CICLISMO

La profesionalización del ciclismo femenino español, "un paso adelante que puede ser un paso atrás"

La nueva normativa promulgada por la federación española impulsa la profesionalización de las ciclistas al tiempo que pone en riesgo la supervivencia de los equipos.

Ciclistas del equipo Sopela Women's Team, uno de los ocho Continentales UCI femeninos españoles. /GETTY IMAGES
Ciclistas del equipo Sopela Women's Team, uno de los ocho Continentales UCI femeninos españoles. GETTY IMAGES
Fran Reyes

Fran Reyes

El ciclismo femenino español lleva un mes y medio sumido en una contrarreloj. La publicación de la nueva normativa para los equipos de categoría UCI Continental, con derecho a participar en las mejores carreras del mundo pero sin obligación hasta ahora de retribuir a sus componentes, ha puesto en un brete a dichos equipos, que en algunos casos ven amenazada su supervivencia, y a las propias ciclistas, cuyo puesto en el pelotón está en juego. ¿Cómo y por qué este cambio? ¿Qué consecuencias puede tener? ¿Qué desafíos afronta el pelotón femenino español a corto plazo? Desde Relevo hemos escuchado a todas las partes. Os contamos sus puntos de vista.

“Un ciclismo profesional que no era profesional”

Actualmente existen nueve equipos femeninos españoles registrados en la Unión Ciclista Internacional. Uno, Movistar Team, figura en la categoría Women's World Tour (WWT): el primer nivel, reglado y regido directamente por la UCI. Los otros ocho están en la división Continental, el actual segundo escalón para el cual la UCI marca unos mínimos, correspondiendo a las federaciones nacionales fijar unos requisitos superiores que se adapten a la realidad de cada país. En 2025, la UCI prevé crear una categoría intermedia, equivalente a la ProTeam masculina en la cual figuran Alpecin-Deceuninck, Caja Rural o Kern Pharma, con exigencias inferiores al WWT y mayores que la Continental.

En el caso de España, la normativa de los equipos Continentales, tanto masculinos como femeninos, viene propuesta por el Consejo Ciclista Profesional (CCP) y ratificada posteriormente por el Comité Directivo de la Real Federación Española de Ciclismo (RFEC) antes de ser promulgada. En el CCP se sientan las asociaciones de equipos, ciclistas y organizadores, amén de la propia federación. Dichas asociaciones se arrogan la representatividad de los colectivos femenino y masculino, si bien el peso específico de los femeninos es menor en relación a los masculinos. En el caso de los equipos, desde la RFEC se ha instado sin éxito a las escuadras femeninas a asociarse para tener una mayor presencia en las discusiones.

Isa Martín, del Continental UCI Río Miera - Cantabria Deporte, rueda en una escapada junto a Sheyla Gutiérrez, de Movistar Team, que compitió como juvenil en las filas del conjunto del CC Meruelo.  GETTY IMAGES
Isa Martín, del Continental UCI Río Miera - Cantabria Deporte, rueda en una escapada junto a Sheyla Gutiérrez, de Movistar Team, que compitió como juvenil en las filas del conjunto del CC Meruelo. GETTY IMAGES

Fue en el CCP que la Asociación de Ciclistas Profesionales propuso alzar el listón para los equipos Continentales femeninos de cara a la temporada 2023. "Teníamos un ciclismo femenino profesional que no era profesional", explica su delegado en España, José Luis de Santos. "Hasta ahora sólo había unas normas básicas y propusimos unos nuevos requisitos con objeto de dignificar el ciclismo femenino". Entre dichos requisitos, el más controvertido era el "salario mínimo interprofesional" para las corredoras, admitiéndose "contratos a tiempo parcial según el convenio vigente en cada comunidad autónoma", siempre con "alta en Seguridad Social".

Una modificación de gran calado que gozó del beneplácito de la RFEC. "Ahora mismo tenemos ocho equipos Continentales UCI porque no hay apenas diferencia económica entre ser Continental y ser amateur", explica su presidente José Luis López Cerrón. "Era necesario poner un límite porque esto generaba dos problemas. Por un lado, las carreras WWT no podían invitar a todos los equipos UCI españoles. Por otro, no hay suficientes corredoras de nivel para todos los equipos UCI que hay en España". Y abunda: "Pretendemos que las estructuras de los equipos femeninos ganen en solidez a nivel de recursos, infraestructura, cuerpo técnico y ciclistas. Estamos escuchando hablar de un deporte femenino profesional en fútbol, baloncesto, balonmano… y en el ciclismo queremos ir por el mismo camino".

