Ticha Penicheiro, la primera portuguesa que logró ser leyenda en el baloncesto: "No vamos a llegar al nivel de la NBA, no pedimos eso, sólo mejores salarios y condiciones"
La exjugadora y ahora agente habla de su trayectoria y de cómo ha evolucionado el baloncesto femenino en los últimos años.
Si a día de hoy uno piensa en la WNBA, seguramente el primer (o al menos uno de los primeros) nombre que se viene a la cabeza es el de Caitlin Clark. Sin embargo, si el boom de la joven base ha supuesto un impulso notorio al baloncesto femenino es gracia a un camino que empezó hace ya bastantes años. Ese que iniciaron jugadoras como Ticha Penicheiro (Figueira da Foz, Portugal, 1974), una de las leyendas del baloncesto mundial que ahora, desde el otro lado y con otro rol -el de agente de jugadoras-, ve cómo toda esa lucha empieza a tener su recompensa.
"Es increíble lo que ha crecido", reconoce en una videollamada con Relevo, con motivo de su visita a España durante las Junior NBA European Finals, en la que habla de su trayectoria, de cómo una portuguesa se convirtió en la primera jugadora de la historia de su país en entrar en el Hall of Fame de baloncesto, de sus años compartiendo equipo con Amaya Valdemoro y de la situación actual del baloncesto femenino y de la WNBA, con la ya famosa regla de priorización que ha puesto en jaque a gran parte del mundo de baloncesto.
Eras una de las jugadoras más importantes en Europa, pero también en la WNBA, como leyenda que eras ahora, ¿cómo recuerdas todo eso?
Con mucho orgullo, especialmente tras haber crecido en Portugal, un país que no tiene mucha historia de baloncesto femenino. Así que ir a los Estados Unidos, ir a la universidad y luego jugar en la WNBA durante 15 años y poder llegar a ser una de las mejores es algo que definitivamente nunca hubiera esperado, pero cuando amas el juego, juegas duro… las cosas ocurren de forma orgánica. Y obviamente tiene buenos entrenadores y buenos compañeros en el camino. Fui muy afortunada. Así que definitivamente con mucho orgullo de haber tenido la carrera que he tenido y de ser portuguesa.
Hablando de Portugal… ¿por qué el baloncesto no ha terminado de despegar?
No tengo la respuesta para eso. Siento que estamos haciendo progresos y las cosas son mejores que hace diez años. Ahora tenemos un jugador portugués en la NBA que acaba de ganar el campeonato con los Boston Celtics (Neemias Queta). Creo que tenemos otro que tiene la posibilidad de hacerlo (Rubén Prey). Él estaba jugando aquí en España, en el Joventut, y hay muchas posibilidades de que también pueda ir a la NBA. Y siento que en cuanto al femenino, somos más competitivos en los campeonatos europeos. Así que continuamos luchando. Creo que a veces la cultura del país sigue muy centrada en el fútbol. Así que en ocasiones el baloncesto no es una prioridad, pero por suerte continuamos creciendo, aunque sea con pasos pequeños.
Como jugadora, siendo referente en tu país, ¿sentías presión?
¿Presión? Creo que sí… como todo en la vida. Pero siempre disfruto de lo que hago. Me divertí mucho con ello, pero, obviamente, cuando eres profesional, tú quieres ser la mejor que puedas a nivel individual y quieres ganar campeonatos como equipo. Así que siempre hay un poco de presión, pero nunca dejé que me afectase en mi camino. Y a veces es una presión buena, es un poco de nervios antes de partidos, pero entonces vas y lo haces lo mejor posible.
¿Cómo fue jugar en la WNBA siendo la segunda de tu Draft, el de 1998?
Fue increíble. Como he dicho, siendo portuguesa y no teniendo una cultura desde tu país y poder ser la número dos… es increíble. Y aterricé en Sacramento, que estaba al otro lado, en California y terminé encontrando un nuevo hogar y una nueva familia. Así que sorprendente, pero muy orgullosa también de llegar a ser la número dos del Draft.
Fue entonces cuando conociste a una leyenda del baloncesto español, Amaya Valdemoro. ¿Cómo la recuerdas como jugadora?
Sí, somos buenas amigas. Uff, ella era una killer. Una gran anotadora y de formas muy diferentes. Y recuerdo su pasión. Ella siempre jugó con mucha pasión. Y sé que ella siempre estaba muy muy orgullosa de representar a España y conseguir campeonatos para España. Así que definitivamente la recuerdo siendo una jugadora muy emocional y siempre muy competitiva.
Tras 15 años en activo, dijiste adiós a las canchas… ¿Por qué decidiste retirarte?
