Qué es el sparring en boxeo y cuál es su función
Se suele decir que para billar en el ring, primero hay que trabajar cuando no hay focos. Para ello, el sparring es una parte clave en la preparación de un combate.
Es un tópico deportivo decir que las verdaderas estrellas son las que brillan cuando los focos se apagan, aunque no por ello es menos cierto. Especialmente aplicado a un deporte como el boxeo. El número de combates de un boxeador a lo largo de su carrera siempre va a ser menor que el número de partidos o competiciones que dispute otro deportista. Por ello, en su caso, no pueden fallar. También porque lo que está en juego, además de la victoria, es su integridad física. Es el motivo por el que el trabajo de preparación es especialmente importante en el arte pugilístico. No hay fallos posibles.
El entrenamiento de boxeo es uno de los más intensos que existen. No en vano, para subirse al ring hay que estar en el mejor estado posible. Y no solo por la necesidad de cortar peso para entrar en una u otra categoría. Hay que golpear fuerte, pero también hay que moverse rápido. El mejor ejemplo lo ofrece la derrota de Andy Ruiz en la revancha de Anthony Joshua en 2019. El mexicano, que siempre ha tenido un físico voluminoso, llegó al combate completamente fuera de forma. Algo que le costó una de las derrotas más dolorosas de su vida, sino la más.
"No me he preparado como debía. He ganado demasiado peso", reconoció tras la pelea. "Hubo exceso de celebración. Todos los políticos venían a recogerlo en Guadalajara, un desmadre que hubo de campamento. Nunca se concentró bien. Le decía que se concentrara bien, que no podía llegar en ese peso porque no le iba a hacer nada a Joshua", criticó su propio padre en ESPN.
🗣 @Andy_destroyer1: "No me he preparado como debía. He ganado demasiado peso, pero no pongo excusas. Si hacemos una tercera pelea, voy a llegar en la mejor forma de mi vida" #RuizJoshua2 🥊 pic.twitter.com/Ns2rEe52Pw
— DAZN España (@DAZN_ES) December 7, 2019
Dentro de la preparación, una de las partes fundamentales es la simulación de combate. Un trabajo que solo se puede realizar encima del ring y contra un oponente humano. Una vez superadas las partes física o de repetición, llega la hora de ponerlo a la práctica y, para ello, es necesario una persona que ayude al boxeador como teórico oponente. Es lo que se conoce como sparring.
La importancia de los entrenamientos de sparring
El sparring forma parte del tramo final de la preparación de un boxeador para un combate. Una vez se ha logrado la condición física deseada, y entendiendo que la técnica es un apartado relativamente superado para un púgil profesional, aunque evidentemente siempre hay espacio para mejorar, llega el momento de subir al ring junto a un oponente.
El objetivo es doble: primero y muy importante es adaptar el estado físico del boxeador a las particularidades de una pelea de boxeo. Hay que tener en cuenta que el esfuerzo realizado dentro del cuadrilátero es muy particular, consistente en intervalos de tres minutos en los que existe una amenaza inminente al mismo tiempo que el púgil debe gestionar sus fuerzas. Además, el sparring sirve para simular diferentes situaciones de combate, así como realizar una adaptación espacial al ring.
Al ser una faceta clave en la preparación de todo boxeador, la elección del compañero de sparring es crucial. Por norma general, siempre será otro boxeador. A poder ser, uno experimentado. Es necesario entender que lo que se busca no es un profesor, alguien que enseñe algo, sino alguien que lo lleve a la práctica. La elección, además, depende de lo que se busque con el entrenamiento específico. En muchas ocasiones, el sparring será un peleador con las mismas características del futuro oponente. Esto es por un motivo muy claro: tener una perspectiva anticipada de lo que puede suceder en la pelea. Especialmente cuando el rival tiene unas características determinadas. Por ejemplo, si el rival es zurdo, o posee mucho alcance, o gusta de tomar el centro del ring… la mejor forma de minimizar sus virtudes y explotar sus defectos es habiéndolas testado antes.
