BOXEO

Gennadiy Golovkin, un inexperto en la política deportiva debe guiar al boxeo a Los Ángeles 2028

El kazajo, medallista olímpico en Atenas 2004 y excampeón mundial de boxeo, es la persona designada por World Boxing para conseguir que el deporte no se caía del programa olímpico.

Gennady Golovkin./
Gennady Golovkin.
Álvaro Carrera

Álvaro Carrera

El 26 de septiembre, World Boxing intentó dar un golpe de efecto. El organismo, que está llamado a tomar el hueco de IBA para comandar el boxeo olímpico, anunció el líder que tendrá para que el deporte no se caiga del programa olímpico. Será Gennadiy Golovkin. El kazajo, de 42 años y que fue plata en Atenas 2004 y campeón mundial profesional en dos divisiones, ha saltado en 2024 a los despachos y lo ha hecho por sorpresa. El 17 de septiembre de 2022 peleó por última vez. Cerró la trilogía con Canelo Álvarez y, aunque nunca lo oficializó, ese fue su último combate. Durante muchos meses se rumorearon cientos de posibilidades para que siguiese en activo, pero finalmente el tiempo pasó y nada cristalizó.

Tras meses desaparecido, muchos aficionados lo volvieron a ver en los Juegos Olímpicos de París 2024. Desde el inicio de año era el nuevo presidente del Comité Olímpico de Kazajistán. "Cuando se publicó la noticia fue una sorpresa para todos. El yerno del expresidente Nazarbayev fue destituido y la candidatura de Golovkin parecía casi segura. No puedo decir si se trató de un juego político, pero había dudas por la educación insuficiente de GGG. Hasta ahora no se han observado fallos en su gestión. Su papel en París no se puede evaluar. Apoyó a los atletas kazajos, pero poco más podía hacer. El trabajo estaba hecho y su gestión no afectó en que hubiese más clasificados para los Juegos", apunta a Relevo Alexandr Strelnikov, editor jefe de Sports.kz, web deportiva referente en Kazajistán.

El rol que jugó Golovkin en París fue claro: debía dejarse ver. Es una leyenda de su país y del deporte mundial, por lo que los focos siempre estarían apuntándole. Esa visibilidad podría haberle abierto la puerta de World Boxing, quien anunció en un comunicado que el que fuese medallista olímpico "trabajará en estrecha colaboración con los líderes de World Boxing para gestionar la relación de la organización con el Comité Olímpico Internacional (COI) y supervisar el camino para garantizar que el boxeo se restablezca en el programa deportivo para los Juegos de Los Ángeles 2028".

En el citado comunicado, también se asegura que se irá anunciando progresivamente los otros integrantes de la comisión, pero, de momento, no se ha hecho. Golovkin mantendrá su puesto en el Comité Olímpico Kazajo, al menos esa es la información que hay en el país. "Nadie lo va a destituir de ese puesto", revela Strelnikov. Llama la atención que quien debe liderar el nuevo boxeo pueda ser parte y juez, pero su figura es tan importante que puede hacer que ese factor se obvie.

"Me parece que es un homenaje por su legado. Nadie le puede juzgar de manera objetiva su trabajo como gestor. Hasta ahora, todo parece algo relacionado con las relaciones públicas. Me parece importante para el boxeo mundial demostrar al resto de países y potencias que Kazajistán está, prácticamente, con World Boxing", añade Strelnikov.

IBA ha sido expulsada del movimiento olímpico por sus reiterados casos de corrupción interna y por la estrecha relación que tienen con Rusia. El organismo está intentando comprar todo con dinero, lo que provocó un duro comunicado del COI, que avisó que quién aceptase los pagos que proponían (quería dar premios en metálico a los medallistas olímpicos, aunque ellos no organizaban nada) sería vetado, al igual que su país, para Los Ángeles. Ese comunicado resultó efectivo a medias. Nadie lo aceptó, pero, por el momento, World Boxing cuenta con el apoyo de 55 países y un sentimiento claro de ser el favorito del COI, quien sigue presionando con la sombra de la supresión del deporte del programa olímpico.

Todas las naciones de la órbita soviética permanecen con IBA, ya que, con el mando actual, llevan años viéndose beneficiadas por decisiones arbitrales dudosas. Con el nombramiento de Golovkin, se transmite que, pese a que el gobierno esté en manos de Occidente, el resto de países tendrán poder de decisión gracias al kazajo. El movimiento de World Boxing es importante, ya que busca allanar las conversaciones con el COI gracias a lo que representa Golovkin. De hecho, este lunes se oficializó que Uzbekistán y Kazajistán, dos bastiones de IBA, se van con World Boxing. El mensaje está calando.

GGG está cumpliendo en el despacho, pero todo puede cambiar. Su inexperiencia puede ser clave, aunque, a día de hoy, el boxeo olímpico sólo tiene una vía: confiar en que Gennadiy Golovkin abrirá las puertas para que el noble arte no pierda su condición de deporte olímpico. All-in con la carta del novato.