El pelotón femenino español, en un momento decisivo.  GETTY IMAGES
El pelotón femenino español, en un momento decisivo. GETTY IMAGES

El cambio, aducen desde la RFEC, ayudará además a los equipos españoles a estar preparados para la nueva categoría ProTeam. Además, en la normativa se incluye una disposición beneficiosa para los equipos que sea Continentales la próxima campaña: los organizadores de carreras UCI (esto es: las profesionales por debajo de WWT) no podrán invitar a equipos Continentales extranjeros si todos los españoles de dicha categoría no están en la línea de salida. Este año, el equipo gallego Farto-BTC sólo fue invitado a 10 de los 24 días de competición UCI que se disputaron en España, casi siempre en detrimento de conjuntos extranjeros.

Un PDF a finales de agosto que puede “reventar una burbuja”

Los gestores de los equipos femeninos españoles, por lo general, ven con buenos ojos el contenido de la normativa. El problema son los tiempos: la redacción definitiva del nuevo reglamento fue remitida a los equipos el 30 de agosto, a sólo un mes de la expiración del plazo para solicitar licencia Continental para la próxima temporada y disponiendo apenas de dos para formalizar el registro. Una contrarreloj de 72 días para redefinir el funcionamiento de los equipos y, en algunos casos, encontrar los recursos económicos para mantenerlos en la carretera.

Anastasia Ledbedeva, ciclista del conjunto Eneicat, calienta antes de una carrera.  GETTY IMAGES
Anastasia Ledbedeva, ciclista del conjunto Eneicat, calienta antes de una carrera. GETTY IMAGES

Desde la RFEC se defiende que han estado "dos años" invitando a los equipos a sentarse a la mesa para discutir este nuevo reglamento. "Sólo cuando la normativa estuvo promulgada, los equipos enviaron una carta al CCP diciendo que la veían bien pero solicitando que se les dejase uno o dos años de moratoria porque ya tenían cerrados sus presupuestos para 2023". Varias fuentes de los equipos confirman que desde la federación se les instó en distintas ocasiones a formular propuestas. "Pero… ¿Qué propuestas podemos hacer con estos presupuestos?", se queja una.

"En nuestro caso particular, este nuevo reglamento exige una inyección de dinero de como mínimo 50.000€", cuantifica Eneritz Iturriaga, mánager del equipo leonés Eneicat. "No vamos a poder aumentar recursos, porque simplemente no da tiempo; sólo reubicarlos", explica Sergi Güell, presidente del Massi-Tactic catalán. "Invertiremos el presupuesto en salarios en lugar de en competición. Saldremos menos al extranjero, y eso afectará a la evolución de nuestras corredoras". El propio Güell apunta que "la mayoría" de los equipos nacionales viven de "subvenciones de dinero público", y pone sobre la mesa un término temido, "burbuja". 

Maaike Colje, danesa de Massi-Tactic, lidera una escapada.  GETTY IMAGES
Maaike Colje, danesa de Massi-Tactic, lidera una escapada. GETTY IMAGES

"En la realidad actual, la mayoría de equipos no estamos listos para este tipo de normativa", expresa Brais Dacal, mánager de Farto-BTC. "Los equipos deseamos pagar a las ciclistas y los técnicos el salario mínimo interprofesional, pero hoy por hoy la mayoría no vivimos de esto. Y tampoco las ciclistas están listas para este compromiso". Paco Pla, director deportivo del Sopela Women's Tema vizcaíno, expresa su preocupación por el agravio comparativo: "Éste es el único país del mundo con estos requisitos para equipos Continentales femeninos. Temo que vamos a retroceder 10 o 15 años, porque en el resto de países no se exigen unos requisitos tan altos y van a poder seguir saliendo equipos que saquen adelante hornadas de talento".