Los sparrings más famosos: Larry Holmes
Como decíamos, los sparrings siempre han de ser boxeadores. La teoría es simple, además de conocer del deporte a la perfección, contra mejor sea el compañero de entrenamiento, mejor será el propio entrenamiento. Algunos de los sparrings han logrado trascender en la historia más allá de esas sesiones de gimnasio alejadas de los focos. Una de las historias más épicas de la historia de boxeo es la de Larry Holmes, quien durante cuatro años fue el sparring de Muhammad Ali. Precisamente, el periodo que tuvo su colofón en la 'Rumble in the Jungle' entre Ali y George Foreman, para muchos la mejor pelea de siempre. Holmes tenía siete años menos que El más grande de todos los tiempos, por lo que compartir gimnasio le supuso un aprendizaje impagable. Tanto que, una vez que inició su carrera profesional, llegó a convertirse en uno de los mejores de la historia, con 20 defensas de título mundial (solo Joe Lewis con 25 ha hecho más que él). Un récord total de 69 victorias, 44 por KO, por solo seis derrotas fueron sus números finales.
De todos sus triunfos, el que ha pasado a la historia es, sin duda, el conseguido en su pelea contra su mentor en 1980. Para entonces, Ali era campeón del mundo del Consejo Mundial de Boxeo, pero lo cierto es que llevaba dos años sin pelear y los signos del Parkinson habían hecho ya acto de presencia. Holmes defendía el título de la Asociación y era el claro favorito. En el ring, sin embargo, el antiguo sparring no se empleó con excesiva dureza contra su ídolo. Sin embargo, tras el décimo asalto, Ali no pudo continuar más. Para la posteridad quedan las lágrimas de Holmes una vez en el vestuario tras haber vencido. Una muestra de deportividad y admiración por el púgil caído.
El mito del sparring de Canelo Álvarez contra GGG
Para muchos, Saúl 'Canelo' Álvarez es el mejor boxeador libra por libra del momento. Una apreciación subjetiva, pero que el mexicano refrenda con sus resultados cada vez que se sube a un ring. Para muchos, el secreto de su éxito reside en sus entrenamientos. Las imágenes de sus sesiones de sparring son virales frecuentemente por la dureza con la que entrena. Auténticas peleas con cascos y coquillas.
No obstante, su sesión más famosa es la que protagonizó con Gennady Golovkin en 2011. En realidad fueron varias sesiones, pero una quedó inmortalizada para la historia en unas pocas imágenes y la crónica realizada por 'The Ring'. Entonces, el mexicano se estaba preparando para su pelea contra Ryan Rhodes. Por su parte, GGG tenía que pelear contra Kassim Ouma. Ambos tenían mucho en juego, y ambos fueron a por todas. Según las informaciones, la sesión terminó con ambos púgiles golpeando con mucha fuerza a su compañero de entrenamiento. Un intercambio del que el kazajo, que tenía 29 años por solo 21 de Canelo, salió victorioso.
Seis años más tarde, los dos boxeadores comenzarían una de las trilogías más memorables de la historia del boxeo. Pese a haber sido compañeros, la suya fue una rivalidad muy intensa. La primera vez que cruzaron caminos fue en 2015, cuando Álvarez derrotó a Miguel Cotto por el título de peso mediano del Consejo. Estaba obligado a medirse al kazajo, pero sin embargo Canelo prefirió dejar vacante el título para esquivar la pelea. Un año más tarde, el de Guadalajara venció a Julio César Chavez Jr., momento en el que por fin aceptó el ya por entonces deseado Canelo vs GGG I.
El resultado de aquella primera pelea fue un empate dividido (118–110, 113–115, 114–114). Sin embargo, para muchos el kazajo debió haber sido nombrado ganador. Algo que solo hizo que aumentar el hype por las nubes de cara a un segundo combate que sucedió en 2018. No sin problemas, ya que en la preparación Álvarez dio positivo en clembuterol. Finalmente, tras un combate muy duro, el mexicano se proclamó campeón por decisión mayoritaria (114–114, 115–113, 115–113). Pese al veredicto de los jueces, no fueron pocos los aficionados que pusieron en duda el desenlace. Todo parecía apuntar a una tercera pelea que, sin embargo, se hizo de rogar.
Canelo Álvarez no aceptó la trilogía hasta 2022. La espera, eso sí, fue fructífera a nivel económico, ya que según declaró DAZN a USA Today vendieron más de 1,06 millones de emisiones del PPV. En el ring, el pelirrojo se impuso con claridad esta vez. También hay que decir que el kazajo había pasado su prime. De hecho, pese a que el mexicano había prometido un KO, algo que buscó en varias ocasiones, no lo consiguió. Lo más reseñable de la noche fue el abrazo entre ambos púgiles, el cierre a una rivalidad que marcó una época en el boxeo.