Charles Leclerc, la última 'víctima' de la guerra de la Fórmula 1 contra "los raperos" del paddock
El monegasco ha sido multado con 10.000 dólares por sus palabras en rueda de prensa en México.
Los comisarios de Fórmula Uno han anunciado la sanción a Charles Leclerc, de Ferrari, al que han multado con 10.000 euros (10.834,00 dólares), con la mitad de la suma suspendida, por pronunciar palabras malsonantes en una conferencia de prensa posterior a la carrera en el Gran Premio de la Ciudad de México el domingo pasado.
El castigo se produce después de que en septiembre se ordenara al triple campeón mundial de Red Bull, Max Verstappen, realizar "trabajos comunitarios" por decir tacos durante una conferencia de prensa del Gran Premio de Singapur. Los comisarios dijeron en un comunicado en el Gran Premio de Sao Paulo que la infracción del monegasco no fue tan grave como la de Verstappen.
Verstappen había aludido, un tanto dolorosamente, al lenguaje de Leclerc cuando apareció en una conferencia de prensa del Premio de la FIA el jueves. "Parece que sólo cuenta para mí, porque después de la carrera en México algún piloto estaba diciendo este tipo de palabras", dijo el piloto holandés a los periodistas, sin dar nombres. Los comisarios de la carrera brasileña convocaron a Leclerc el viernes, basándose en un informe del delegado de prensa de la FIA y después de revisar una transcripción escrita.
Dijeron que el piloto de Ferrari había respondido "una pregunta un tanto capciosa" sobre lo que se dijo a sí mismo cuando perdió momentáneamente el control hacia el final de la carrera y fue adelantado por Lando Norris de McLaren. "En respuesta, Leclerc utilizó un lenguaje grosero que es el recuerdo exacto de lo que pensó en ese momento. Leclerc inmediatamente se dio cuenta de su error y se disculpó", dijeron los comisarios en un comunicado.
"Los comisarios notaron que el lenguaje no estaba dirigido a nadie ni a ningún grupo y que Leclerc se disculpó inmediatamente". Dijeron que Leclerc había expresado en la audiencia su pesar por "una falta momentánea de juicio" y entendía su responsabilidad como modelo a seguir.
"Los comisarios no consideran que esta infracción haya alcanzado el mismo nivel que el caso más reciente y, por lo tanto, optaron por imponer una multa de 10.000 euros con 5.000 suspendidos siempre que no se repita en un plazo de 12 meses". El castigo a Verstappen, en el que utilizó una blasfemia para describir el estado de su coche, se produjo después de que el presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, instara a los conductores a cuidar su lenguaje, comparándolos con raperos.