CICLISMO

Moratoria a la profesionalización del ciclismo femenino español

Una reunión de última hora pospone hasta 2024 la introducción del alta laboral para las corredoras.

Ciclistas del Bizkaia-Durango pedalean hacia un control de firma de la última Vuelta a Burgos. /GETTY IMAGES
Ciclistas del Bizkaia-Durango pedalean hacia un control de firma de la última Vuelta a Burgos. GETTY IMAGES
Fran Reyes

Fran Reyes

El Consejo Ciclista Profesional, órgano responsable de establecer los aspectos particulares del ciclismo profesional de carretera español, promulgó ayer una nueva normativa para los equipos ciclistas femeninos españoles de categoría Continental de cara a la próxima temporada. En ella se aplazan hasta 2024 las novedades introducidas en una versión anterior de la normativa publicada a finales de agosto de este año. Entre ellas, la que había levantado más ampollas en la escena femenina nacional: el alta laboral obligatoria para las ciclistas de dichos equipos, ya fuera con contrato a tiempo parcial o completo. 

El ciclismo femenino está estructurado a nivel mundial en dos categorías: la Women's WorldTour, primerísima división que actualmente cuenta con 14 equipos, y la Continental, donde se registran el resto de escuadras de acuerdo con normativas fijadas por las federaciones nacionales. En la temporada 2022 han existido en España un equipo WWT, Movistar, y ocho Continentales: Bizkaia-Durango, Eneicat, Farto-BTC, Laboral Kutxa-Fundación Euskadi, Massi-Tactic Río Miera-Cantabria Deporte, Soltec y Sopela Women's Team.

Cuando la Real Federación Española de Ciclismo (RFEC) ratificó los requisitos propuestos por el Consejo Ciclista Profesional (CCP) para los equipos Continentales femeninos en 2023, el aspecto económico atrajo todas las miradas y preocupaciones: en el afán de profesionalizar la escena, la normativa había alzado el listón de manera inasumible para la mayoría de equipos.  La contratación y el alta en la Seguridad Social obligatorios suponía una exigencia añadida de entre 50.000 y 200.000 euros.

Isa Martín, del Continental UCI Río Miera - Cantabria Deporte, rueda en una escapada junto a Sheyla Gutiérrez, de Movistar Team, que compitió como juvenil en las filas del conjunto del CC Meruelo.  GETTY IMAGES
Isa Martín, del Continental UCI Río Miera - Cantabria Deporte, rueda en una escapada junto a Sheyla Gutiérrez, de Movistar Team, que compitió como juvenil en las filas del conjunto del CC Meruelo. GETTY IMAGES

Sólo Laboral Kutxa-Fundación Euskadi y el potente nuevo equipo catalán liderado por Manel Lacambra, cuyos planes ya pasaban por una profesionalización plena, parecían en disposición de dar ese salto con comodidad. El resto de estructuras trabajaban con denuedo e incertidumbre, tratando de hallar recursos a contrarreloj. La forma de contratación de las ciclistas era también un quebradero de cabeza: aplicar el tiempo parcial a este deporte planteaba muchas incógnitas que podían acabar en un juzgado.

Así, durante el mes de octubre los equipos transmitieron su preocupación a la RFEC y el CCP, proponiendo una reunión que finalmente se celebró el pasado lunes en Burgos. "Escuchamos los puntos de vista de los equipos femeninos y les solicitamos que nos remitieran una carta con un planteamiento [de las condiciones de cara a la temporada 2023 y siguientes] para estudiarlo", explica José Luis López Cerrón, presidente de la RFEC. "Los equipos nos expusieron que aceptaban todas las condiciones ya en 2023, excepto lo relativo a los contratos laborales. Ayer sábado, en una nueva reunión, los ocho miembros del CCP decidimos aprobar y poner en vigor el planteamiento de los equipos".

Dicho planteamiento pasa en la práctica por una moratoria de la profesionalización hasta 2024, contemplando la contratación a tiempo completo con alta en la Seguridad social como única situación laboral permisible para las corredoras. Se posponen asimismo las obligaciones para los organizadores también incluidas en la normativa original, que establecía que todos los equipos Continentales españoles debían ser invitados a las carreras profesionales nacionales (excepto las WWT) antes de que pudieran entrar conjuntos extranjeros en la nómina. "Una vez se aplazan un año las obligaciones de los equipos, los organizadores también prefieren aplazar las suyas y ser libres de invitar a los equipos que quieran la próxima temporada", explica Cerrón.