Una fiesta de las aficiones en la Supercopa para demostrar que "el baloncesto es una misma pasión" más allá de los colores
Más de un centenar de aficionados de Real Madrid, UCAM Murcia, Unicaja y Barça se dan cita para disfrutar de una convivencia previa a los partidos.
Murcia.-Zona del Palacio de los Deportes de Murcia, dos de la tarde. Quedan cuatro horas y media para que empiece el primer partido de semifinales de la Supercopa Endesa 2024, pero el ambiente ya es como si faltase menos de una hora. Al menos, en el Bar Brasa y Tapas. Unos cinco jóvenes entran dentro y preguntan por Paco. Y entonces echan un vistazo a lo que hay y se encuentran a más de un centenar de personas, de aficionados al baloncesto ataviados con camisetas de UCAM Murcia, del Real Madrid, del Barça y de Unicaja. "¡Sí que hay gente!", dice uno de ellos. Y no se equivocaba. Lo que empezó siendo una quedada tuitera de la peña Grada SR27 de Murcia se terminó por convertir en la fiesta de las aficiones con la que, oficialmente, se ha dado el pistoletazo de salida a la Supercopa 2024.
A la izquierda, miembros de la peña madridista Los Ojos del Tigre empiezan a comer. En la mesa de al lado, aficionados culés de la Penya Meritxell. A la derecha, aficionados del Unicaja. Y al fondo, un gran grupo de aficionados del UCAM Murcia. "El torneo empieza aquí", decía uno de ellos. Y así ha sido. "Básicamente queríamos demostrar lo que es el baloncesto en sí. A diferencia de otros deportes, en el baloncesto se ha demostrado que es una afición sana, que queremos estar todos unidos y nuestra mejor manera es hacer esto, que es comer todos juntos, disfrutar de un ambiente distendido y luego ir todos juntos al pabellón", contaba a Relevo Joaquín, portavoz de la peña Grada SR27 que ha sido la que ha organizado lo que ya puede tildarse como la gran fiesta de las aficiones de la Supercopa 2024.
"Viendo lo de Málaga, dijimos que por qué no hacer algo con lo que juntar a las cuatro aficiones. Al igual que en la Copa del Rey se hace la fiesta de las aficiones, oye por qué no hacerlo en la Supercopa. Y la respuesta ha sido enorme, han venido más de 120 personas. Hay gente de Unicaja, del Real Madrid, del Barça y de UCAM. E, incluso, simplemente gente que le gusta el baloncesto aunque no sea de alguno de los cuatro equipos", explicaba Joaquín.
Si algo bueno tiene el baloncesto es su capacidad de unión, más allá de los colores que uno defiende. "Esta iniciativa es estupenda porque estamos unidos aquí los niños, las familias, las diferentes aficiones… y al final es disfrutar de lo que es el baloncesto, que no es solo en la cancha, la unión de las diferentes aficiones de los distintos clubes. Aquí es pasarlo bien y luego en la cancha que los jugadores demuestren lo mejor de cada uno", contaba José Francisco Pérez, un aficionado de Unicaja presente en la quedada.
"La gente del basket es diferente, tenemos una comunión entre las aficiones y eso no se va a perder jamás. Gente del Madrid, del UCAM, de Unicaja y nosotros aquí y entre todos nos portamos bien, cada uno con sus preferencias y luego en la pista la rivalidad máxima, pero aquí fuera somos amigos", explicaba Antonia Hernández, de la Penya culé Meritxell.
Como ella explicaba, "no pasa nada estar sentados en la mesa de al lado de la afición del Madrid, al contrario, es lo normal, eso debería ser lo normal en todos los deportes y debería ser también en otros deportes como el fútbol. Somos gente normal que defendemos unos colores, un escudo, pero en la calle es que todos somos aficionados". Y, de hecho, exactamente igual se mostró José María, el presidente de la peña madridista Los Ojos del Tigre. "Nosotros es la primera vez que venimos, pero con la Penya Meritxel, por ejemplo, en la Copa de Málaga o Badalona hemos ido a comer sin problemas aficionados de Madrid y Barça. Lo bueno del baloncesto es esto, que no hay problemas que venimos a pasarlo bien", contaba este aficionado al Real Madrid.
"Cada uno pelearemos en los partidos por nuestro equipo, pero al final todos disfrutamos de una misma pasión que es el basket, que eso es lo fundamental. Al final, a las nuevas generaciones hay que enseñarles esto, que no hay que pelear, que somos rivales en la cancha, pero que a todos nos une la misma pasión, que los niños mamen esta amistad, el baloncesto y los valores del deporte", explicó José María. Y, por eso, los cánticos entre plato y plato y la diversión fue la tónica general, lo que demostró, al igual que luego, la caminata en comunión hacia el Palacio de los Deportes, que el baloncesto es mucho más que lo que se juega sobre el parqué. Y si en la Copa de Málaga esto fue de diez, la Supercopa de Murcia no se ha quedado atrás.