El desarrollo meteórico del ciclismo explicado por Alberto Contador: "Nunca pesaba lo que comía en la báscula"
El exciclista español desarrolla la gran diferencia entre el ciclismo actual y la época en la que ganó siete grandes vueltas.

Faltan unos días para que de comienzo el Giro de Italia y al Alberto Contador le encantaría volver a subirse a una bicicleta. "¡Ay, cómo me hubiera gustado correr en este ciclismo, con esta imaginación y estos ataques constantes, incluso desde lejos!", confesaba el exciclista español durante una charla con 'La Gazzetta dello Sport'.
Ganador de dos 'Corsa Rosa' (2008, 2015), para Contador ninguna victoria se asemeja a lo que sintió cuando cruzó la meta de la vuelta italiana. "El Giro es especial. Es el espectáculo más hermoso y la carrera que más he disfrutado en mi vida. El Giro que me hizo sentir el amor por el ciclismo, su romanticismo y su cultura. Esa sensación solo lo he experimentado allí. Resulta un poco extraño que diga que es más importante que el Tour o más especial que la Vuelta, que es la carrera de casa con toda tu afición. Pero he sentido el Giro desde la primera vez que lo hice. Desde 2008 ha sido amor y estas cosas duran toda la vida".
Atareado ahora, a sus 42 años, con la gestión del Polti VisitMalta, su labor como comentarista de Eurosport y otros menesteres, para el madrileño, todo que lo rodea el ciclismo de ahora no tiene que ver con lo que él vivió hasta que se retirara en 2017.
"¿Qué es lo que más marca la diferencia en este ciclismo?", le preguntan. "Nutrición, sobre todo, y recuperación. También tomaba barritas y geles, pero hoy la nutrición es increíble. Nunca pesaba lo que comía en la báscula, pero sentía mi cuerpo y sabía lo que necesitaba".
"Ahora entrenan con parches que miden el nivel de azúcar en sangre para saber el grado de asimilación de un gel, estudian los minutos que tarda en llegar al cuerpo, miden la temperatura de la piel para saber cómo funciona el corazón, saben cuál es la temperatura óptima para estimular la recuperación: todo es mucho más científico. Estaba en un equipo grande de 70 personas, ahora somos más de 100. Sentía mi cuerpo y era maravilloso; eran mis sensaciones; podías tener más o menos sensibilidad y marcar la diferencia. Hoy todo está calculado: son más que números".