Pues tenía 38 años y, sinceramente, mi cuerpo ya se venía abajo. Jugué 15 años, todo el año: en la WNBA en verano y en Europa en invierno. Así que, como un coche, tenía demasiados kilómetros y llegó el momento de acabar a los 38. Sabía que no podía jugar para siempre, entonces en ese momento mi cuerpo no estaba bien y era hora de dejarlo.
¿Y cómo fue lo de ser la primera portuguesa de la historia en entrar en el Hall of Fame?
De nuevo, algo que no esperaba, pero siempre he trabajado muy duro. Yo nunca he trabajado duro o jugado duro o practicado duro para tener premios. Creo que si tú haces lo que tienes que hacer, esas cosas suceden de forma orgánica. Así que fue un momento de orgullo para mí, para mi familia y para mi país, Portugal.
Tras todo ello, te haces agente de jugadoras. ¿Por qué tomas este camino?
Porque quería seguir cerca del juego, quería estar involucrada y sabía que no quería ser entrenadora. Eso lo tuve claro. Así que fue como: qué puedo hacer para estar o ayudar en el juego de alguna manera a que siga creciendo. Y en esa época no había muchas mujeres que fueran agentes de jugadoras, definitivamente no que jugaran al nivel que yo jugué. Entonces sentí que era buena opción para mí para ayudar a las jugadoras, no sólo dentro de la cancha, sino también fuera de ella. Y ya han pasado 12 años desde que soy agente y realmente me divierto.
Ahora, aunque sea desde el otro lado, ¿qué piensas del crecimiento del baloncesto femenino en los últimos años?
¡Es una locura! Antes le decía a alguien que más vale tarde que nunca. Por fin hay nuevos seguidores que se han dado cuenta de que las mujeres realmente pueden jugar y que no lo hacemos nada mal. Y disfrutan viendo jugar a las mujeres. Pero ha sido una gran lucha porque a veces hay muchos haters que, ya sabes, piensan que las mujeres pertenecen a la cocina y que no deberían jugar al baloncesto. Pero ahora realmente puedes ver que ha despegado. La audiencia ha aumentado, patrocinadores, hay muchas mujeres increíbles que hacen cosas increíbles dentro y fuera de la cancha… Así que estoy muy orgullosa de que a la WNBA, que existe desde hace más de 25 años, finamente ahora mucha gente de todo el mundo le esté prestando atención.
Hablas de jugadoras increíbles y un nombre ahora de moda es el de Caitlin Clark. ¿Crees que jugadoras como ella son un gran paso para conseguir el reconocimiento que el baloncesto femenino merece?
¡Por supuesto! Ella es una prueba de todo ello. Creo que tanto ella como Angel Reese, que son rookies y tienen esa presión para desarrollarse porque mucha gente está esperándolas para continuar con el crecimiento del baloncesto femenino y eso es mucha presión. Y creo que justo que me preguntes por ella muestra que todo el mundo es consciente de quién es ella. Y mientras eso siga atrayendo más fans a la WNBA, más audiencia, está bien. Aunque es mucha presión sobre ella, pero eso sí, ella lo está llevando muy muy bien.
¿Y qué opinas sobre la regla de priorización de la WNBA?
Como agente no me gusta. Entiendo por qué lo están haciendo, pero impide que las jugadoras vengan aquí para continuar trabajando en su juego y seguir ganando más dinero. Entonces es algo con lo que no estoy de acuerdo y no me gusta. Con suerte eso es un año más y luego tendrán que cambiarlo porque el convenio colectivo finalizará en 2025. Así que las jugadoras tienen la oportunidad de optar por no participar y, con suerte, renegociar su decisión. Al final es una temporada larga, son ocho meses y decirle a las jugadoras que no deben venir aquí porque van a llegar tarde y serán suspendidas… eso es algo que no está bien.
Y hablando de todo ello, del crecimiento, etcétera, ¿qué opinas de la igualdad salarial en el baloncesto? ¿Qué necesitan hacer las jugadoras para conseguirlo?
Creo que ya lo están haciendo. Son más espectadores, más patrocinadores… Ya sabes, más interés. Y creo que eso está pasando ahora. Así que creo que eso se traduce en dólares y en mejores salarios. Y ahora mismo ya se están viendo a algunas mujeres, no como salarios de la WNBA, sino como otras formas de ganar dinero como marketing y esas cosas. Esto está realmente creciendo, al igual que esos salarios. También esos contratos. Creo que obviamente nunca vamos a llegar al nivel de la NBA, lo cual está bien, no pedidos eso, sólo pedimos mejores salarios y mejores condiciones y creo que lo conseguiremos.