Aquella Vuelta que Valverde perdió en Granada: "La tenía en sus piernas; nos faltó dejarnos la piel"

Aunque pasen los años, a Alexandre Vinokourov (1973, Beskol) no le pesan los kilos. El kazajo luce una forma física envidiable para su edad: de hecho, es vigente campeón del mundo de ciclismo en ruta en categoría Máster 50. Con el aire misterioso que le aportan sus gafas fotocromáticas y su gesto hierático, acepta charlar con Relevo a la segunda petición. Cuando descubre que es para hablar sobre La Vuelta de 2006, la que ganó, sonríe con la comisura izquierda de sus labios. Como un cazador a quien le recordaran una buena captura.

Fue una Vuelta extraña, enrarecida de partida por la explosión de la Operación Puerto en mayo de 2006 que borró del mapa a varios de los principales ciclistas del mundo: Jan Ullrich, Ivan Basso y compañía. También se cargó a una figura clave para entender la escena, Manolo Saiz, cuyo Liberty Seguros fue salvado de un cierre abrupto por la aparición del estado kazajo gracias a la mediación de la gran estrella de su plantilla, Alexandre Vinokourov. Fue así que nació Astana, que nada más constituirse vio denegada su participación en el Tour de Francia por su pecado original.

"Después de habernos perdido el Tour, me sentía muy motivado por conseguir la victoria en La Vuelta", recuerda Vinokourov. La campaña empezó mal, con el kazajo perdiendo dos minutos y medio en la primera semana respecto a un Alejandro Valverde imperial, seguro, sólido. Una desventaja que fue enjugando poquito a poco, segundo a segundo, con ayuda de un compatriota llamado Andrei Kashechkin que posteriormente cayó en desgracia y no es mencionado en ningún momento de la entrevista. Tras la 16ª etapa, con meta en Calar Alto, la distancia entre el 'Bala' y 'Vino' era todavía de 1'42". Y entonces, llegamos a Granada…

"Aquella Vuelta se decidió en Granada". Lo asevera Vinokourov. Fue en El Purche, ascensión definitoria aquel día que este domingo será la primera del recorrido de la 9ª etapa de La Vuelta 24. "La clave fue que nosotros éramos dos, mientras que Valverde estaba solo. Si hubiera tenido un sólo compañero con él, no habríamos conseguido desbancarle ese día. Sin embargo, al estar aislado le pudimos descolgar antes de la bajada y le metí dos minutos en meta para ponerme líder". Y se pone un asterisco. "Recuerdo que le regalé la victoria a un americano, Tom Danielson, que me echó una mano en el descenso hasta Granada; quise tener un gesto con él, a pesar de que hubiera bonificaciones en juego".

"Me voy a abrir en canal porque han pasado 18 años", advierte Pablo Lastras (1976, San Martín de Valdeiglesias), actual director de Movistar Team y compañero de Alejandro Valverde en Caisse d'Épargne. "Alejandro estaba mucho mejor que Vinokourov y Kashechkin; esa Vuelta estaba en sus piernas. Sin embargo, le faltó concentración en los momentos decisivos y, además, en ese día particular nos faltó a todos determinación para dejarnos la piel. Ese día sufrimos muchos problemas mecánicos en los momentos más tensos de la carrera, y no supimos dar la vuelta a aquellos nervios. Aunque desde fuera pueda parecer que esa Vuelta la perdió Alejandro, en realidad fue cosa de todos".

Vinokourov se marchó a apenas 500 metros de la cima del Purche, tras la cual se afronta un duro repecho de apenas medio kilómetro antes de un descenso ancho y pedaleable hasta Granada por la carretera general de Sierra Nevada que también pondrá colofón a la jornada de este domingo. Una de las imágenes más recordadas de aquel naufragio es el maillot oro de Valverde abierto, descapotado, ondeando en pleno descenso para frenarle aun más de lo que ya le frenaba la sensación de estar perdiendo La Vuelta. "Son detalles de concentración", lamenta Lastras. "También le faltó desarrollo".

Recordando aquel día, Alejandro Valverde (1980, Las Lumbreras) también señala la mecánica como un problema fundamental. "Llevaba bielas 'compact', con 52 de plato, mientras que Vino salió con el 54. Con viento a favor bajando Sierra Nevada, daba igual que pedaleara: no avanzaba". ¿Y el maillot? "Quería abrochármelo, pero iba tan ciego por no perder tiempo que no quería ni perder un segundo en hacerlo". El liderato lo cedió por nueve. "A lo mejor si me lo hubiera abrochado habría limitado la pérdida… Pero bueno, eso ya es historia".

La trascendencia del resultado en el contexto de la legendaria vida deportiva del murciano es anecdótica: apenas una experiencia más para un ciclista de 26 años, que en aquel ciclismo era una edad de joven promesa. "Fue una experiencia que le enseñó mucho de cara a ganar La Vuelta de 2009 y otras grandes carreras", apunta Lastras. "Tendría que haberme muerto para estar con Vinokourov cuando me atacó", se castiga el 'Bala'. "Y no que arrancó y yo contemporicé pensando que alguien saldría a por él. Podría tener esa Vuelta en el palmarés si hubiese sido más inteligente". Y no es menos cierto, sin embargo, que las derrotas son tanto o más importantes que las victorias a la hora de construir una biografía.