El uso 'perverso' del monóxido de carbono en el ciclismo siembra la discordia en el pelotón: "A día de hoy hay más preguntas que respuestas"
Meses después de la primera publicación periodística sobre su posible potencial dopante, el gas que provoca la 'muerte dulce' sigue provocando una agria polémica.
La primera vez que el monóxido de carbono (CO) apareció en las noticias de ciclismo fue a principios de 2024. En un rato de asueto durante una concentración en Copenhague, la plantilla de Uno-X se fue a rodar en un 'karting' cubierto y, después de tres horas y media de carreritas, los ciclistas Anders Halland Johannessen y Jonas Iversby Hvideberg se marearon por la inhalación intensa de ese gas emitido por los tubos de escape. De vuelta al hotel, comenzaron a sentir un intenso dolor de cabeza y acabaron tumbados en la cama, "en postura fetal", desvanecidos según relataron a la tele noruega TV2. Una anécdota cotidiana que explica bien los peligros de la molécula de marras, presente en la atmósfera y especialmente concentrado en entornos contaminados como pueden ser el centro de las grandes ciudades… o el interior de un 'karting'.
Seis meses más tarde, el monóxido de carbono revolucionó el Tour de Francia de la noche a la mañana a raíz de una prolija pieza del sitio web anglosajón Escape Collective. Su titular ("Exclusiva: hay ciclistas del Tour de Francia que inhalan monóxido de carbono") estaba acompañado de un montaje de imágenes en blanco y negro con Tadej Pogačar y Jonas Vingegaard exhibiendo un gesto circunspecto. El primer párrafo: "Escape Collective puede revelar que varios equipos del Tour de Francia usan la controvertida y potencialmente peligrosa técnica de inhalar el mortífero monóxido de carbono para optimizar el entrenamiento en altura de sus ciclistas". El tono era oscuro; el escándalo estaba servido.
El 'timing' de la historia, publicada el 12 de julio durante la 13ª etapa del Tour de Francia, no es baladí. La gran ronda gala es el momento de máximo interés mediático sobre el ciclismo de competición, y también de máximo estrés dentro del pelotón. Cualquier historia que suscite un mínimo de polémica recibe una amplísima cobertura por parte de periodistas y medios que no siempre disponen de los conocimientos o el tiempo para comprenderla o desentrañarla. Por eso una cuenta anónima de Twitter puede marcar la agenda durante varios días. También los protagonistas carecen de la calma, la lucidez y el espacio mental para expresarse de forma efectiva. Por eso un ciclista increpa a un cámara de televisión y posteriormente desbarra con los medios de comunicación.
Tour de France teams are using a powerful and potentially risky new tool to optimize performance. What are they doing and where are the limits? Read our exclusive investigation into the world of carbon monoxide rebreathing. https://t.co/I7SRjWqsk0
— Escape Collective (@EscapeCycling) July 12, 2024
Dentro de la pieza de Escape Collective, se presentaba por un lado a tres equipos (el UAE Team Emirates de Pogačar, el Visma | Lease a Bike de Vingegaard e Israel-Premier Tech) que reconocían el uso de monóxido de carbono como herramienta para medir la masa de hemoglobina (proteína responsable del transporte de oxígeno en la sangre) de sus corredores, particularmente durante concentraciones en altura. Por el otro, varios científicos del deporte exponían una serie de estudios que indican que inhalar monóxido de carbono regularmente podría mejorar distintos parámetros del cuerpo humano que, en última instancia, comportarían un incremento del rendimiento.