Una necesidad de “dignificar” y “subir el listón”

Si mayoritaria es la crítica a lo tirante de los plazos, mayoritaria es también el acuerdo en torno a la bondad de una normativa que viene a poner al ciclismo al par de otros deportes femeninos. "Estamos en el año 2022 y era necesario un paso", expresa Eneritz Iturriaga. "Éste es un cambio total que nos obliga a modificar nuestra visión y a buscar más recursos. Ayudará a limpiar y a profesionalizar el ciclismo femenino español. Hará notar que no se ha profesionalizado lo suficiente hasta ahora, pero será positivo. Si quieres seguir creciendo, es obligatorio dar un salto de calidad. Si no quieres crecer, puedes quedarte como equipo amateur o registrarte en otro país. Yo tengo claro que quiero dar el salto".

Plantilla del equipo Farto-BTC para la temporada 2022.  EQUIPO FARTO
Plantilla del equipo Farto-BTC para la temporada 2022. EQUIPO FARTO

Para Roberto San Emeterio, responsable del Río Miera-Cantabria Deporte, el punto débil radica en el énfasis sobre la parte económica respecto a la deportiva. "Debería solicitarse un mínimo de nivel a los equipos y su estructura antes de dar el salto al nivel UCI", opina. "Debemos ser conscientes de que hay muchos equipos españoles en la categoría UCI, demasiados, y hay que subir el listón", añade por su parte Sergi Güell. "Pero también debemos proteger a los equipos, porque son los que generan un nivel de corredoras. Si los equipos desaparecen, ¿cómo se van a formar ciclistas?" Una reflexión en la que coinciden casi todos los gestores de equipos consultados por Relevo. "Esta normativa supone una presión que no necesariamente es negativa", resume Brais Dacal. "Te recuerda que estás luchando por algo: no sólo por dar oportunidades a las ciclistas, también para dignificarlas".

Un problema de nivel deportivo

En la Ceratizit Challenge, versión femenina de la Vuelta a España masculina disputada durante la semana final de la misma, participaron cinco de los ocho Continentales UCI españoles. Uno de ellos, el Soltec murciano, lo hizo con seis ciclistas reclutadas para la ocasión, cinco de ellas extranjeras. "Viendo que no habíamos obtenido resultados [en las carreras anteriores], no me podía jugar La Challenge con las cartas que tenía", explicaba su mánager, Marcelino Oliver, quien cuestionado por la profesionalización exigida por la normativa de la próxima campaña, respondía: "No podemos pagar 1000€ a una ciclista que no es capaz de terminar carreras".

La campeona olímpica Anna Kiesenhofer corrió la Ceratizit Challenge con el conjunto murciano Soltec.  GETTY IMAGES
La campeona olímpica Anna Kiesenhofer corrió la Ceratizit Challenge con el conjunto murciano Soltec. GETTY IMAGES

Los sabios del ciclismo apuntan que el ciclismo es una mesa de cuatro patas que deben crecer a la par. A saber: carreras, equipos, ciclistas e interés mediático. Más allá del ejemplo extremo de Soltec, el comentario general en la escena femenina es que, hoy por hoy, la mesa cojea significativamente por el lado de las ciclistas. "En España han crecido más los equipos que corredoras", opina Lucía González, corredora del conjunto Bizkaia-Durango con trece temporadas de experiencia en el pelotón femenino nacional. "De hecho, hay muchos equipos cuya plantilla cuenta con mayoría de extranjeras porque simplemente no hay suficientes españolas de nivel y, de las que hay, varias compiten en el extranjero".

El 40% de las ciclistas que han estado registradas en equipos Continentales UCI españoles esta temporada son foráneas. Sólo tres de los ocho conjuntos nacionales de esta categoría (Laboral Kutxa, Río Miera-Cantabria Deporte y Sopela Women's Team) tienen más de dos tercios de ciclistas españolas en su efectivo. "En España, las ciclistas están muy acomodadas", apunta Eneritz Iturriaga. "Como hay nueve equipos UCI, saben que van a tener equipo sí o sí. Ahora será diferente porque ya habrá seguridad social y salarios, y habrá una mayor exigencia hacia ellas".

