El trauma del exseleccionador francés de baloncesto lleva la firma de España: "Debimos haber ganado y ser medallistas"

Todo retiro conlleva echar la vista atrás y valorar toda una vida dedicada al deporte. Tres lustros marcan un legado sin igual en Francia, el de Vincent Collet al frente del banquillo de la selección nacional de baloncesto. 179 victorias en 253 partidos lo resumen y su oro en el Eurobasket de 2013 lo encumbra. Lo acompañan dos platas en los campeonatos europeos de 2011 y 2022, los bronces en los Mundiales de 2014 y 2019 y el Eurobasket de 2015, y finalmente las preseas de subcampeón en Tokio 2021 y París 2024.

Como quien dice, un verdadero competidor siempre termina recordando mejor sus derrotas que sus victorias. Desde luego, hay algunas que duelen especialmente y la mayor espina de Collet tiene a España como protagonista. Se remonta a 2012, en los Juegos Olímpicos de Londres, cuando la selección hispana batió a la gala por un escueto 66-59 al más puro estilo europeo y alcanzó unas semifinales que dejaron sin premio de consolación a los franceses.

"Mi gran lamento, en mi opinión más realista, son los Juegos Olímpicos de Londres 2012", arrancó Collet en el portal Basket USA. "Debimos haber ganado a España en cuartos de final y ser medallistas olímpicos. Para mí, debimos llegar a la final de aquellos Juegos. Estábamos muy cerca", aseguró.

El natural de Saint-Adresse, retirado a los 61 años después de cuatro décadas de baloncesto que aúnan su trayectoria como jugador (debutó con Le Mans en 1981), señaló qué aspectos fueron diferenciales para decantar el partido: "El cansancio de Tony Parker al final del partido debido a su corta preparación por su lesión en el ojo y la falta de acierto". Lo 'omite', pero mucho tuvo que ver también las excelsas actuaciones de los hermanos Gasol: 14 puntos de Marc y un excelso doble-doble de Pau (10 puntos y 11 rebotes).

Recuerda aquellos inolvidables tiros de Mickaël Gelabale "que entraron y se salieron", además del grupo que representaba al país en dicha edición. "Nuestro equipo no era tan fuerte como el de Tokio o París", por eso destacó que era incluso "más notable" la hazaña que estaban a punto de completar.

De aquel partido también se recuerda la visible frustración de un Nicolas Batum que terminó agrediendo a Juan Carlos Navarro al final del partido. España no desaprovechó su oportunidad y se coló en la final tras superar a Rusia por un resultado casi idéntico, 67-59, aunque nada pudieron hacer para batir a los Estados Unidos, que se colgaron el oro tras evitar el milagro español (107-100).