casco debe superar una serie de pruebas que garanticen su rendimiento. Para ello, deben resistir la caída de un objeto de 5 kilos desde unos 3,3 metros de altura. No solo eso, el visor, normalmente fabricado en policarbonato de 3 milímetros de espesor, deben aguantar el disparo de un perdigón de plomo a una velocidad de 500 km/h. Además, los cascos también se queman con una llama a 700 gramos para testear su resistencia al fuego. Todo ello para garantizar que, si algo grave ocurre en pista, estos van a resistir.

Los cascos actuales están fabricados con fibra de carbono, tal y como también lo están los coches. Se trata de un material tan ligero como resistente, lo que le convierte en ideal para la automoción. Pero no solo eso, también poseen interiores de kevlar, placas de zylon, considerada la fibra sintética más fuerte que ha construido el hombre, así como un acolchado que mantiene la cabeza cómoda en el interior.

Con peores cascos, no hay duda de que el número de fatalidades vividas en la F1 sería mucho mayor. Una caso claro en el que esta pieza ayudó a salvar una vida fue en el terrible accidente que Felipe Massa sufrió en el Gran Premio de Hungría de 2007, cuando una pieza proveniente de la suspensión trasera del coche de Rubens Barrichello dio de lleno en el casco del piloto de Ferrari cuando este circulaba a 230 km/h. Afortunadamente, la protección RF 1.7 aguantó el impacto y el brasileño pudo contarlo.