Ayoub Ghadfa: "El boxeo era un deporte de macarras, pero ha cambiado y ya no tenemos esa mala imagen"
El boxeador se hizo con la medalla de plata en París.
El boxeador español Ayoub Ghadfa reconoce que en los Juegos Olímpicos de París vivió "una experiencia increíble" con la conquista de la medalla de plata y que "siempre" ha entrenado para ser "el mejor" en un deporte que ya no tiene "esa mala imagen" de antaño cuando se asociaba a "macarras y a la calle".
"El boxeo estaba asociado a deporte de la calle, a pelearse, pero nosotros somos pacíficos, yo me he sacado una carrera, tengo compañeros que están estudiando, el boxeo ha cambiado. Hace tiempo sí que era un deporte de macarras, de gente peligrosa, pero ahora ha cambiado bastante, y lo agradecemos, porque así no tenemos esa mala imagen", reflexionó Ghadfa en una entrevista a Europa Press tras un evento celebrado en la sede del Comité Olímpico Español (COE).
El subcampeón olímpico en París en la categoría +92 kg, tras perder en la final ante el uzbeko Bahodir Jalolov, espera haber inspirado a las nuevas generaciones, para que encuentren el boxeo "motivación". "Al principio no vas a ganar dinero, luego ya cuando empiezas a coger resultados, pues viví del boxeo, pero sin resultados es muy difícil. Hay que entrenar y hay que sacrificarse si quieres llegar", advirtió.
"Yo hacía kickboxing de pequeño y empecé boxeo cuando vine a estudiar INEF a Madrid. Mi entrenador, José Valenciano, me dijo que me apuntara, que iba a ser bueno y se me daría bien, y lo probé. El segundo año empecé a competir internacionalmente, y ya en el tercer año me becaron en la residencia (Joaquín Blume del Centro de Alto Rendimiento de Madrid). A partir de ahí, ya solo me he dedicado al boxeo", relató sobre su historia.
Ahora, el malagueño puede considerarse uno de los referentes españoles en este deporte, en un 2024 en el que se proclamó campeón continental, además de colgarse esa plata olímpica. "París fue una experiencia increíble, inolvidable, es algo realmente especial. Ha sido una pasada y, sobre todo, lo he vivido con amigos, mi familia. Mucho apoyo, he notado mucho apoyo, y eso me ha encantado", confesó.
"Colgarse una plata en Roland Garros fue un orgullo, no se puede explicar con palabras. Ahora mismo me lo vuelvo a imaginar y digo, 'Joder, es que lo he conseguido'. Si alguien me dice, firmas una medalla para el ciclo que viene, pues la firmaría ahora mismo, pero claro, hasta que no la consiguen no te lo crees, ha sido una auténtica pasada", agregó.
Aunque ganar una medalla perdiendo genera "un poco de mal sabor de boca". "Vas combate a combate, realmente, cada combate es una final, desde el principio, antes de conseguir una medalla, antes de pasar ronda. Soy competitivo y no me gusta perder, pero con la medalla de plata te das cuenta de que has conseguido un objetivo que llevabas mucho tiempo persiguiendo. No es el oro, pero hay que conformarse con eso, que no es poco", explicó.
"Siempre he entrenado para ser el mejor. Obviamente, cuando empecé a hacer boxeo no era el mejor, ni muchísimo menos, era uno que estaba empezando, pero sí que es verdad que te lo imaginas, te lo crees, sabes que a lo mejor puedes llegar", prosiguió sobre su progresión en este deporte.
Una historia vinculada al boxeo que no se entiendo sin el sacrificio deportivo y personal. "Estar lejos de tu familia, tener que sufrir en los entrenamientos, las lesiones, te sacrificas mucho, tu salud, la familia, todo por algo que quieres, que deseas", comentó.
Finalmente, el malagueño ve una "buena iniciativa" el proyecto conjunto del COE y el Ministerio de Defensa por la que se reservarán 50 plazas en las Fuerzas Armadas para deportistas de élite. "Es verdad que Italia tiene policía y Fuerzas Armadas (como deportistas olímpicos). Quién sabe, si el ciclo que viene se sacan más medallas, pues puede ser que sea por esta iniciativa, que posiblemente te abra las puertas a poder dedicarte al deporte, y cuando tengas tiempo libre pues trabajas en el Ejército", valoró.