La alemana Nadine Gill fue la jefa de filas del Sopela Women's Team en 2022 y disfrutará la próxima temporada de un contrato en el WWT.  GETTY IMAGES
La alemana Nadine Gill fue la jefa de filas del Sopela Women's Team en 2022 y disfrutará la próxima temporada de un contrato en el WWT. GETTY IMAGES

La esperanza es que la profesionalización incremente el nivel medio de las corredoras. "Actualmente, muchas de las corredoras de equipos españoles son profesionales en la licencia pero no en las condiciones económicas", explica Gema Pascual, presidenta de la Comisión de Féminas de la RFEC y seleccionadora nacional. "Una vez las ciclistas sean retribuidas, la exigencia hacia ellas será mayor; pero también podrán invertir parte de su remuneración en su progresión". La gerundense Mireia Benito, ciclista de Massi-Tactic, apunta: "Esta normativa probablemente reduzca el número de equipos Continentales UCI españoles. Habrá menos oportunidades para las ciclistas, pero las que existan serán mejores. Vamos a sacrificar cantidad en pos de la calidad".

"Hay que subir al nivel, y para ello es necesario que las ciclistas puedan dedicarse al 100% a entrenar y a todo lo que conlleva una preparación", aporta Dori Ruano, ex ciclista profesional, asesora de la Vuelta a España y comentarista técnica en Eurosport y RTVE. "Yo puedo entrenar igual que Mavi [García] pero, si al terminar me voy a reponer al Carrefour o a impartir clase, la recuperación no va a ser la misma. Aunque entrenes lo mismo sobre la bici, el rendimiento nunca será igual porque el entrenamiento invisible va a estar muy lejos de ser idéntico. Eso se refleja en las carreras. Hay una diferencia abismal de nivel entre las ciclistas profesionales y las que no lo son".

Un cambio a mejor

Hace 34 años que Dori Ruano decidió consagrarse al ciclismo. "Yo decidí ser ciclista con 19 años", narra. "Cuando se lo dije a mi madre, ella me preguntó de qué iba a vivir. En aquella época, principios de los 90, pude conseguir una beca de 300.000 pesetas anuales que ofrecía la RFEC para dedicarme al ciclismo sin trabajar ni estudiar. No me daba para vivir, pero sí para invertir en material, comprarme unas zapatillas nuevas para la bici… Me ayudó a hacerme profesional y a no quedarme con la duda de hasta dónde hubiera podido llegar".

Mireia Benito, ciclista de Massi-Tactic, ha sido una de las revelaciones de la temporada 2022.  GETTY IMAGES
Mireia Benito, ciclista de Massi-Tactic, ha sido una de las revelaciones de la temporada 2022. GETTY IMAGES

"Mi vida deportiva hubiera sido muy diferente de haber dispuesto de un salario y una seguridad social desde el primer momento en que tuve licencia UCI", cuenta Mireia Benito, que ha competido cuatro temporadas con Massi-Tactic. "La vida que llevé durante los dos o tres primeros años, con estudios a tiempo completo, trabajo y ciclismo, fue una locura y una fuente constante de estrés. El día a día me comía. Sólo he hecho una apuesta real por la bicicleta este 2022, contando con el apoyo de mis padres y realizando trabajitos sueltos como impartir clases particulares para ganar algo de dinero. Ha sido el año en que más he mejorado con muchísima diferencia". La gerundense correrá la próxima temporada con el AG Insurance - NXTG Team belga, vinculado al Quick-Step Alpha Vinyl masculino.

"Esta normativa es un paso adelante muy necesario que, en mi opinión, está mal planteado", concluye Lucía González. "Debería haberse provisto de un mayor margen de reacción a los equipos ante un cambio tan grande que exige un incremento tan importante de los presupuestos. Hacerlo con mayor margen hubiera ayudado a que sobrevivieran más equipos y a que hubiera podido ser aprovechado por más corredoras. Si esta normativa hace desaparecer equipos, siendo un paso adelante constituirá un paso atrás".

Lucía González, del equipo Bizkaia-Durango, es uno de los emblemas del pelotón femenino español.  GETTY IMAGES
Lucía González, del equipo Bizkaia-Durango, es uno de los emblemas del pelotón femenino español. GETTY IMAGES

Una ciclista anónima comparte con nosotros su situación particular. "Yo tenía un acuerdo para renovar con mi equipo. De repente, con esta normativa, no sé si la próxima temporada seré amateur o UCI, si cobraré un salario o si mi equipo directamente desaparecerá cuando todas las plantillas están cerradas". En esta tesitura de incertidumbre vive casi todo el pelotón femenino español hoy por hoy.