CICLISMO

Nibali saca a relucir el caso de Ezequiel Mosquera en el resumen de su carrera: "Nunca me pregunté cuánto perdí por el dopaje, probablemente mucho"

'El Tiburón' asegura que fue muy investigado pero que aunque analicen sus muestras dentro de 100 años, no encontrarán nada.

Nibali, en Madrid en 2010, tras ganar la Vuelta flanqueado por Mosquera, a su derecha, y el eslovaco Velits, a su izquierda. /EFE
Nibali, en Madrid en 2010, tras ganar la Vuelta flanqueado por Mosquera, a su derecha, y el eslovaco Velits, a su izquierda. EFE
Equipo Relevo

Equipo Relevo

Vincenzo Nibali es uno de los pocos ciclistas que puede presumir de haber ganado las tres grandes vueltas —Giro de Italia, Tour de Francia y Vuelta a España—, además de haber conquistado dos grandes clásicas del ciclismo, la Milan San Remo (2018) y Giro de Lombardia (2015 y 2017) y decenas de carreras de prestigio. Un campeón completo, respetado incluso fuera del pelotón, que en una entrevista reciente con el Corriere della Sera ha reflexionado sobre su carrera y, sobre todo, ha explicado con crudeza el peso del dopaje en su generación y sobre cómo ese fenómeno pudo condicionar parte de su carrera.

Sin rodeos, Nibali admite que nunca se detuvo a calcular cuánto pudo perder por culpa de los tramposos: "Probablemente mucho". Menciona, por ejemplo, su segundo puesto en la Lieja-Bastoña-Lieja de 2012, donde ganó Maxim Iglinskiy, más tarde sancionado por dopaje. También recuerda su duelo en la Vuelta a España de 2010 contra Ezequiel Mosquera, el ciclista gallego que cruzó segundo la meta final, por delante del italiano, y que luego fue suspendido por dar positivo por hidroxietil almidón, una sustancia usada para enmascarar otros productos dopantes. Aunque el Tribunal de Arbitraje Deportivo acabó anulando oficialmente los resultados de Mosquera casi una década después, el daño ya estaba hecho.

El siciliano explica que en aquellos años "se iba a las carreras como quien va a la guerra" y que el dopaje era, más que una excepción, una práctica culturalmente aceptada entre muchos corredores. Sin embargo, insiste: "Si no querías doparte, no lo hacías". Él eligió no hacerlo, sostenido por una ética firme y por la educación recibida en casa. "Nunca en mi vida me dopé, y nunca pensé en hacerlo", asegura con rotundidad. Y añade: "Pueden analizar mis muestras dentro de cien años. No encontrarán nada".

"Pueden analizar mis muestras dentro de cien años. No encontrarán nada"

Vincenzo Nibali Exciclista

A pesar de su limpieza, no se libró del estigma. Nibali, que se retiró en 2022, habla de seguimientos, registros en su coche, inspecciones telefónicas y hasta sospechas de que alguien pudo entrar en su casa para buscar pruebas inexistentes. "Me siguieron, me abrieron el coche y revisaron el teléfono, y estoy seguro de que también entraron en mi casa para buscar pruebas que no existían". Cree que su nacionalidad, el hecho de ganar en una época plagada de sombras y su pertenencia al equipo Astana, dirigido por el controvertido Alexandre Vinokourov, alimentaron una desconfianza injusta hacia él. "Yo ganaba, era italiano y el jefe de mi equipo, Vinokourov, tenía un pasado ambiguo como otros directores", explica en la citada entrevista.

En la misma entrevista, el 'Tiburón' revela también por qué sus celebraciones en el podio siempre fueron sobrias: porque la victoria no le desataba alegría sino tensión. El ciclismo, cuenta, le devoró por completo durante años. "Solo cuando dejé de correr comencé a vivir de verdad", confiesa. Una frase que, viniendo de uno de los ciclistas más laureados del siglo XXI, revela cuánto pesaba la carga de mantenerse limpio en un mundo donde muchos no lo estaban.