Jonathan Alonso, pionero rompiendo barreras del boxeo español: "El problema es que la gente no es valiente"
El hispano-dominicano, de 33 años, fue el primer boxeador español en debutar en Estados Unidos. Además del deporte es actor y empresario.

El pasado 7 de enero, Jonathan Alonso (24-2, 8 KO) sorprendió a los 750 espectadores que colgaron el cartel de 'No hay billetes' en los Cines de Callao. El hispano-dominicano, de 33 años, acababa de ganar el Campeonato WBA Fedebol del peso superligero. No fue su combate lo más impactante, lo que encandiló a la gente fue un speech que se marcó tras el pleito. Durante cinco minutos el ring se transformó en un escenario en el que sucedió una charla motivacional. "Me escribió más gente para pedirme un vídeo del discurso que para felicitarme el día de mi cumpleaños", admite entre risas a Relevo.
Maravilla habla claro y no se esconde: "Creía que era el momento perfecto. Había gente muy influyente y con posibilidades económicas que pueden ayudar a otros a crecer", apunta. Alonso no olvida de dónde viene. Es más que un deportista, pero no sucedía así antes. "Cuando era un adolescente y vivía en Avilés tenía unas zapatillas para entrenar, ir al instituto e ir arreglado. En ese momento me ayudaron y sólo os pido que los que tengáis capacidad económica lo hagáis con gente que tiene talento", espetó el luchador. En ese momento, Alonso soñaba con llegar a lo más alto en el deporte y conocer a ídolos como Mayweather o 50cent. Ahora lo ha conseguido y pone de su parte para que otros puedan lograr sus metas.
"Actualmente ayudo a cuatro chicos. Hacen sparring conmigo y de verdad que tienen mucho nivel. Siempre dices que luches por tus sueños, claro que debes hacerlo, pero sin ayuda muchas veces no lograrás el objetivo. No hay que menospreciar la ayuda, que no siempre tiene que ser económica. Hay muchos factores que influyen para poder triunfar", apunta Alonso. Maravilla es soñador nato. Cuando era un adolescente quería vivir del boxeo y lo consiguió. En Londres 2012 logró ser olímpico. En ese instante lo fácil hubiese sido "esperar cuatro años con la beca que tenía e intentar ir a Río 2016".
"Si realmente estás dispuesto a sacrificar lo que tienes que sacrificar por centrarte en tu sueño, se consigue igual. El problema es que la gente no es valiente. Tienes que tener el valor de perder todo lo que tienes para conseguir todo lo que quieres. Las personas suelen preferir estar en su zona de confort antes de arriesgarse. Cuando me fui con 24 años a Estados Unidos me fui sin nada a hacer algo que nadie había hecho. El sueño está allí y por eso fui. Viví tres años y logré construir el Jonathan Alonso de hoy en día. Intentando vivir el sueño americano construí mi imagen en España. Muchos me criticaban, decían que dónde iba, que iba a perder a las primeras de cambio y no podría volver a ser amateur... pero tenía el sueño y fui a por él", recuerda el púgil.
En el deporte ha llegado a disputar un Mundial Interino WBA (2019). La presión que siempre se ponía ha hecho que "pocas veces haya disfrutado en el ring". "Desde hace algunas peleas intento convencerme para hacerlo. Cada preparación son 3 meses que sabes que vas a sufrir. El cuerpo saber lo que viene. Ya van 140 veces. Tras 17 años haciendo lo mismo piensas que no lo quieres seguir haciendo mucho más, por eso lo intento disfrutar", admite.
Con 33 años es consciente de que su camino está en la recta final. "Ahora mismo quiero descansar y disfrutar de mi último triunfo. Para mitad de año nos podremos un nuevo objetivo, pero ahora toca disfrutar. Como muchísimo me quedan cinco peleas. Tengo 33 años y llevo 17 machando el cuerpo. Hay que ser consciente que tras la retirada hay 60 años por delante para vivir. Soy un boxeador que no recibo mucho por mi estilo, pero hay un momento en el que debes parar porque deja de ser saludable", añade.
El futuro no le incomoda y desde hace cinco años utiliza su pasado para inspirar a otros. "Todo lo he generado se lo debo al boxeo. Tengo talento, pero no podía centrarme sólo en eso. Una lesión me podía cortar todos los planes. Por eso estudié, me formé como entrenador, después en interpretación e ido buscando tener plan a, b, c... y así hasta la z", admite sin titubeos. Alonso se ha convertido en empresario (tiene un centro de belleza llamado Crush) y posee su propia marca de ropa además de ser actor (su último trabajo fue en Bienvenidos a Edén, serie de Netflix) y modelo. "La clave de todo fue irme a Estados Unidos. Allí la gente supo que había un español intentado hacer algo nunca visto. La gente me llamó loco, pero lo logré. Lo siguen haciendo, ya que tengo idea muy locas, pero siempre mantengo la frase que luzco en mi marca de ropa: 'Duerme para tener sueños y despierta para hacerlos realidad'".