LA VUELTA

Una estrella nació en el Observatorio de Javalambre: os presentamos a Lenny Martinez

Con sólo 20 años y 52 kilos, el ciclista más joven de La Vuelta se alzó con el maillot rojo de líder gracias a la audaz estrategia de su equipo, Groupama-FDJ.

Lenny Martinez, con su maillot rojo recién estrenado. /EFE / MANUEL BRUQUE
Lenny Martinez, con su maillot rojo recién estrenado. EFE / MANUEL BRUQUE
Fran Reyes

Fran Reyes

Arcos de las Salinas. - Rudy Molard y Michael Storer se encuentran junto al Observatorio Astrofísico de Javalambre y se funden en una celebración extática. Sonrientes, felices. Han superado todas sus expectativas y las de un equipo, Groupama-FDJ, que se plantó en la salida de Barcelona con nada menos que cuatro ciclistas que la pasada temporada militaban en su filial. Sólo ellos dos contaban con experiencia previa en La Vuelta, y de las valiosas: el francés fue líder durante cuatro etapas de la edición de 2018, mientras que el australiano se anotó dos etapas en 2021. Ambos se han sacrificado para aupar a uno de esos 'talentinos', Lenny Martinez (2003, Cannes), al primer puesto de la general.

"Ha sido increíble", cuenta Storer con los ojos brillantes. "Esto no estaba planeado, ¿sabes? En principio, sólo Rudy y yo debíamos pelear la escapada. Sin embargo, la carrera se hizo muy dura, y Lenny fue muy astuto y se metió en la fuga". El galo partía tercero de la general, a sólo 17" del líder Remco Evenepoel. "Cuando vimos que la escapada contaba seis minutos de ventaja, y que Jumbo-Visma seguía colaborando con nosotros para mantener a raya al pelotón, nos dimos cuenta de que era realista hacernos con el maillot rojo".

"Increíble" es también el término que usa Molard para definir la actuación de Groupama-FDJ en la jornada turolense. "No podíamos ni soñarlo. De repente nos hemos encontrado los tres delante y nos hemos puesto manos a la obra. Soplaba el viento en contra, lo cual hacía muy difícil la tarea, pero nos ha salido perfecto". Efectivamente, Martinez cruzó la meta en segundo lugar y se hizo con La Roja con sólo 8" de margen respecto al ganador parcial Sepp Kuss (Jumbo-Visma).

El diminuto galo (1,67m de estatura y sólo 52kg de peso) es un ciclista de pedigrí, por cuanto su padre Miguel fue campeón olímpico de MTB y su abuelo Mariano un respetado gregario de la época de Merckx y Ocaña que llegó a ganar la Montaña en el Tour del 78. El apellido revela los orígenes españoles de la saga: Mariano nació en Burgos y no adquirió la nacionalidad francesa hasta los 14 años. En cuanto a la incipiente estrella, ya era uno de los mejores talentos de su generación como juvenil y confirmó su vigor como sub23 ganando el prestigioso Giro della Valle d'Aosta. En esta temporada, su primera como profesional, estrenó su palmarés en la clásica del Mont Ventoux derrotando a nombres establecidos como Michael Woods, Simon Carr o el almeriense Cristian Rodríguez.

"Quién sabe cuán lejos puede llegar vestido de rojo", sueña Storer. "Está haciendo una Vuelta increíble, rindiendo a un nivel más alto del que podíamos esperar". ¿Cómo le describiría? "Como un ciclista ambicioso al que le gusta correr a la ofensiva". Parecidos términos utiliza Molard: "Es un escalador puro con mucha ambición. Lo tiene todo para ser un campeón. De hecho, ya está con los mejores en su primera Vuelta. Y, aunque se deja aconsejar, se conoce muy bien".

Llevar La Roja es un honor que no quita el sol de la cabeza a Martinez: "Mi plan sigue siendo el mismo, que es luchar por estar lo más arriba posible en la general". Molard, que disfrutó ya con 28 años de una experiencia similar a la que ahora va a vivir su joven coequipier, sólo tiene una recomendación para él: "Aprovecharla, porque es efímera, y sacar partido de la motivación extra que aporta este maillot para darlo todo". Y se enorgullece: "Pese a ser un equipo muy joven, estamos a la altura de La Vuelta. Y encima estamos eligiendo muy bien en lo táctico".