MOUNTAIN BIKE

Los secretos de Luis Enrique para finalizar su tercera Cape Epic: "Ha sido una barbaridad"

Chema Arguedas, entrenador personal del asturiano, atiende a Relevo para detallar cómo ha sido la preparación del exseleccionador en su último gran reto.

Luis Enrique, durante una de las etapas de la Cape Epic 2023. /@luisenrique_2121
Luis Enrique, durante una de las etapas de la Cape Epic 2023. @luisenrique_2121
Daniel Arribas

Daniel Arribas

Llueve, hace frío y el viento aleja lo que se ve a un paso. Los tres males del ciclista. Más aún, claro, si la vía no es de asfalto, señalizada, segura, sino un derrotero de piedras, barro y tanto desnivel como para mermar el ánimo de los más de mil participantes que desde la semana pasada disputan en Sudáfrica la Cape Epic, la prueba ciclista más exigente y técnica del planeta. Allí, bajo una tormenta que azota con fuerza las laderas de Ciudad del Cabo, Luis Enrique Martínez, extécnico del Barcelona y de la Selección española para el mundo, Luis a secas, uno más para los allí presentes, ha concluido este domingo su tercera participación, homenaje de excepción a Juan Carlos Unzué, su amigo, su confidente, su otra mitad en el banquillo.

"Esto ya no me lo quita nadie", ha celebrado el asturiano en sus redes sociales tras la octava etapa, agonía definitiva. No le faltaban motivos. Tras más de 50 horas sobre la bicicleta —una media de seis y media por día—, él y Tomás Latorre, eterna pareja de baile en el Team Unzué, han finalizado entre los 40 primeros de la categoría Masters, por delante de otras tantas parejas mayores de 50 años.

"Luis es un atleta", asegura Chema Arguedas, preparador físico y entrenador personal del exseleccionador desde 2019. "Es un tipo muy ocupado, pero se implica y no falla. La verdad es que es una ventaja contar con alguien que se cuida como él. Tiene las condiciones, aptitudes y motivación para asumir este tipo de retos con garantías".

Desde Zaragoza, donde ha diseñado la preparación del gijonés, residente en Barcelona, Arguedas asegura que no fue fácil encajar el acondicionamiento en los plazos disponibles: "Luis tuvo poco tiempo para preparar la prueba, porque dejó la Selección y le quedaban prácticamente tres meses para la Cape, de los cuales había que quitar mucha carga de trabajo en las últimas dos semanas, porque hay que llegar muy descansado a una prueba como esta".

Arguedas sabe lo que dice. El granadino David Valero, subcampeón del mundo de mountain bike, medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio, se vio obligado a abandonar en la sexta etapa por unos problemas gástricos que, unidos a la dureza del recorrido, fulminaron sus opciones de llegar a meta a dos días del final.

"La edición de este año ha sido una barbaridad", sentencia el aragonés al otro lado del teléfono. "Les ha llovido mucho, han estado corriendo con unas condiciones climatológicas muy adversas. Son muchos días seguidos, un desnivel increíble y si el tiempo no acompaña y la salud no te respeta, estás acabado".

El mismísimo Miguel Indurain, ganador de cinco Tours de Francia, dos Giros de Italia y camino a su primera Titan Desert con 58 años, aplaude el ánimo inquebrantable del entrenador asturiano en conversación con Relevo. "El tío se anima a todo. Yo estuve mirando la Cape Epic para hacerla hace un tiempo, pero es una prueba con muchas bajadas y pendientes y no quiero despeñarme", bromea.

Los tres bloques de la preparación de Luis Enrique

No es, en cualquier caso, el primer gran reto de Luis Enrique. El técnico, todavía sin equipo tras dejar la Selección después del Mundial de Catar, tiene en su haber una Maratón de Sables —250 kilómetros a pie repartidos en siete jornadas consecutivas— y una Quebrantahuesos —200 kilómetros en bicicleta con más de 3.500 metros de desnivel—, pruebas de ultrafondo para las que se necesitan meses de preparación.