Las preguntas en ruedas de prensa y zonas mixtas en torno al monóxido de carbono comenzaron a sucederse. Tadej Pogačar ya había sentenciado el Tour y el 'gas mortífero' era la comidilla. La primera vez que el esloveno fue preguntado directamente por el tema, en Nîmes tras la 16ª etapa, reaccionó con perplejidad: "No sé. Cuando escuché esta historia, pensé en los tubos de escape de los coches. No tengo nada que decir. Quizá simplemente sea un ignorante…"
'It's just a pretty simple test' – Tour de France leader Tadej Pogačar confirms use of carbon monoxide rebreather https://t.co/ZFHoM4reaB
— Cyclingnews (@Cyclingnewsfeed) July 17, 2024
Al día siguiente, la cuestión del monóxido de carbono fue puesta de nuevo sobre la mesa y el esloveno sí supo qué responder. "Ayer no entendí de qué iba la pregunta", se excusó. "Lo usamos para un test que nos hacemos en las concentraciones en altura, para ver cómo está respondiendo tu cuerpo a la altitud. Lo haces una vez al principio de la concentración para medir la masa de hemoglobina que hay en tu cuerpo, y lo repites dos semanas más tarde. No es que nos pasemos el día respirando el aire de los tubos de escape; sólo aspiramos un minuto de un globo de monóxido de carbono".
Irina Zelenkova y el famoso test del monóxido
En su explicación, Tadej Pogačar hacía referencia a "una mujer" que practicaba ese test del monóxido de carbono. Ella es Irina Zelenkova (1987, Moscú), médica y científica del deporte de origen ruso residente en Barcelona que fue esquiadora de fondo en su juventud e inició su carrera académica en el mundo de la apnea para posteriormente orientarse hacia los deportes de resistencia. En sus estudios, Zelenkova ha encontrado que la masa total de hemoglobina en sangre puede ser un mejor predictor del rendimiento aeróbico que otros indicadores usados tradicionalmente como las tasas de hematocrito (porcentaje de glóbulos rojos en sangre) o hemoglobina (cantidad de hemoglobina por litro de sangre). Para medirla, el test estándar por eficiencia y precisión es la aspiración de monóxido de carbono.
"En su día, formé parte del cuerpo médico de una carrera ciclista transiberiana entre Moscú y Vladivostok organizada por Red Bull", cuenta Zelenkova en conversación con Relevo. "Medí la masa de hemoglobina de los participantes antes y después de la prueba, y resultó que el ránking según la cantidad de hemoglobina por kilo de peso se correspondía exactamente con la clasificación general final. No obstante, era una carrera muy específica que se completaba a un ritmo medio relativamente bajo. Repetí el estudio con deportistas de los equipos nacionales rusos de biatlón y patinaje de velocidad de larga distancia, con los que ya estaba trabajando, y también encontré una correlación significativa entre la masa total de hemoglobina y el rendimiento competitivo".
Fue a raíz de estas y otras investigaciones que Zelenkova comenzó a trabajar como consultora en deportes tan diversos como la escalada, la gimnasia, la vela o el fútbol; también en el ciclismo, donde ejerce como especialista en entrenamiento en altitud. Dentro de sus herramientas, está el test de la aspiración de monóxido de carbono. "Dura un cuarto de hora", explica. "Primero, el deportista inhala CO durante dos minutos. Luego, el investigador toma muestras de sangre cada 60 segundos, durante seis minutos, de una punción en un dedo. Nos lo tomamos sin prisa, porque si el test falla no arroja información útil y hay que esperar como mínimo dos horas antes de repetirlo".
El mecanismo fisiológico de funcionamiento del test, la supuesta utilidad para mejorar el rendimiento del monóxido de carbono y su potencial mortífero son sencillos de explicar. El monóxido de carbono (CO) es un gas más eficiente que el oxígeno (O2) a la hora de adosarse a la hemoglobina. En el test, sabiendo cuánto CO aspira el sujeto y cuánto expira, se infiere cuánta hemoglobina hay en su cuerpo. Una exposición excesivamente prolongada al CO provoca asfixia, al inhibir la captación y el transporte de oxígeno hasta provocar la llamada 'muerte dulce'. Una exposición repetida e intensiva al CO induce hipoxia, o carencia de oxígeno en el torrente sanguíneo, y puede estimular la producción de hemoglobina.
