La espera interminable de Látigo Pérez por el Europeo llega a su fin
Sebastián 'Látigo' Pérez disputa, este viernes, el Europeo del gallo frente al italiano Alessio Loruso. Lleva desde marzo esperando el combate.

El boxeo profesional tiene sus propios tiempos. Los plazos nunca son fijos y la paciencia es la mejor amiga de cualquier deportista que se mete entre las dieciséis cuerdas. Sebastián "Látigo" Pérez (13-2-1, 2 KO) puede dar buena cuenta de ello. El vasco, de 26 años, lleva un año en el dique seco esperando una gran oportunidad. La tendrá, al fin, este viernes en Monza. En la ciudad italiana disputará elCampeonato de Europa del peso gallo ante Alessio Lorusso (18-4-2, 6 KO). El cinturón está vacante y Látigo lleva desde marzo con la pelea en la cabeza, aunque por el camino ha dado muchas vueltas.
Al no tener una promotora potente detrás, Pérez tuvo que salir a defender el Campeonato de la Unión Europea del gallo a Francia en diciembre de 2019. En una polémica decisión se dejó el cinturón y llegó la pandemia. Por el mismo motivo, y para no estar parado, aceptó en marzo de 2021 pelear dos categorías por encima de su peso en Inglaterra. El órdago fue demasiado grande y en octubre de 2021 hizo una pelea en Errentería para volver a ponerse en verde, recuperar sensaciones y esperar. En marzo de 2022 fue nombrado coaspirante al Europeo del gallo. Al fin salían las cosas y la felicidad era máxima. Tras un gran esfuerzo económico, habían conseguido llevar la pelea por el título a su casa, pero Lee McGregor declinó la opción. Lorusso, que venía de ganar al español Caco Barreto, fue nombrado el otro coaspiante. El equipo del italiano tiene mayor potencial económico y se quedaron con los derechos del combate.
"Se nos ha hecho muy raro. Cinco meses, con todo cerrado, es mucho tiempo, pero tampoco hemos querido reclamar. Hemos seguido entrenando y hemos hecho un gran campamento", apunta el púgil a Relevo. Lo curioso es que entre medias Lorusso sí que ha disputado un pleito de rodaje entre medias. "Ni se nos pasó por la cabeza. Desde que supimos el combate nos pusimos a trabajar en ello", añade. La opción de la lesión, o de un accidente en forma de derrota, siempre es posible y lo lógico antes de títulos importantes es no arriesgar.
La paciencia ha vuelto a ser clave para Látigo y su padre, que también es su entrenador. Ambos van convencidos y tranquilos. "Voy fuera de casa, como otras veces, pero ahora lo hago en mi peso, no como en la última ocasión, y sabiendo que el cinturón está vacante. Lorusso es un boxeador "raro", pero tengo claro lo que hacer: sacar trabajo, presión e intentar dejar claros todos los asaltos", concluye confiado el vasco. La espera se acaba. Es el momento de hacer que la espera haya merecido la pena.