Arguedas, que ya ayudó a Luis Enrique tras la Cape Epic de 2018, entendió la disponibilidad del asturiano y se puso a pensar. Tenían cien días, no había tiempo que perder. "Todo los entrenamientos los hemos preparado a distancia, que es una ventaja que te dan las tecnologías", asegura desde Zaragoza. "Al final, desde aquí, en mi ordenador, puedo analizar la potencia, la frecuencia cardiaca y todos los valores que me interesan de sus entrenamientos. Él lleva el ciclocomputador con una plataforma que recoge los datos y los vuelca. Luego, con la licencia de entrenador, puedo acceder, analizar la evolución y ver si hay que tocar alguna tecla".

Así, la preparación física se dividió en tres grandes bloques. El primero, dedicado a que Luis Enrique cogiera la forma que, si bien nunca ha perdido, no podía mantener mientras dirigía a la Selección española rumbo al Mundial de Catar. "Fue un mes aproximadamente, de diciembre a enero, en el que tuvo mucho rodaje", explica Arguedas. "El objetivo era que se fuera haciendo a lo que venía".

Más adelante, el segundo bloque, el verdadero epicentro de la preparación, consistió en cinco semanas y media de pura dureza. "Ahí tratamos de hacer varios días consecutivos, con más horas, más volumen en total y más desnivel acumulado. El objetivo era hacer semanas muy cargadas de entrenamientos, con cuatro o cinco días de muchas horas, similares a la exigencia que supone una prueba como la Cape Epic". En ese tramo, el entrenamiento real es el de la fatiga, según Arguedas: "Tienes que acostumbrar al organismo a superar cada etapa y poder recuperar rápido para el día siguiente, en el que vas a tener otras seis o siete horas sobre la bicicleta. Es lo que llamamos un trabajo de hipercompensación".

El tercer y último bloque, tal vez el más sencillo, es el del reposo activo, correspondiente a las dos últimas semanas antes de la prueba. "Ahí detuvimos el volumen de trabajo en un 50 o 60% de lo que estábamos haciendo para acumular entrenamientos de poco volumen, con mucho descanso. Así, el organismo puede asimilar todo el trabajo hecho anteriormente y llega descansado y con el nivel de forma perfecto a la semana decisiva".

Luis Enrique y Juan Carlos Unzué, preparando la Cape Epic de 2013.  @luisenrique_2121
Luis Enrique y Juan Carlos Unzué, preparando la Cape Epic de 2013. @luisenrique_2121

Trato personal y sin fútbol de por medio

Con todo, cuando Luis Enrique y los otros cinco integrantes del Team Unzué regresen a España, celebración mediante, faltaría más, la intención del técnico es seguir trabajando con Arguedas y mantener el pico de forma alcanzado durante los últimos cien días. "Él me ha comentado que quiere seguir ahí, sobre todo para poder disfrutar de la bicicleta", apunta el zaragozano, extremadamente cauto al hablar del futuro del asturiano. "Si tendrá trabajo o no, ahí no entro. No le he preguntado ni le voy a preguntar. Es su vida y a mí no me incumbe".

No sería de extrañar, aun así, que se repitiera la escena que ambos vivieron en noviembre de 2019, cuando Luis Enrique puso el freno a la relación. "Me dijo, míster, se me acabó el tiempo", recuerda Arguedas. "Es lógico. No tenía la disponibilidad después de volver al banquillo de la Selección española y yo lo entendí perfectamente".

En cualquier caso, su relación es inherente a sus respectivas ocupaciones. "Hablo con él muy a menudo", dice el preparador. "Ahora, durante la Cape Epic, ha sido un intercambio diario. Él me preguntaba lo mismo que el resto. Al final, tienen las mismas inquietudes, me comentaba sus sensaciones, si debería hacer esto o aquello…".

Un síntoma más de que, lejos de los banquillos, más aún, lejos de las salas de prensa, donde siempre se ha mostrado incómodo, el exseleccionador nacional, siempre sincero, tenso, con el titular en la lengua, no deja de ser Luis cuando se sube a una bicicleta. "Es uno más", dice su entrenador personal. "Simplemente, él se llama Luis Enrique".