Very proud of our on-line course on altitude training for peak performance together with @NTSAcademia #altitudetraining #peakperformance #endurance pic.twitter.com/KUEIgrDOhU
— Irina Zelenkova, MD, PhD, Speaker (@irena_zelenkova) December 29, 2023
"A mi juicio, a día de hoy hay más preguntas que respuestas en torno a cuánto puede mejorar el rendimiento la aspiración de monóxido de carbono", asevera Zelenkova. "Un test para medir la hemoglobina introduce en el cuerpo una cantidad de CO equivalente a fumar un cigarrillo. Practicarlo en el momento erróneo puede reducir la eficacia del entrenamiento o el rendimiento en competición". También Jonas Vingegaard recurrió al paralelismo tabacalero. "Un test de monóxido de carbono es como fumarse un cigarro. Nosotros lo utilizamos para medir la hemoglobina en sangre, aunque dicen que usado de forma perversa puede ser un sustituto para el entrenamiento en altura y ser dañino para la salud".
Un uso ético lleno de grises
Ese 'uso perverso' del monóxido de carbono ha suscitado reservas, y críticas. El Movimiento Por un Ciclismo Creíble, un lobby de equipos y organizadores, solicitó su prohibición por considerarlo una forma de dopaje. Jean-René Bernaudeau, mánager del equipo TotalEnergies, señaló directamente a Pogačar en una entrevista con Vélofuté: "Él es muy simpático, pero que inhale monóxido de carbono es malísimo para la reputación de nuestro deporte". En Eurosport, Romain Bardet se mostró menos taxativo: "Es normal que haya científicos y deportistas que quieran ir un paso más lejos en la búsqueda del alto rendimiento. El umbral de qué es ético y qué no se lo marca cada uno".
"¿Que si la aspiración de monóxido de carbono es un método dopante?", se pregunta Zelenkova. "No lo creo. Por lo pronto, no sabemos con seguridad si incrementa el rendimiento o no porque los estudios que hay al respecto son bastante limitados. En cuanto a los daños a largo plazo para la salud, sabemos que la inhalación de dosis pequeñas o esporádicas no los provoca; sin embargo, la exposición prolongada sí que genera daños neurológicos. Y el aspecto ético es una zona gris. Hay países como Noruega que consideran el entrenamiento en altura un método de dopaje porque altera la composición de la sangre, y otros como Italia que en su día prohibieron las tiendas de hipoxia para simular altitud".
The UCI will propose to its Management Committee that the use of carbon monoxide be banned on medical grounds https://t.co/bonxLudb1d pic.twitter.com/tlQQhDz5Tp
— UCI_media (@UCI_media) December 12, 2024
Tras el debate de los medios y los científicos, ha llegado el momento de que las autoridades se posicionen claramente. La Agencia Mundial Antidopaje está investigando los efectos a largo plazo de la exposición al monóxido de carbono, si bien entre sus expertos no hay consenso respecto a su potencial para mejorar el rendimiento en deportistas de élite porque "no hay suficientes datos concluyentes al respecto". La Unión Ciclista Internacional ha sido más taxativa al anunciar que prohibirá el monóxido de carbono "por razones médicas" en febrero, si bien "seguirá estando autorizado su uso en un entorno médico, por parte de personal cualificado y en el contexto estricto de la valoración de la masa total de hemoglobina en sangre". El miedo, y el riesgo real: que un aficionado se envenene tratando de emular lo que él cree que hacen los profesionales.
Dentro del pelotón, esta polémica se sigue con más perplejidad que curiosidad. "No creo que 'fumarse un cigarro' todas las tardes sea una buena idea", comenta un ciclista WorldTour entre risas. "Pues nada: si se demuestra que funciona, tendré que buscar un coche viejo para entrenar detrás de él y tragarme todo lo que suelte el tubo de escape", suspira otro, reduciendo la controversia al absurdo. "Pero a mí, como ciclista, lo que me gusta es rodar, en la costa o en la montaña, sintiendo el aire puro en los pulmones…"