F1 1 I GP ITALIA

Flavio Briatore cabizbajo y el patriotismo francés explican por qué Alpine está 'de luto'

Los empleados de la escudería han convocado una huelga en la fábrica por dejar de usar motores franceses. Se sienten "traicionados" y han viajado a Monza a meter presión.

El equipo Alpine, en el garaje de Pierre Gasly./AFP
El equipo Alpine, en el garaje de Pierre Gasly. AFP
Daniel Knecht Escobar
Jorge Peiró

Daniel Knecht Escobar y Jorge Peiró

Monza.- Flavio Briatore caminando cabizbajo es la viva imagen de Alpine. El magnate italiano, asesor de la escudería, suele detenerse en el paddock a firmar autógrafos y hacerse fotos cada vez que le paran. Suele ser de los más aclamados, por cierto. Simplemente, Flavio no está de humor porque su equipo las está pasando canutas y no tiene muchas ganas de selfies.

 Alpine sigue perdiendo lo poco que queda de tradicional en su equipo. De la mano de Renault, grandes nombres como Fernando Alonso se han llegado a coronar como campeones mundiales de la Fórmula 1. Con el paso de los años, este arraigo a la marca ha ido decayendo hasta adquirir el nombre de marcas externas (la propia Alpine), y la gota que está a punto de colmar el vaso es la pérdida de sus propios motores.

Hasta ahora en Enstone se ha fabricado la unidad motora propia que se ha instalado en los monoplazas pero los recortes presupuestarios y la valoración de otras opciones (Mercedes tiene todas las papeletas) para que impulsen sus coches a partir de 2025, está haciendo que la desvinculación del motor Renault sea una posibilidad real.

Y a los empleados no les gusta, así de claro. Lo ven como una "traición", explicaron en un comunicado. Cientos de ellos pueden perder su trabajo si dejan de fabricar sus motores para pasar a depender de otros. Ser equipo cliente les mataría y les dejaría en la calle. También juega un papel importante el patriotismo francés: que no haya ningún motorista galo en la parrilla disgusta. Quieren aferrarse como sea y no dejar de producir sus unidades de potencia.

Están mostrando ese descontento en la sede del equipo, donde varios empleados se han plantado con una huelga, y también en el escenario que les puede dar una mayor visibilidad. Con el escaparate de la Fórmula 1 como excusa, Monza se podría convertir en una especie de funeral, ya que varios miembros (aquellos que apoyen la causa y lo deseen) portarán un brazalete negro en sus brazos en señal de protesta.

Es una medida solidaria que se suele ver habitualmente cuando una importante personalidad fallece aunque esta vez, nada (salvo el romanticismo residente en la elaboración de un motor propio como el Renault) ni nadie ha muerto. Mientras, los pilotos prefieren no mojarse y centrarse en la acción en pista. Ni Ocon ni Gasly, preguntados, contestaron. Evadieron la polémica.

En las gradas, se espera que cien miembros del equipo viajen desde la fábrica y lleven brazaletes negros en señal de protesta aunque, mientras, en el paddock, los empleados de la escudería no portan este distintivo. "Salvemos 50 años de F1 francesa", reza su pancarta. Los empleados ya lanzaron un comunicado recordando que su mensaje es "no agresivo y claro, en defensa de la conservación de un motor francés en la F1". Se espera una decisión sobre el motor en las próximas semanas.