BALONMANO

Talant Dujshebaev, tras la tragedia de la Final Four: "Ningún título vale más que la vida de un ser humano"

El entrenador del Kielce recuerda en Relevo el duro episodio en la final de la Champions con el fallecimiento de un periodista polaco al que conocía: "Un ángel nos protegerá el año que viene".

Talant Dujshebaev, entrenador del Kielce polaco, a la derecha de la imagen, tras recibir la medalla de subcampeón de la Champions. /ROBERT PFEIL / AFP
Talant Dujshebaev, entrenador del Kielce polaco, a la derecha de la imagen, tras recibir la medalla de subcampeón de la Champions. ROBERT PFEIL / AFP
Andrés G. Armero

Andrés G. Armero

En la vida, hay cosas más importantes que un resultado deportivo por muy grande que sea la competición. Pocas personas en el mundo tienen un carácter más ganador que el de Talant Dujshebaev (Biskek, Kirguistán, 1968) dentro de una cancha de balonmano. Y pocas personas son capaces de dejarlo a un lado cuando el orden de prioridades cambia, como sucedió en la final de la Champions en Colonia el pasado domingo.

Durante el segundo tiempo, el periodista polaco Pawel Kotwica tuvo que ser atendido de urgencia en la grada. El partido se paró y los dos entrenadores rivales, Bennet Wiegert, del Magdeburg alemán, a la postre campeón, y el propio Talant, técnico del Kielce polaco, dieron una lección al planeta. Por desgracia, 20 minutos después del partido les comunicaron el fallecimiento de una persona de 51 años con la que Talant y sus jugadores tenían mucho vínculo.

¿Qué recuerda de esos minutos de incertidumbre?

Se me acercó el otro entrenador (Bennet Wiegert) y me dijo 'oye, no jugamos'. Pero claro, nosotros no teníamos información, sabíamos que el periodista había tenido un ataque, pero no sabíamos si algo le había sentado mal o lo que sea. Yo creía que lo llevarían al hospital, que no pasaría nada y se repondría. Hace unos seis o siete años también tuvo un amago, fue al hospital y salió.

¿Conocía al periodista?

Conozco a esta persona desde que estoy en Kielce, desde hace nueve años y medio. Era un periodista que siempre escribía sobre balonmano, una persona que sabía mucho de nuestro deporte, que vivía por y para el balonmano.

¿Cómo fue la conversación con Wiegert, entrenador del Magdeburg?

Se me acercó Benet y me dijo 'Talant, terminamos el partido aquí y vosotros sois campeones porque vais ganando por dos'. Yo le dije: 'Que no, que no, te agradezco el gesto, pero no hay ganadores. Si pasa esto, hemos sido dos finalistas y nada más'. Y también le dije que hacíamos lo que decidiesen los organizadores, tenemos que tener respeto por la gente que está por encima de nosotros, que son los que tienen que decidir. 'Si nos dicen que no jugamos, totalmente de acuerdo contigo, no jugamos. Pero si nos dicen que tenemos que jugar, hay que aceptarlo'.

Durante el tiempo que estuvo parado el partido, sólo miraba a la grada, ni aprovechó para hablar con sus jugadores. ¿Qué pensaba?

Nosotros, cuando jugamos y competimos, hacemos feliz a la gente, pero ningún título, sea el Campeonato del Mundo o los Juegos Olímpicos, vale más que la vida de un ser humano. Además, era una persona a la que conocíamos todos de sobra. Después del partido, cuando nos dieron esa noticia, fue tremendo. Encima nosotros perdimos. El vestuario estaba hundido, más que por la derrota por el fallecimiento de esta persona.

Es una motivación extra para el año que viene, ¿no?

Sin duda. Lo dije en el vestuario: 'Mirad, chicos, tenemos que hacer todo lo posible e imposible para estar aquí el año que viene, ganar y dedicárselo a él'. Estoy seguro, con todo lo que le gustaba el balonmano, que desde arriba nos estará viendo y apoyando. Nosotros tenemos el año que viene un ángel que nos protegerá y ayudará a cumplir con nuestro objetivo.

En lo deportivo, el destino les ha privado de dos Champions en dos finales consecutivas...

Yo siempre digo que el mejor doctor es el tiempo. El domingo nos dolió mucho, el lunes menos, hoy menos y en un par de semanas el resultado ni nos va a doler, aunque tengamos la espinita clavada. Yo prefiero ver todo esto del lado positivo. Les dije a los chicos en el vestuario, nada más acabar el partido, que estoy contentísimo, aunque, por supuesto, lamento que hayamos perdido.

Ya tendrá ganas de revancha con la competición.

Si hubiésemos ganado, no estoy seguro de si llegaríamos a la Final Four el año que viene. Hoy sí que puedo decir que sí que vamos a jugar la Final Four el año que viene. Es una motivación extra, llevamos dos años tocando el cielo, pero sin subir. El año que viene estaremos todavía más motivados.

Alex Dujshebaev, con una exhibición en la final, ha vuelto a demostrar que es un líder.

Alex está demostrando por qué es el capitán y uno de los jugadores más decisivos en el mundo. Lástima que no hayamos ganado. Seguramente, con el triunfo él habría optado a ser el MVP o lo que sea. Pero para mí esto es secundario. Lo más importante es el colectivo, ganar el título. No lo conseguimos, pero el año que viene seguramente volveremos a disputarlo.

En las semifinales, tuvo otro gran gesto, donde apenas celebró el triunfo ante el PSG por estar delante del técnico Raúl González, su amigo. ¿Cómo lo vivió?

Por supuesto, yo estaba feliz y contento, pero también conozco el otro lado de la victoria, la derrota. Raúl es mi hermano, mi familia, mi amigo, y sabía que para él era un momento muy duro. Felicitarle, desearle lo mejor, pero yo nunca voy a celebrarlo delante de ningún entrenador; y todavía menos delante de Raúl.