Lando Norris aburre en Mónaco y alegra el Mundial; el motor de Fernando Alonso le deja sin puntos y Carlos Sainz se lleva uno
El motor del asturiano fue agonizando hasta que dijo basta en la vuelta 38. Leclerc y Piastri completaron el podio.
Mónaco.- No funcionó el experimento en Mónaco con las paradas y las estrategias. No tenía mala pinta y los equipos lo acogieron con los brazos abiertos pero terminó siendo lo de siempre en las calles del Principado. Hubo creatividad y disparidad de jugarretas pero ganó el que hizo la pole, como siempre pasa en Mónaco. Lando Norris se metió en el bolsillo media victoria el sábado con su pole en clasificación y terminó ganando la carrera del domingo.
Acorta su distancia con su compañero de equipo Oscar Piastri, que sigue liderando el Mundial y fue tercero, y aleja a Max Verstappen de la lucha. El neerlandés, que lideró hasta la penúltima vuelta, tuvo que realizar esa segunda parada obligatoria nueva de este año y cedió el liderato a Norris para que cruzara la meta el primero. "Era mi sueño de niño", reconoció. Estallido de emoción en su garaje, con sus padres presentes, y decepción en el héroe local Charles Leclerc, que soñaba con revalidar triunfo en casa.
La desolación también invadió a Fernando Alonso, que ya no puede ir más rápido ni tener peor fortuna. Su motor le dejó tirado en la vuelta 38 cuando tenía un buen puñado de puntos en el bolsillo. Sigue a cero porque le pasa de todo aunque su Aston Martin haya mejorado. Sí rascó un punto Carlos Sainz, tras jugar con las estrategias de Williams con su compañero Alex Albon. El madrileño fue décimo y el tailandés noveno después de desesperar a los Mercedes.
La salida dejó varios sobresaltos. El primero, el de Bortoleto lanzándole un exterior a Antonelli de época, aunque terminó contra el muro y provocó un coche de seguridad virtual. Ninguno de los once primeros entró en boxes y solo se agitó el árbol en la parte trasera. Norris casi perdió el liderato en esa salida, cuando bloqueó en la curva uno y casi termina contra el muro. Salvó los muebles y tal vez ahí estuvo la victoria. Unas vueltas más tarde, Gasly intentó meterse por donde no cabía y destrozó su Alpine en la chicane después del túnel. El francés tuvo que abandonar la prueba tras embestir a Tsunoda.
ALONSO
🤔 Hay runrún...
Dice que no es mala suerte. El problema de motor de Alonso le privó de sus primeros puntos del año cuando rodaba a buen ritmo. El asturiano llegó con ganas de comerse el mundo y se fijó en todo. Sabía que el coche verde estaba a punto y que podía pescar. "¿El coche de delante ha respetado todas las banderas amarillas?", sugirió al equipo para buscar una sanción al piloto de delante, Hadjar. El francés paró un par de vueltas antes que el asturiano, montó goma blanda mientras el asturiano puso dura. Hamilton les robó la cartera y pasó a ambos coches tras hacer su parada más tarde.
La genialidad de Lawson deteniendo a los Williams y abriendo hueco a Hadjar colocó al francés en un lugar privilegiado mientras Alonso protestó sobre la estrategia: "Necesito que me expliquéis que hacéis en las estrategias, necesito que me lo expliquéis". Se desesperó y el motor lo terminó de rematar. Se fue quejando de problemas de potencia mientras iba cayendo segundo a segundo respecto a Hamilton. Llegó a estar a 27 segundo con Ocon respirándole en el cogote hasta que dejó ese demoledor "el motor se está muriendo". El fallo de potencia le obligó a abandonar antes de hora: "Humo, retirad el coche".
WILLIAMS
🚨 Poco se habla de...
Lo que parecía una masterclass estratégica del equipo Williams en pista terminó siendo un pequeño y humilde botín para Sainz y los británicos. Partían décimo y undécimo y terminaron noveno y décimo gracias al abandono de Alonso, prueba de que el experimento con las paradas para convertir la carrera de Mónaco en entretenida no terminó de funcionar. Albon dejó pasar a Sainz en la vuelta 45 para ralentizar a los Mercedes, equipo del que son cliente, por cierto. La cara de Toto Wolff en el muro lo dijo todo, viendo cómo los Williams estaban delante de sus coches mientras los frenaban.
El desastre de Mercedes, sin puntos, contrastó con la alegría de Williams. En el poco espacio que te da Mónaco, Albon cedió la posición a Sainz y se puso a ejercer un tapón a los coches plateados. El español se escapó y creó una distancia de siete segundos en muy poco tiempo mientras Russell y Antonelli no podían con el tailandés. Hasta le pasaron saltándose el reglamento y acumulando sanciones, fruto de la desesperación.
Junto a Williams, el otro equipo que dominó las estrategias en parrilla fue Racing Bulls. De hecho, fueron los primeros en sacarse de la chistera lo de frenar a los rivales de atrás y lograron desesperar a media parrilla. Los que mejor supieron gestionar la nueva norma de las paradas de Mónaco. Lawson los mató, reteniendo a ambos Williams y robándoles tiempo. Abrió un hueco para que su compañero Hadjar pudiera parar y caer delante de ellos. Dio igual que Sainz y Albon fueran más rápidos, en estas calles no puedes pasar y lo leyeron mejor que nadie.